Muchas veces el “resistir” no te convierte en el más fuerte, y aunque te forja, el deseo de declinar está latente, aun así, incluso si las raíces de la lucha son firmes no hay combate que los derribe. Nos convertimos en la resistencia por una minoría que presiona sin mediar y ante la ausencia de quienes deberían batallar contra eso, nos vimos en la necesidad de levantar nuestras voces, ponernos la armadura y salir, con la convicción a cuesta de que antes de todo, más que soldados, somos los que resisten. Cuando tenemos la posibilidad de transformar nuestro pedacito de tierra; la capacidad de desarrollo social con la que contamos, no conoce de límites y nos vemos ante la gloriosa necesidad de plantarnos para el otro. Ser solidarios y encausarnos nos lleva a comprender que no estamos solos y que mucho de lo que creemos como una limitación individual, si miramos a nuestro alrededor descubrimos que hay muchos más con las mismas dificultades y ahí entendemos que está en nosotros el poder de juntos cambiarlo todo.
Así lo comprendieron, hace 8 años atrás, Mariana Garofaloy su compañero Liemich Guillermo cuando emprendieron lo que hoy está consolidado como AGROECOLÓGICOS MG. Los inicios de este proyecto que se sitúan en Monte Grande, Provincia de Buenos Aires, surgen de un camino de trabajo y acompañamiento. Con la sola idea de crecer y afianzarse como pareja, de a poco se dieron cuenta que esta construcción familiar se asociaba a la idea de vivir del campo. Fue esa búsqueda del día a día que en sintonía con la virtud de que sus ideales los conduzcan hacia la agroecología hizo que hoy ese sueño está cumplido. Viven junto a sus hijos Bastián de 5 años y Milo de casi 2 años, allí donde los pequeños corren, juegan y crecen es la misma tierra donde nacen sus alimentos y los de muchos de sus vecinos. Lamentablemente es también donde el avasallamiento de negocios inmobiliarios los encarcelan, aun así tienen la convicción de resistir, continuar con la crianza de los pequeños desde ese lugar y apoyarse en cada uno de los vecinos que pasen por las mismas presiones. Si bien en sus comienzos la producción era en forma tradicional fueron conscientes que eso no era lo que querían para su producción, ni para el alimento de su familia. Así, al tiempo de conocerse, cada uno con una pequeña producción individual, ella con la de huevos de codornices y él con la de zapallitos de tronco, se unieron para ir de la mano de la Agroecología por un cambio en la producción de la zona y en la recuperación del suelo.
Conscientes del perjuicio que provocan los agrotóxicos, vividenciándolos en su salud, fueron por un modelo que les permitiera seguir con este sueño desde una manera amigable con el ambiente y sin perjuicio de su propia salud y fue así que estos dos compañeros de facultad volvieron a su alma mater y asistieron al primer congreso de Agroecología en la universidad de La Plata. Desde ese punto, la inercia de su trabajo estuvo sostenida por una renovada producción apuntada a encontrar un mercado que valore una producción con estas características por su calidad y el esfuerzo en hacerlo. Hace un tiempo que lo está consiguiendo hoy la producción de estación y rotativa hace que los productos disponibles en el mercado de Capital Federal y alrededores sea en propuesta de bolsones de verduras que tienen un gran éxito. Mariana y Guillermo se sienten esperanzados pero saben que es un camino de constante dedicación y perseverancia. La lucha y el encontrarse con el otro, llevó a que esta pareja se incline a hacer una participación colectiva con los productores de su zona y estuviesen a la cabeza de dos proyectos, Cambio Rural donde surgió la iniciativa de conformar una sólida representación de los pequeños productores que con necesidades justificados pero que con solo su voz no llegaban con los medios para hacer valer sus reclamos. Son jóvenes, padres y viven del trabajo del campo, pilotearon su propio destino por un cambio, no es solo en la tierra que producen sino también para la sus vecinos y alrededor.
Junto a otros el camino de la Asociación de Productores de la zona es una realidad que acompaña, lucha y resiste ante todo.
La receta de esta semana es de Hamburguesas de verduras y sésamo.
Hamburguesas de verduras y sésamo
Ingredientes:
- 1/2 cebolla mediana, rallada
- 1 zucchini rallado
- 1 cucharadas de perejil picado
- 1 diente de ajo desecho
- 2 rodajas de pan con semillas
- 3 tazas de una mezcla de papa, calabaza y batata picadas y hervidas
- 1 taza de arvejas secas y cocidas
- 1 huevo grande
- 4 cucharadas de semillas de sésamo.
- Sal, pimienta, 2 cucharadas de queso rallado (optativo)
- Aceite
Preparación:
Poner en un bol la cebolla, el zucchini, el perejil y el ajo. Humedecer el pan con agua, exprimirlo, desmenuzarlo y agregarlo a la mezcla anterior.
Incorporar la papa, calabaza, batata, arvejas, huevo, semillas de sésamo, condimentos y queso rallado. Mezclar, llevar 20 minutos a la heladera, retirar, separar en porciones y dar forma de hamburguesas. Calentar un poco de aceite en una plancha y cocinar las hamburguesas de ambos lados, a fuego mediano. Servir solas o con hojas verdes.
