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jueves, 28 marzo, 2024

Cultivo legal del Cannabis: “Estar informado sobre la legalización del cultivo de cannabis es primordial para desterrar los prejuicios”

(Por Mónica Gómez)

“Lo primero que quiero aclarar es que la venta de plantas y aceite no está autorizado. Pero existe el registro y la posibilidad de producir uno mismo”, explica Antonella Muller, una de las misioneras que está inscrita en el Registro Nacional de Personas Autorizadas al Cultivo Controlado con fines medicinales y/o terapéuticos (REPROCANN). Esta base de datos es una regulación basada en la Ley 27.350, que se concretó por resolución del Ministerio de Salud de la Nación en el año 2021. Solo tienen permiso al registro las personas que cuentan con alguna patología o dolencia, y que se les haya prescrito el aceite de cannabis por un médico, inscripto también en el mismo.

Los saberes ancestrales son una práctica de aplicación del conocimiento basados en recopilaciones que muchas veces se transmiten de generaciones en generaciones o mejor dicho, de mujer a mujer. “Nací y me crié en zona rural. Mi abuela era “Vencedora” (Mujeres que heredan el poder de curar el empacho, ojeo, mareos). Así le decimos a las chamanas que curaban a la gente por medio de “vencimientos” y de plantas medicinales. Ella hacía tinturas, ungüentos, jarabes. Mi mamá también aprendió y en la chacra nunca faltaba el combo de plantas que curan: viví en ese ámbito” cuenta esta joven de 27 oriunda de la localidad de 25 de Mayo y hace 10 años que reside Capioví, a 124 km de Posadas.

Por un pinzamiento y desviación en la columna que le producía muchos dolores, ella se inició en el cultivo. En 2019 empezó a hacer cursos de medicina cosmética natural y medicina alternativa y fitoterapia. Es docente en educación secundaria en Agronomía, hizo una diplomatura en agricultura orgánica, un posgrado en Bio insumo Agrícola y una Maestría en Microbióta Humana, que forma parte de las especializaciones en la Escuela de Medicina. “Ahí aprendí sobre el posible daño de los medicamentos farmacológicos y su posibilidad de generar un desequilibrio en nuestro sistema inmune, a las defensas y a la salud”, comenta Antonella.

Las diferentes categorías para la inscripción son: cultivador para uno mismo, cultivador solidario, desde una ong, o como médico que forme parte de la Asociación de Médicos Cannábicos. Después de inscribirse en el Registro del REPROCANN se debe bajar la aplicación MÍ ARGENTINA y pedir turno con un médico inscripto también, para avalar el cultivo, presentar estudios médicos y demás informes de la patología o enfermedad de quienes serán beneficiarios de la producción. “El médico hará el nexo entre cultivador/paciente y el Ministerio de Salud. El trámite demora entre 1 y 4 meses y cuando se  cumplen con todos los requisitos, se les envía el carnet que habilita a cultivar cannabis”, aclara.

Gracias a este registro, que no tiene límite de cupo, se puede tener, cultivar y portar cannabis, hasta 9 plantas en etapas de floración y no hay límites en estado vegetativo, en una superficie de 15 metros cuadrados. “Cuando empieza a florecer y muestra su sexo, que tiene que ser femenino, es ahí donde genera unos cogollos de los cuales se extrae el aceite. La ley permite tener y transportar 40 gramos de flores secas que, después de cosechadas, se dejan secar para elaborar el aceite”, informa Antonella.

Es importante determinar con qué aceite se hace la maceración y ofrecer información sobre el proceso de elaboración. El aceite de oliva, por ejemplo, tiene un vencimiento más próximo porque se oxida fácilmente. “En mi experiencia, la mejor opción es el aceite de coco, que es más estable. También informó sobre qué variedad utilizó y con qué parte de las de planta está elaborado, porque los aceites para consumo y tratamiento siempre se elaboran con flores”, explica.

Antonella recomienda a los consumidores informarse antes de adquirir el producto,  chequeando sobre todo si la persona que lo produce está inscrita en el registro: “Es ideal que cada uno cultive su planta, elabore su aceite y que se inscriba de forma legal para estar amparado en un marco jurídico: si tenemos esa oportunidad, qué mejor que hacerlo uno mismo. Es muy sencillo el trámite y la producción también”, dice la joven.

Ella es una de las tantos productores que forman parte de la red de productores misioneros Somos Red, que es una organización asociativa que vincula y sostiene procesos de transición justa hacia la sustentabilidad ambiental por medio de prácticas agroecológicas: “somos muchos productores que nos acompañamos. Tratamos de llevar una vida en armonía con la naturaleza, basándonos en la medicina alternativa. Lo importante es que la gente conozca, ingrese en el registro y tenga su planta. No sólo cultivamos Cannabis, algunos producen verduras, otros hacen cosmética natural, y estamos presentes en casi toda la provincia” reconoce la productora.

Esta red se consolida por el despliegue de estrategias para fortalecer el arraigo de los jóvenes a la vida rural y las oportunidades de desarrollo de las personas en y con sus comunidades a través de la articulación técnica, gestión social, financiera y comercial fortaleciendo sus iniciativas productivas sustentables.

“La idea es sacar los prejuicios que tenemos sobre esta planta sagrada: al sentir hablar de ésta la mayoría de las opiniones son malas, tratar de incentivar que tengan su propio cultivo, que cultiven sin miedo que te vengan todas las autoridades encima, que te lleven preso por que eso es lo que más miedo da y más cuando lo necesitas por salud”,  concluye Antonella.

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