Además de los cambios en nuestra cotidianeidad, la cuarentena también modificó nuestros hábitos en el sueño.
No es raro escuchar en alguna videollamada cómo el confinamiento ha modificado la rutina del sueño, llegando a punto tal de intrometerse en nuestros sueños y hasta a veces convertirse en pesadilla.
Según una investigación de la Universidad de Harvard, los sueños vívidos han aumentado en concordancia con el desarrollo de la pandemia en todo el mundo. La investigadora Deirdre Leigh Barrett, a cargo de la “encuesta de sueños” confirmó que la crisis que genera el coronavirus generó estrés, que luego es reflejado en el sueño.
Este estudio demostró que aquello que genera más ansiedad y estrés en el día luego se manifiesta en contenidos negativos en los sueños.
“El personal de salud es el que más se parece a una población traumatizada. Tienen pesadillas en las que reviven sus experiencias y todas con el tema de que ‘soy responsable de salvar la vida de esta persona, no lo consigo y la persona está a punto de morir’. Y cuando sueñan que el enfermo es un hijo o un padre dicen que siempre hay un paso siguiente en el sueño cuando piensan ‘yo los contagié’”, detalló la científica Barret.
Cabe destacar que existen algunas estrategias para evitar que el confinamiento termine por desmoronar nuestra estructura de descanso. Según algunos expertos, la exposición a las pantallas presume una actividad que podría abandonarse unos minutos antes de llegar a acostarse.
Por otro lado, también se recomienda para quienes son más activos una rutina de ejercicios que permita gastar las energías necesarias para poder conciliar el sueño de manera más armónica; mientras que otros afirman que la ventilación y limpieza de las habitaciones puede ayudar a mejorar el descanso.
(Grupo La Provincia)