En todos los casos la caída más pronunciada se detectó en los sectores más pobres. Sólo un 10% de los encuestados aseguró haber incrementado el consumo.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y el Instituto de Proyección Ciudadana realizado en el Área Metropolitana (CABA y GBA) relevó los efectos de la pérdida de poder adquisitivo en el consumo.
Así, el 48% de los encuestados aseguraron que disminuyeron el consumo de carne, el 35% afirmó haber dejado de comprar lácteos, el 24% detalló que redujo la compra frutas y verduras y el 44% aseveró que achicó los gastos en gaseosas, jugos y sodas.
Por otra parte, un 15% directamente recortó el consumo de fideos, harinas y arroz, un 23% redujo la compra de medicamentos y el 63% de los participantes de la encuesta coincidió en postergar las salidas y el rubro esparcimiento.
En tanto, en el otro extremo, solamente el 9% incrementó el consumo de lácteos, 9% de carnes, 9% gaseosas, jugos y soda, 12% salidas recreativas, 8% combustibles y 10% medicamentos.
La evolución del consumo muestra que en todos los niveles socioeconómicos (alto, medio, bajo) hubo un porcentaje relevante de encuestados que disminuyó las cantidades consumidas.
En términos generales, mientras que los de nivel socioeconómico bajo tienden a reducir más el consumo en productos de primera necesidad, los sectores medios y altos lo hicieron en salidas recreativas y combustibles.
Por ejemplo, en las compras de carne el 54% de nivel socieconómico alto redujo sus consumos por la suba de precios, pero entre los encuestados de nivel bajo ese porcentaje se eleva al 64%.
En total, la muestra incluyó 647 casos y se llevó adelante entre el 10 de diciembre y el 25 de enero. El 40% se realizó utilizando puntos muestra en vía pública y el 60% restante de manera on-line, utilizando paneles y usando la metodología de “bola de nieve”.