(Por Mónica Gómez)
Desde principios de diciembre, Misiones viene siendo azotada por los incendios que arrasan con las chacras en diferentes puntos de la provincia. Ver arder el paisaje de los cerros selváticos te hace sentir la necesidad de mirar al cielo e implorar por un milagro.
En Comandante Andresito el fuego no da tregua y ya quemó un importante espacio productivo que corresponde a la comuna. Los sectores más dañados fueron los yerbales y las zonas ganaderas. Las pérdidas perjudican a los productores en el momento justo en que se preparan para la época de escasez anual. Es la primera vez que el municipio vive una situación tan dramática y por tanto tiempo.
“Hace 2 años que sufrimos un déficit hídrico acumulado en la región; el 2021 comenzó con mucha seca. Los productores perdimos la siembra de verano dentro de la zafra de ese mismo año y fue entonces que se declaró la emergencia agropecuaria. Entrando a un invierno seco y desde noviembre en adelante se intensificó la situación con nuestro clima prácticamente tropical: con la extensión del día, mucha horas de luz y los más de 40 grados esto se convirtió prácticamente en un desierto y con la gran masa vegetal qué hay en misiones, seca por supuesto, resulta un combustible muy interesante» explica Dario Bruera, productor presidente de la Asociación Ganadera de Andresito y uno de los damnificados por los incendios.
En los últimos diez días el fuego no dio respiro y cada foco fue más grande, a la gran preocupación por las zonas afectadas se le sumó la dificultad en el acceso que se les presenta al personal de bomberos. Misiones tiene laderas con una tupida vegetación donde caminar se vuelve imposible, así que solo se puede combatir esta situación desde el aire. Así describe este infierno Eduardo Valdez, jefe de Bomberos Voluntarios de Andresito: «empezamos la lucha el día 23 de diciembre y la lluvia alivió el fuego recién el domingo 2 de enero. El cuartel cuenta con un total de 23 bomberos: hombres y mujeres que están preparados para la tarea. Aun así, se debe destacar la solidaridad de la población de la que se recibió ayuda y colaboración. Tuvimos el apoyo de otros cuarteles, de la brigada forestal y desde la provincia los aviones hidrante y helibaldes que sofocaron en los lugares que son totalmente inaccesibles».
Los productores y la comunidad se reunieron en un grupo de autoconvocados, se equiparon con tanques y autobombas, tratando de ayudar. «La idea era que ellos no combatieran los incendios porque termina siendo un riesgo. Muchas veces el fuego avanzaba y no sabíamos si había civiles dentro del monte y eso nos preocupaba mucho más aún. Fue admirable la voluntad de estas personas siempre disponibles para lo que se necesitaba, al igual que el municipio. Es la primera vez que ocurre esto en Andresito y ojalá sea la última», continuó Valdéz.
Las pérdidas de materia prima como consecuencia del fuego en las zonas productivas de Comandante Andresito fueron de gran consideración con graves consecuencias a largo plazo para los productores. Como productor, Bruera lo sufre en carne propia: “el daño del fuego es el que más afecta, el que más impacta. Cuando ves que todo se va quemando, las llamas, es algo catastrófico, da miedo, pero también la sequía está provocando daños irreparables en las plantaciones jóvenes de yerbales y los cultivos de floración que se están perdiendo en este momento. Tenemos la ganadería que está con deficiencias, no hay comida. La hacienda ya está perdiendo kilos. No hay a quién venderle, porque tu vecino también está igual. Y esta es la época de vacas gordas, el momento en que nosotros guardamos comida para el invierno», lamenta el dirigente ganadero.
Los incendios se dieron en zonas donde la actividad rural es el motor económico de la región: «pese a todo, los productores tenemos que continuar tirando del carro, lo triste es que nos seguimos quedando sin gente para producir alimentos. Estamos viendo que los productores se están yendo de las chacras, los hijos no siguen en el campo, porque ven que los padres lucharon tanto y jamás obtuvieron respuesta de ningún gobierno. Históricamente fue así», continúa.
Las acciones en conjunto y en contra de estas catástrofes ambientales, que son originadas por variables ambientales y humanas, son la prevención, concientización y las soluciones gubernamentales para los afectados. La provincia en conjunto con el Ministerio del Agro y la Producción, decretó nuevamente la Emergencia Agropecuaria que rige por el plazo de 10 días con un plazo prorrogable frente al incendio: “lo que se necesita principalmente es una política de emergencia agropecuaria firme, en la que los productores se vean reflejados. Por ejemplo, las emergencias agropecuarias deberían contemplar extensiones impositivas en este periodo. En otras ocasiones cuando esta misma sanción se decretó, tuvimos que traer grano desde otras provincias y los camiones debían pagar ingresos brutos al entrar a Misiones. La emergencia en Misiones nunca terminó”, comenta Darío indignado, con lo que él siente como la falta de contención y de reglamentación para los productores.
La producción de yerba mate o la forestación, así como la cría de hacienda son cultivos a largo plazo que, aunque no fueran afectadas por el fuego o el impacto ambiental, las consecuencias van a repercutir en el campo: “hay yerbales que tienen más de 30 años, es un cultivo perenne, se lo planta una vez y después se va cosechando. Si el fuego llega a ellos, no solo te está quemando una planta, quema 30 años de historia, trabajo familiar y toda la capacidad productiva y económica de nuestra región”, concluye Darío.
En todas las temporadas se registran incendios, pero que no superan las 20 hectáreas, como máximo. «En esta ocasión, estamos hablando aproximadamente de 700h de bosque nativo, reforestación y plantaciones que se quemaron, arrasando todo lo que había por delante. Gracias a Dios, no lamentamos pérdidas de animales, ni viviendas, ni personas heridas», concluye Valdez como un vecino más de Andresito que sufre y lamenta lo que se vivió.
