5 Dic 2025
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Minoridad: Llamado de atención al sistema

El 20 de noviembre se conmemoran 36 años de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), el tratado internacional más ratificado del mundo, que transformó nuestra manera de entender a la infancia. Sin embargo, a más de tres décadas de su firma, el modelo de cuidados alternativos sigue siendo un desafío pendiente en Argentina y la región. A pesar de las evidencias y los testimonios de quienes estuvieron en instituciones, el derecho de niñas, niños y adolescentes a crecer en familia sigue siendo una deuda histórica. Este 20 de noviembre, se renueva el llamado a dejar atrás la institucionalización, y a garantizar que los niños y adolescentes sin cuidados parentales tengan el derecho de vivir en un entorno familiar y comunitario.

¿Es hora de cambiar?

A 36 años de la CDN, la pregunta es clara: ¿seguimos sosteniendo un sistema de cuidados alternativos que depende de las instituciones? La respuesta es rotundamente no. No podemos seguir manteniendo un sistema que, a pesar de décadas de crítica, sigue siendo la principal respuesta para los niños y adolescentes fuera del ámbito familiar. La institucionalización prolongada es un modelo obsoleto que vulnera derechos, limita oportunidades y tiene consecuencias negativas en la vida adulta.

En Doncel, organización que trabaja desde hace 20 años en la transformación de este sistema, se han escuchado de primera mano los testimonios de los chicos y chicas que crecieron en instituciones. Sus relatos son claros y desgarradores: vivieron la pérdida de sus redes de apoyo, cambios constantes de lugar de residencia, procesos adoptivos fallidos y decisiones tomadas sin consulta. Estos testimonios son un grito de alerta sobre los límites de un modelo de cuidados que debe ser superado.

En el último tiempo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dio un paso histórico al reconocer el cuidado como un derecho humano autónomo, un pronunciamiento que marca un cambio en el enfoque: ya no se trata de mejorar las instituciones, sino de garantizar que el cuidado se ejerza en un contexto de vínculos familiares y comunitarios.

Avances globales y el desafío de Argentina

En el mismo sentido avanza la Carta Global para la Reforma del Cuidado, presentada en la ONU por el Reino Unido y firmada hasta ahora por más de 100 gobiernos y organizaciones. La Carta llama a prevenir la separación familiar, fortalecer a los cuidadores, priorizar el cuidado en el seno familiar y avanzar hacia el fin de la institucionalización.

Argentina forma parte de esta conversación global, pero aún no ha adherido a la Carta. Hoy en día, el 90% de los niños y adolescentes sin cuidados parentales en el país siguen siendo alojados en dispositivos institucionales. Este sistema debe cambiar, y lo puede hacer.

Un futuro posible y necesario

Ya sabemos qué funciona: apoyos reales a las familias para evitar su colapso, equipos especializados cercanos al territorio, medidas de protección que eviten la separación cuando no sea necesario, programas de cuidado familiar sólidos y acompañados, transiciones acompañadas para los jóvenes que egresan, y, sobre todo, una participación activa de las niñas, niños y adolescentes en las decisiones que afectan su vida.

Es momento de dejar de imaginar un futuro idealizado y empezar a implementar políticas públicas que realmente estén a la altura de los derechos que debemos defender.

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