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martes, 10 diciembre, 2024

Los yerbateros resuelven el paro de la zafriña mientras que el Gobernador de Misiones se hace eco del reclamo por el INYM

(Por Mónica Gómez)

Cuando todos creían que los colonos de Misiones habían perdido la lucha frente a los grandes monopolios de la industria yerbatera, se vuelve a instalar la llama del reclamo justo que no descansa.

Finalizando la temporada donde rige la suspensión de cosecha y secanza de yerba mate (octubre, noviembre), estipulada por el INYM, -pese a la débil autoridad que le resta-, los productores se reunieron anticipándose al inicio de la zafriña para trazar el rumbo de la economía madre de la provincia de Misiones. Con el miedo latente de que el valor caiga por debajo de los $150, los productores del Municipio de comandante Andresito retomaron, el último 18 de noviembre, el pedido de las viejas demandas: un precio justo para su producción y la restitución del INYM. En la misma convocatoria duplicaron la apuesta y arremetieron con un paro de cosecha.

El motivo de dicha decisión se tomó a partir de la inminente llegada de la zafriña (cosecha fina) tras el anuncio de algunas empresas que pagarían un precio irrisorio. La Asamblea de yerbateros en una unión sin precedentes llegó a esta medida de fuerza que se publicó con un acta de puño y letra de Jonas Petterson.

El reclamo de los productores

A partir de los acontecimientos, el grito de los colonos se hizo eco en los medios nacionales, replicado en la agenda de las noticias en forma diaria.  El gobierno provincial convocó a una reunión a productores y trabajadores de la cosecha de distintas zonas. Como resultado, el mismo gobernador misionero Hugo Passalacqua, presentó un pedido formal al Gobierno Nacional solicitando la designación de un presidente para el INYM. La nota dirigida al jefe de Gabinete Guillermo Franco se presentó con carácter de urgencia el pasado 23 de noviembre y, a una semana un no hay respuestas. De la misma forma los yerbateros continúan congregandose a lo largo de la provincia para establecer las medidas de fuerzas y que su reclamo no pierda vigencia.

Desde la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate, no se conocen precedentes de la rauda caída del valor de la hoja verde, consecuencia de la desregulación de éste. El acelerado descenso del precio de la materia prima es resultado del libre mercado que deja a los 13 mil productores a merced de las cinco grandes industrias las cuales manipulan el valor otorgando medios de pagos a 30, 60 o 90 días.

 

En el contexto de libre mercado sumado a la idea instalada de sobreproducción de hoja verde (stocks de los secaderos), más la importación de materia prima, seguido por la baja en el consumo de la yerba mate la ecuación perjudica a simple vista a los yerbateros de nuestro país.

Es por ello que en un mercado imperfecto denominado oligopsonio – caracterizado por tener pocos compradores y muchos oferentes-, como lo es el de la yerba mate el equilibrio se lograba por INYM, con sus plenas facultades. Organismo encargado de estipular un valor mínimo por ley, al inicio de cada temporada de cosecha de la hoja verde, junto a otras facultades que le otorgaban garantías de equidad entre las partes que conformaban el directorio. Transparencia que ampara a los sectores más vulnerables de la cadena yerbatera: tareferos y productores primarios.

En consecuencia, continúan con su demanda de un precio justo por su materia prima, determinado por el 10% del valor del paquete en góndola. Y retoman la lucha por las restituciones del Instituto ya que, de convenir, el valor que sea, necesita un marco regulatorio que les garantice la continuidad de ese valor pautado, así como el plazo y los medios de pago correspondiente.

Las huellas de un símbolo de lucha yerbatera

Jonas Petterson es el mismo productor que el pasado 15 de agosto llegó hasta Plaza de Mayo reclamando por el INYM, en un tractor FIAT 400 naranja. La misma herramienta que con sus rugidos atraviesa a diario los campos de tierra colorada, desde hace meses lleva el clamor de los colonos sobre su asiento.

La máquina de origen misionero mantiene dentro de su carcasa la resistencia yerbatera y se ha convertido en el símbolo más representativo frente a la desregulación de la yerba mate.

Es el único de su localidad en lograr la hazaña de recorrer más de 1.300 km de distancia desde Andresito hasta Plaza de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires. Partiendo desde la tierra roja con el corazón palpitante y el alma cargada de hojas de yerba mate que cuentan las historias del trabajo duro y las desesperanzas.

Este tractor naranja FIAT 400, es el mismo corcel que hoy vuelve a traicionar la lucha en las calles en Andresito convirtiéndose en el estandarte de la lucha de los misioneros. Si bien el tractor es una herramienta que se crea con un fin, el pequeño que cruzó medio país vestido de celeste y blanco, comparado frente los gigantes de la pampa húmeda nació destinado a dejar huella y alzar la voz de esa argentina rural profunda que alimenta tradiciones y familias.

“Lo bueno siempre perdura, vive en la memoria”, leí una vez. Así es que, este gran amigo perdurará en la reminiscencia de aquellos que vivan y se encaucen en este reclamo. Oda al tractor naranja furioso, conductor de la lucha yerbatera.

 

 

 

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