8 Dic 2025
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Nueve de Julio

Espert: ocaso, angustia y traiciones

José Luis Espert atraviesa uno de los momentos más oscuros de su carrera. Desde que el narcoescándalo que implicó a Federico «Fred» Machado le dio un giro drástico a su vida política, el economista, que alguna vez fue considerado uno de los referentes de la economía liberal en Argentina, parece no poder levantarse. La caída de Espert es también la caída de una narrativa que prometía renovación y firmeza, pero que se desmoronó bajo el peso de las acusaciones y las traiciones. Un allanamiento humillante, denuncias por lavado de activos, y una serie de desencuentros políticos lo han dejado aislado y sin un claro futuro.
Espert no puede entender por qué la Casa Rosada, bajo el liderazgo de Javier Milei, lo abandonó en medio de la tormenta. Mientras Lorena Villaverde, vinculada con el narcotraficante Fred Machado, recibió el respaldo del Gobierno, él fue dejado de lado, a pesar de que el vínculo con Machado no lo implicaba en actos ilegales directos. Espert no oculta su indignación al ver que las fuerzas del oficialismo lo han “lanzado a la jauría” mediática. En privado, dice sentir que fue víctima de una doble moral: se le cuestiona a él por mantener relación con un empresario en la mira de la justicia, mientras que Villaverde, con acusaciones por narcotráfico en Estados Unidos, continúa siendo respaldada. Este comportamiento, para Espert, refleja la competencia que representaba dentro del espacio de La Libertad Avanza (LLA), una amenaza para las aspiraciones de Milei y su círculo cercano.

El ocaso de un candidato prometedor

Apenas hace un año, Espert era visto como un candidato competitivo en la provincia de Buenos Aires, con un discurso desafiante y un proyecto que atraía tanto a votantes de la derecha liberal como a aquellos cansados de las promesas incumplidas de la política tradicional. Pero tras la revelación del escándalo de Machado, todo eso cambió. Espert pasó de ser un posible contendiente presidencial a convertirse en una mancha venenosa dentro de La Libertad Avanza, un nombre que ahora genera desconfianza y recelo dentro del espacio. La situación fue aún más dolorosa cuando, en los días posteriores al estallido del escándalo, la mayoría de su entorno más cercano, incluidos su equipo de campaña y su vocero histórico, abandonó el barco.
El exdiputado, a pesar de haber sido defendido públicamente por Milei, no logra encontrar la calma. A menudo se muestra desesperado, inquieto por la incertidumbre de su futuro. El trauma del allanamiento del 9 de octubre, cuando fuerzas de seguridad lo encerraron a él y a su esposa desnudos en el baño de su casa, se ha convertido en un dolor que no puede superar. Los detalles del operativo, descritos por su abogado, Alejandro Freeland, solo añaden más peso a la humillación vivida por Espert. “Lo que pasó esa mañana es algo que nunca olvidaré”, confiesa. Los registros de ese día quedarán grabados no solo en su memoria, sino también en el expediente judicial que avanza en su contra.
Aislado en su casa de Beccar, su vida se ha reducido a un espacio limitado. Salidas mínimas, algunas veces en un Uber, son las únicas actividades que realiza. Aunque su cercano círculo le ha recomendado mantenerse al margen de la atención pública, Espert no puede dejar de revisar los motivos que lo llevaron a este punto y a preguntarse quiénes lo traicionaron en el proceso.

La guerra interna

Espert siente que la relación con Karina Milei nunca fue buena. Aún más desgastada fue su relación con Santiago Caputo, el hombre que habría tenido un papel clave en su caída mediática. La situación se tornó aún más compleja cuando Espert intentó explicar públicamente su vínculo con Fred Machado en un video que fue ampliamente criticado. Según sus allegados, ese intento de defensa fue una jugada fallida, una pieza de comunicación mal ejecutada que solo alimentó las dudas sobre su transparencia. Para Espert, esa fue la jugada final de quienes querían deshacerse de él, entre ellos Patricia Bullrich, quien en público lo increpó por sus vínculos con el escándalo.

El laberinto judicial

El futuro de Espert parece atado a lo que suceda en la Justicia. Desde el escándalo, se ha visto envuelto en dos investigaciones judiciales: una a cargo del juez Marcelo Martínez De Giorgi sobre el supuesto lavado de activos relacionado con los vuelos de campaña en los aviones de Machado, y otra en San Isidro, liderada por el juez Lino Mirabelli. La estrategia de su defensa es clara: desmontar los cargos relacionados con el crecimiento de su patrimonio y demostrar que sus relaciones con Machado fueron dentro de un marco de trabajo privado, no político.
La clave aquí es la interpretación que se le dé a la legalidad de los vuelos en los aviones de Machado y si las declaraciones de dinero fueron o no pertinentes dentro de la legislación electoral, como sugiere su defensa. Espert está convencido de que la justicia lo sobreyerá eventualmente, pero sabe que las consecuencias políticas y sociales ya han comenzado a golpearlo. Las recientes decisiones de la Cámara de Diputados, que autorizaron el avance de las medidas en su contra, lo han dejado aún más vulnerable.

¿Redención u ocaso definitivo?

A medida que avanza el proceso judicial, Espert enfrenta su mayor desafío: el intento de recuperar su imagen y reputación. Los abogados de Espert no sólo están luchando por su libertad, sino por su rehabilitación en el espacio político. Pero la creciente desconfianza en su figura dentro de LLA y el empuje de la Justicia lo han dejado sin aliados en su propio sector.
A pesar de las denuncias de Juan Grabois sobre su presunto enriquecimiento ilícito, el escándalo del avión y su vínculo con Machado continúan siendo los temas dominantes que empañan su legado político. Para muchos, Espert ya no es el líder que alguna vez prometió revitalizar la política económica del país; es una figura marcada por la controversia y las acusaciones de traición que lo dejaron solo en un laberinto de desesperanza.
Con una vida pública devastada por las disputas internas, la desconfianza y el desgaste mediático, el futuro de José Luis Espert parece hoy incierto. Lo que parecía ser el renacer de un político emergente, se ha convertido en el ocaso de un proyecto personal y político que se deshizo ante la mirada de la opinión pública y la justicia.

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