La Doctora, Verónica Lawriwskyj, jefa del sector Neumonología del Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias acompañó un trabajo que busca esclarecer dudas sobre una enfermedad no siempre bien tratada. Reconoció que los síntomas aumentaron en la población femenina producto del tabaquismo.
La doctora Verónica Lawriwskyj, jefa del sector Neumonología del Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias señaló que «EPOC es una enfermedad frecuente, prevenible y tratable que se caracteriza por síntomas respiratorios persistentes y limitación del flujo aéreo causada por alteraciones de las vías aéreas o de los alvéolos, usualmente producidas por una exposición significativa a partículas o gases nocivos. Por ejemplo, humo de tabaco, humo de combustibles domésticos para cocinar y calentar, polvos, vapores, gases y otros productos químicos profesionales».
Explica que da señales de alerta. La disnea (dificultad respiratoria) crónica y progresiva es el síntoma más característico de la EPOC. Es persistente y empeora característicamente con el esfuerzo. Tos crónica: puede ser intermitente y no productiva. Sibilantes recurrentes. Expectoración crónica: con cualquier patrón. Infecciones recurrentes de las vías aéreas inferiores.
Además reconoce la médica hay factores «como los genéticos, anomalías congénitas del desarrollo o familiares y de la infancia: bajo peso al nacer, infecciones respiratorias infantiles».
La jefa del área de Neumonología indica que «debe considerarse el diagnóstico de la EPOC en todo paciente que presente disnea (falta de aire o falta de aliento), tos crónica o expectoración y/o antecedentes de exposición a cualquiera de los factores de riesgo de la enfermedad».
La Dra. Verónica Lawriwskyj, admite que «el tabaquismo es la exposición de mayor riesgo pero también pueden contribuir exposiciones ambientales como los combustibles de biomasa y la contaminación atmosférica Además, existen factores dependientes del huésped como anomalías genéticas, desarrollo pulmonar anómalo y envejecimiento acelerado».
Además considera que «La posibilidad de desarrollar la enfermedad es multifactorial. No sólo se trata de la cantidad de años que fumó, sino también de la cantidad de cigarrillos por día. Si el paciente deja de fumar, puede presentar los síntomas años después, y al consultar por los mismos, puede tener el diagnóstico referido».
«Una vez detectada la afección se pueden disponer las acciones más importantes y las terapéuticas, la mayoría se refieren al uso de broncodilatadores de acción prolongada más Rehabilitación Respiratoria para pacientes moderados y severos, que mejoran la tolerancia al ejercicio y la calidad de vida».
La investigadora enfatiza que «es preciso realizar una espirometría que es la medición más reproducible y objetiva para la detección de la limitación del flujo aéreo. Es una prueba no invasiva y fácilmente accesible».
En ese orden explica que es esencial un seguimiento sistemático de los pacientes con EPOC. «Hay que controlar los síntomas, las exacerbaciones y las mediciones objetivas de la limitación del flujo aéreo para determinar cuándo se debe modificar el tratamiento e identificar las posibles complicaciones o enfermedades concomitantes que aparezcan».
«La prevalencia de la enfermedad aumenta, en la población femenina. Si bien aún es más frecuente en hombres, en las mujeres es producto del humo de tabaco». Dice la Neumonóloga.
«En el caso de las mujeres fumadoras, tienen mayor dificultad que los varones para abandonar el hábito, aunque las que lo logran tienen mayores beneficios que sus pares masculinos«. reflexiona la Dra Lawriwskyj.
En la Argentina un estudio conocido como EPOC.AR, entre el 2014 al 2016, encontró una prevalencia de 14.5%, relacionada con la edad, sexo masculino, tabaquismo, nivel socio económico bajo y antecedentes de tuberculosis.
(Urgente 24)