(Por Lic. Hugo Merlo)
El viento apaga una vela y aviva el fuego, escribí a fin del año pasado, pensado en concepto de anti frágil, que es más o menos así: “si no te mata te fortalece…”
El concepto de anti frágil, y se define más o menos así, es la propiedad de los sistemas naturales (y complejos) que han sobrevivido, de beneficiarse con las crisis, prosperan y crecen al verse expuestos a la volatilidad, al azar, al desorden y les encanta la aventura, el riesgo y la incertidumbre. Todo lo que evoluciona.
ES ANTIFRAGIL, la cultura, los sistemas políticos, la innovación tecnológica etc.
Podemos sintetizar la fragilidad, dice Nassin Talleb, en el pasaje mitológico de Damocles, un cortesano que obtiene un gran banquete pero con una espada que cuelga sobre su cabeza atada con el pelo de un caballo. El pelo de la cola del caballo se cortará indefectible y caerá sobre la cabeza de Damocles, que es Frágil.
Otro mítico ejemplo es el Ave Fénix. El ave cada vez que muere renace de sus propias cenizas y siempre vuelve a su estado inicial. Este es un estado intermedio de anti fragilidad.
El otro mito, es el paradigma de la supervivencia, la Hidra, un ser con forma de serpiente y varias cabezas, que cuando se le cortaba una de ellas, le nacían dos más, por eso representa la anti fragilidad.
Vayamos a nuestra realidad: pandemia, debacle económica, cuarentena, porque debemos asumir que “es lo que es”, “lo que pasó, pasó”. El hecho está, y ahora mismo como nos preparamos para una nueva realidad que no conocemos.
Pero es esperable que, aunque debamos afrontar las consecuencias, también tengamos en cuenta que recursos emocionales vamos a poner en juego para sobrevivir, estos tienen que ver con la capacidad de adaptación, a lo que será sin duda algo diferente.
Nadie previó esto, el hecho que no se puedan predecir estos desastres nos afronta a ver las cosas de una manera incomparable y estar preparados, o ser anti frágiles como la Hidra, capaces de enfrentar situaciones aunque no las podamos profetizar. Y fortalecernos.
La anti-fragilidad entonces añora la incertidumbre, lo aleatorio, lo impredecible, se fortalece en esas situaciones.
La sabiduría en la toma de decisiones es más importante que el conocimiento, esto es lo que debemos tener en cuenta, el recorrido de la teoría a la destreza, estamos en un momento de decisiones.
Cuentan una historia de un profesor de teoría decisión, el más citado en estos temas, inclusive autor del manual más mentado sobre la cuestión “Toma de decisiones racionales”. Cuenta la historia, que un día le ofrecieron un puesto en una prestigiosa Universidad y le costaba mucho tomar la decisión. Otro profesor le dijo-¿por qué no utilizaba alguna de sus teorías?, por ej. “máxima utilidad esperada” y el profesor les respondió “Ni lo diga, esto va en serio”. Es necesario prepararse para tomar decisiones bajo incertidumbre, la neurociencia aporta cuestiones de comportamiento racional.
Llegado hasta acá, lo desafío a pensar ¿Cómo será el planeta después de la pandemia? ¿Cómo será nuestro país, nuestra ciudad? porque todo cambiará, y eso exige nuevos liderazgos, como decíamos semanas atrás. ¿Quiénes se juegan el pellejo en esta emergencia? ¿Quiénes están dispuestos a dejar la piel en el aprieto?
La situación es tal que hay mucho por perder, poco por ganar, y eso nos hace frágiles, la situación es despareja. Encontré, (lo bueno de tener tiempo) buscando alguna filosofía que me dé un respiro frente a la fragilidad y dí con Séneca (Estoicismo), que llegó a ser el más rico del Imperio Romano. Le recomiendo si tiene ganas buscar en Google y mirar, solo por curiosidad .Este señor realizaba unos ejercicios mentales dónde daba por perdidas algunas cosas de antemano para no acusar tanto el golpe en el caso que las perdiera.
Terminamos con un resumen, el cóctel, una parte decisiones prácticas, ser anti-frágil y sepa que algo va a perder.
Nos vemos…