El interés por los horóscopos, la astrología y las artes esotéricas pareciera estar viviendo un boom en los últimos tiempos. Si bien puede ser solo una percepción, en redes sociales y grupos de Whatsapp, el tema es tendencia: hay cientos de memes referidos a las características de los signos y hace un mes la frase «Mercurio retrógrado» hizo temblar a muchos.
Gael Policano Rossi, más conocido en Instagram y YouTube como AstroMostra, es astrólogo, escritor y dramaturgo. En una charla con DIB analizó este fenómeno que en la actualidad pareciera sumar cada vez más adeptos, aunque se trate de una actividad que se practica nada más ni nada menos que «desde el comienzo de la historia de la humanidad», subrayó.
No obstante, el hecho de que haya información astrológica que circula en las redes «habla de la profundidad conceptual que tiene esta práctica, de todas las capas que presenta, de todos sus niveles, algunos más frívolos, otros más profundos», señaló el especialista. Pero, ¿por qué esta práctica es tan polémica? ¿Por qué tiene tanto detractores como fanáticos? ¿Qué es realmente la astrología y qué alcances tiene? ¿Es sólo la caracterización tipológica de una persona por haber nacido en determinado mes?
AstroMostra la definió más que nada como «un ejercicio del pensamiento» y como «un modo de leer el mundo», y agregó: «Es dogma, ciencia, arte, es un poco todo, la astrología es una práctica literaria, poética, está más vinculada en mi caso a la escritura que a una creencia». Y lo que sin duda no define a la astrología, expresó, es «ser una vía de sanación, de cura de los problemas, de predicción del futuro y una especie de predeterminación del destino de una persona».
Subversiva
Haciendo un poco de historia, AstroMostra dio cuenta de que la astrología es una disciplina que estuvo vinculada a la ciencia hasta el comienzo de la Modernidad. «La astrología se desliga de la academia durante el proyecto de la modernidad por la Inquisición», indicó Policano Rossi, y abundó: «El proyecto de la Modernidad tiene tres patas: la Inquisición, la caza de brujas, es decir el dominio de las mujeres rurales, para generar la economía común de la primera idea de Comunidad Europa, la expansión hacia América y el proyecto de la ciencia, que va a permitir la unificación europea a través de un lenguaje común, siempre en relación con los círculos de estudio religiosos».
En ese proceso, la astrología, que utiliza herramientas matemáticas como la trigonometría, queda apartada de los espacios académicos y se ubica desde entonces en un lugar subversivo. «La astrología presentaba una relación directa con la observación del cielo, estaba íntimamente ligada a la navegación, la Inquisición la prohíbe a mediados del siglo XVII y ahí pasa a la clandestinidad, se tiene que refugiar en Alemania y en Londres, donde curiosamente eran protestantes y no perseguían a quienes la practicaban», precisó.
Estudioso, autodidacta, entre datos y anécdotas, Policano Rossi contó, por ejemplo, como científicos como Johannes Kepler en el siglo XVII realizaban cartas natales en la calle para sobrevivir, o como ya entrado el siglo XX, el psicoanalista Carl Gustav Jung reprimía que sabía esta disciplina y que la aplicaba en su consultorio para seguir formando parte del mundo académico. «A lo largo de la historia la astrología siempre fue una práctica popular, era un encuentro en la plaza, siempre fue un espacio de diálogo entre las personas», sintetizó.
Carta natal y libro de práctica
La herramienta principal de la astrología, de quien estudia y de quien se acerca a la disciplina con inquietud de autoconocimiento, es la carta natal. «La carta natal va a hablar de muchísimas cosas, de eventos que pasaron, de puntos de partida desde donde uno toma las cosas y también va a hablar del tiempo en el que estamos, nos sirve para pensarnos y sobre todo nos sirve para tomar distancia sobre algunos temas», explicó AstroMostra, quien acaba de publicar el libro «Guía astrológica para sobrevivir en la Tierra», editado por Alfaguara para Random House, que está dedicado «a todo tipo de público, sobre todo a quiénes no sepan nada del tema».
El libro permite que la persona pueda «levantar su propio mapa natal» y sacar las herramientas principales como el Sol, la Luna y el ascendente. «Lo más importante es que la persona que tiene el libro es la que produce, la que escribe, yo no soy quien explica las cosas», remarcó, y concluyó sobre su práctica como astrólogo y escritor: «Lo que hago es astrología contemporánea, que sale de lo tradicional y lo antiguo, y es el ABC para quien quiera acercarse y comenzar». (DIB) AR