(Por Mónica Gómez)
Indistintamente somos frutos de las raíces de donde nacemos, la tierra, la gente, el clima y muchos otros son los factores condicionantes para nuestro desarrollo. Moldeamos el carácter bajo las particularidades, y todo el potencial de vivencias a futuro es el resultado de lo vivido. Lo que somos es sinónimo de lo que fuimos, y es en consecuencia hacia dónde queremos ir. Por eso la importancia de que los cambios de paradigmas sociales no deben basarse solo en necesidades universales, es fundamental reforzar las carencias individuales poniendo en foco aquello que es particular de una comunidad, de un grupo o de una familia. Llegar a lo importante de cada uno, comprenderlo y acompañarlo, así todos por igual deberíamos acceder a las mismas condiciones. De allí mi argumento de una sociedad que avance.
Con orgullo Andrea «Anshy» Arzamendia a sus 30 años se reconoce como oriunda de Santiago de Liniers. Haciendo un breve comentario que en los papeles deja en claro que nació en la localidad Eldorado provincia de Misiones, “nacida allí solo por una cuestión de sanatorio”, remarca. Su crianza en ese municipio pequeño de casi 2500 habitantes que se asientan a lo largo de la gran extensión del territorio determinado, es la huella que marca su camino actual. Como una mujer que creció en el seno de una familia que producían, trabajaban y consumían de su chacra, es autosuficiente, gran conocedora del manejo del cultivo y una representante legítima de sus raíces y de la cultura Misionera. Más allá del lugar donde creció, ni hablar del sacrificio que hicieron sus padres para brindarle educación y de la motivación de sus hermanos, rescata el acompañamiento de la comunidad y de las asociaciones de Pequeños Productores que, junto a extensionistas y otros asociados, motivaron grandes proyectos para el enriquecimiento cultural de los jóvenes. Uno de los más significativos que recuerda con gran añoranza es el curso de comunicación audiovisual, clases de alfabetización y demás que sumaron al crecimiento de los pequeños productores y de la comunidad en sí.
Su trabajo y sus estudios se enmarcan desde la estructura familiar y social que vivió. Ella actualmente se dedica a la comunicación dentro de la Secretaría de Estado de Agricultura Familiar y según lo que puede dilucidar, sus experiencias en la chacra no solo la formaron para este cargo, que se maneja dentro del ámbito rural, ejemplifica con las profesiones de sus hermanos, que ejerciendo o no una profesión ligada a sus orígenes, igualmente es una consecuencia directa ese paso por la chacra.
La colaboración de los pequeños en el campo y en su casa era una actividad de la situación diaria, la cría de animales, cosechar maíz, la recolección de leña y cualquier otra, que son el hacer de la idiosincrasia de la zona no son una problemática si es solo algo meramente hogareño. En el momento de presentar su tesis de estudios en la carrera de licenciatura en Comunicación la elección fue fácil y determinante para ella, se motivó por presentar y estudiar la comunicación, la organización y la identidad con las y los productores de la asociación civil Productores Unidos de Santiago de Liniers (PUSaLi) la organización donde colaboró y realizó uno de las actividades que marcó su camino que fue MIRADAS DE LA GURISADA una Productora Audiovisual, entre sus producciones estuvo un programa de televisión donde se mostraban a los jóvenes y a distintas temáticas referidas a la agricultura familiar de Misiones y diferentes acciones donde ella fue haciendo intervenciones.
Su abuelo materno era trabajador rural en un secadero de yerba mate y lo recuerda como un hombre de la tierra, es que por estas latitudes el autoabastecimiento productivo es la norma y así sé que es porque me quedó grabado una frase ilustrativa que escuché de un productor, de lo que para el misionero significa la chacra “no hay persona aquí que no tenga un historia con la chacra, con la tierra, está en nuestra naturaleza en nuestra cotidianeidad”. En el pueblo o en cada rincón de la provincia, todavía se produce, sea huerta o plantación en pequeña o a gran escala es una cuestión cultural que se debería revalorizar e inculcar a las nuevas generaciones, a fin de que ellos, lleven ese legado con amor y tradición, esten donde esten o ejerzan la profesión que sea.
Su manejo y las herramientas son a partir de un cimiento de sus orígenes y de la producción. Proyectar las vivencias de los productores y concretar una comunicación directa es necesaria para conocernos y reconocer la labor que cada uno como ciudadanos ponemos en la sociedad.
La receta del día es una que refleja este ambiente familiar en el cual Anshy fue criada,
Buñuelos de mandioca
Ingredientes:
Para los buñuelos:
- Mandioca, 500 gr
- Yema, 1
- Azúcar, 1 cda
- Canela o ralladura de limón, opcional para saborizar
- Aceite para freír, 500 cc
- Harina tipo premezcla sin T.A.C.C. para empanar
Para la salsa:
- Miel para embeber los buñuelos, 200 cc
- Ralladura de 1 naranja
- Canela, 1 pizca
- Agua, 50 cc
Preparación:
Pelar y cortar la mandioca en pedazos (con corte transversal o sino con pela papas). Cocinar en abundante agua hasta que esté bien tierna. Dejar enfriar y hacer un puré liso, sin grumos. Tamizarlo, para sacarle los grumos y la fibra. Agregarle la yema, azúcar; amasar hasta integrar todo.
Formar bolitas con las manos y pasarlas por harina. Freír en abundante aceite caliente (en caso de que se desarmen en el aceite, agregar 2 cdas de harina). Retirar del aceite y escurrir en papel absorbente.
Para la salsa: unir todos los ingredientes en una olla, calentar y mezclar hasta integrar.
Acomodar los buñuelos en un plato y salsearlos con abundante mezcla de miel y servir. Son más ricos si se comen en el momento.
