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lunes, 29 abril, 2024

Colesterol y actividad física

(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)

Un elemento importante en el mantenimiento de la salud cardiovascular y en general, es mantenerse físicamente activo, en movimiento, realizar algún tipo de actividad física, ejercicio o deporte.

La inactividad física, el SEDENTARISMO, es en sí un factor de riesgo más que importante para las enfermedades cardiovasculares. Sus efectos adversos influyen y potencian otros factores de riesgo. La actividad física regular puede ayudar a controlar el peso corporal y de esta manera bajar el colesterol LDL. También puede ayudar a aumentar el colesterol HDL, bajar los triglicéridos y mejorar el estado del corazón y pulmones. Además, ayuda a reducir la presión arterial y el riesgo de diabetes.

Para ser beneficiado con la actividad física no es necesario ser un súper atleta o correr una maratón, cada uno de nosotros podemos adecuarla a nuestras características y posibilidades personales dependiendo que esta actividad tenga ciertos  fundamentos:

Actividad ligera: mientras cada uno se adapta a la actividad física, intentar hacer algo ligero, como por ejemplo caminar, bicicleta, limpieza de la casa, mantenimiento del jardín, mandados sin vehículo, etc.

Actividad de intensidad moderada: caminar diariamente más de 20 minutos, andar en bici 30 minutos, patinar, jugar tenis, golf, bailar.

Actividad de alta intensidad: correr unos minutos, subir cuestas arriba con carga, jugar básquet, futbol, natación, escalar una montaña.

Ante cualquier síntoma de una enfermedad cardiovascular, hipertensión, diabetes, o si es una persona mayor de 40 años o mujer mayor de 50 años que desea hacer actividad física, previamente es necesario realizar un control y chequeo médico antes de iniciar un programa.

Lo ideal es seguir una actividad moderada-intensa de 30 minutos diarios, aunque lo fundamental será estar en movimiento, no importa cuánto tiempo.

Las ventajas del ejercicio físico sobre los factores de riesgo cardiovascular:

Obesidad: el ejercicio produce un mayor gasto de calorías, por lo que a igual consumo calórico con la dieta, su eliminación será mayor. Asimismo, el ejercicio aumenta la masa muscular, que es un tejido que consume muchas calorías para funcionar, lo que evita que el exceso calórico se almacene en forma de grasa.

Niveles de colesterol: disminuye el colesterol total y triglicéridos, aumentando la proporción de HDL (colesterol bueno).  También los fármacos que reducen el colesterol actúan con mayor eficacia en las personas que tienen el peso adecuado o un sobrepeso leve.

Niveles de glucosa: El ejercicio favorece la entrada de glucosa en las células, por lo que retrasara la aparición de diabetes tipo 2 (de aparición tardía, después de los 40 años y más frecuente en personas con sobrepeso)

Tensión arterial: El ejercicio favorece la dilatación de los vasos periféricos, lo que ayuda a disminuir la tensión arterial.

Corazón: a través del ejercicio físico, empezara a disminuir el pulso, es decir, el número de latidos cardiacos por minuto, esto significa que el corazón trabajara menos para conseguir el mismo rendimiento, y por lo tanto, va a durar más tiempo en perfecto estado.

Pulmones: aumenta la capacidad pulmonar para el esfuerzo.

Articulaciones: aumenta su flexibilidad y favorece la retención de calcio sobre los huesos, evitando la osteoporosis.

La actividad física, el ejercicio, como preventivo y principal activador para el mantenimiento de la salud.

 

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