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lunes, 22 abril, 2024

Sedentarismo y actividad física

(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)

Cuando uno decide realizar el cambio del sedentarismo a la actividad física, en la gran mayoría de los casos, la clave es la “intensidad” y el tipo de trabajo que se realiza. Es aquí donde radica la diferencia entre el  ejercicio físico saludable y beneficioso, y el entrenamiento peligroso.

La juventud parece ser un don que estamos condenados a perder, un bien que, cuando lo tenemos no lo valoramos ni apreciamos, y cuando comenzamos a hacerlo dejamos de poseerlo.

Existe sin embargo una alternativa, un prototipo diferente, en el que es posible destacar las reales virtudes de ser joven, vinculadas más a la condición fisiológica que a la edad. Y para alcanzarlo solo se necesita tener ganas, paciencia y voluntad.

Fisiología se refiere al funcionamiento de los sistemas de nuestro cuerpo. Poco a poco vamos perdiendo la eficiencia de esos sistemas pero lo que hay que saber es que la mayor parte de esa pérdida es evitable, porque no se relaciona con el envejecimiento sino con el desuso y el abuso.

Las agresiones físicas son acumulativas.

Dos factores importantes del envejecimiento son la pérdida de la movilidad y la agilidad, y el miedo al ridículo.

Lo primero que debemos preguntarnos al comenzar un plan de acondicionamiento físico es cuál es nuestro Objetivo. Dos son las opciones más comunes:

-Mejorar el rendimiento físico y mental, previniendo las enfermedades y retrasando el envejecimiento.

-Mejorar el rendimiento competitivo.

Y dentro de los objetivos elegidos algunas de las  variables son:

Descenso del peso corporal.

Disminución de la fatiga y el cansancio.

Cuidado del corazón.

Cuidado de lípidos en sangre.

Control de la hipertensión arterial.

Incremento del tono, fuerza muscular.

Marcación, mejoramiento estético.

Postura y flexibilidad.

Mejora de la resistencia aeróbica, la potencia.

Aunque parezca raro, cuanto más desentrenado se encuentre la persona más rápidamente podrá observar los cambios y las mejoras-

Algunas sugerencias: respetar la frecuencia semanal de entrenamiento, de nada servirá salir el domingo a caminar durante horas y mantenerse inactivo el resto de los días de la semana.

Respetar la intensidad. Controlar la frecuencia cardíaca, poder hablar normalmente mientras realizás la actividad,

El agregado del braceo al caminar aumenta la intensidad.

Respetar el tiempo propuesto, normalmente seria de no menos de 30 minutos diarios.

El objetivo más importante sería: abandonar el SEDENTARISMO hoy y para siempre, causa número uno de enfermedad, mortalidad y vejez prematura.

Prof. Fernando “Cocó” Maineri

 

 

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