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jueves, 25 abril, 2024

Pequeño talento al volante

Tiene diez años y se destaca al volante de un karting. Santiago Baztarrica acelera a fondo al tope del campeonato como su ADN lo indica.

(Por Juan Manuel Jara)

Acelera en el karting con la misma naturalidad con la que alguno de sus amigos patea una pelota. A los diez años, el pequeño Santiago Baztarrica está haciendo honor a la sangre tuerca que corre por sus venas. “Es como una moto pero con cuatro ruedas y va pegado al piso”, así define al karting.
Contento porque disfruta de un muy buen año en la categoría Promocional que se corre mensualmente en Buenos Aires, Ciudad Evita o Zárate, según el calendario. Son diez fechas anuales, ganó las dos últimas carreras y, a falta de tres para el final, viene primero en el campeonato.
Da alguna ventaja porque la mayoría de sus rivales son de de Buenos Aires y prueban seguido. En cambio, por estar en 9 de Julio, Santiago lo hace dos o tres veces al mes. En el fin de semana de carrera a veces los sábados hay entrenamientos y a veces clasificación o se clasifica y se corren dos finales a doce vueltas directamente el domingo.

SEMANARIO EXTRA: ¿Para correr, hacés una preparación especial?
SANTIAGO BAZTARRICA: Hago natación para tener resistencia y dar todas las vueltas parejas porque es bastante exigente.
SE: ¿Qué es lo más difícil cuando estás manejando el karting?
SB: Lo más difícil es concentrarse para dar todas las vueltas iguales. Si lo hacés, yo creo que andás muy bien.
SE: ¿Hay paradas en boxes o no?
SB: No, generalmente largo y no paro hasta el final o si se me rompe algo o si en un roce se me sale la trompa y tengo que parar para ponerla de nuevo. Pero no, no paramos en boxes.

Tiene un equipo conformado por su papá y un amigo de este, Pichi Camiletti, que ponen todo para que pueda correr.
SE: ¿Cómo son en el box?
SB: Me dan indicaciones y a veces me retan…
SE: ¿Te retan, cuando te retan?
SB: Cuando doy mal una curva…bueno, no me retan, me dicen que la hice mal y yo les digo bueno, bueno…pero después me doy cuenta que es para mejorar porque cuando hago bien esa curva mejoro mucho.
SE: Van con casco, claro… ¿Tenés comunicación con tu equipo?
SB: No. No se puede tener comunicación, está prohibido, pero sí me dan indicaciones desde afuera con las manos. A veces no entiendo lo que me dicen, pero bueno…
SE: ¿Cómo manejás el tema del colegio?
SB: Cuando voy a probar tengo que faltar, pero llevo un certificado. El colegio me deja ir a probar, lo que me ayuda para estar tranquilo, pero a la vuelta tengo que pedir la tarea.

Le gustan los alfajores de maicena de la tía Rosana. El manejar en carrera es algo ya natural para el pequeño piloto. Los nervios ya son una anécdota más, según el mismo Santiago que recuerda que “antes sí que me ponía más nervioso todo, pero ahora me pongo nervioso antes y cuando largo ya se me pasa. A medida que empecé a correr más carreras, me pongo menos nervioso y me gusta cada vez más. Me dice mi papá que tengo que tratar que hacer de cuenta que estoy entrenando, a veces me escapo y a veces me siguen”.

En la grilla de largada de cada carrera son entre 9 y 10 autos promedio. Santiago estudia a sus rivales, los analiza, saca ventajas y desventajas y los compara con lo suyo. El karting de su categoría no tiene cambios, son directos, sin cambios, pero alcanzan los 100 kilómetros por hora en una recta. Tiene dos motores para entrenar y el de la carrera se sortea en cada fecha. “Me entreno con un motor más fuerte para cuando me subo al otro ir a fondo. ¡¡Y así es como que vas boludeando…!!

SE: ¿Tenés alguna cábala, algún ritual?
SB: No nada.
SE: ¿Cómo son las categorías?
SB: Yo estoy en la Promocional, y de ahí se pasa a la Mecánica Nacional en donde seguramente voy a correr el año próximo.
El padre y “Pichi” colaboran en todo para que él pueda correr en karting. Eso sí, no lo pueden probar. Santiago explica la negativa: “No entran…ninguno de los dos… Igual tampoco se los presto”. Punto final.
La butaca está adaptada para su total seguridad. Recuerda un choque en el cual lo tocaron de atrás y él le pasó por arriba al de adelante, “pero no te pasa nada porque tenés todas las protecciones”, asegura el pequeño as del volante. Ese incidente también quedó en la historia familiar: “en ese choque mi mamá se metió dentro de la pista y casi me descalifican”.
SE: ¿Cómo fue eso?
SB: Yo venía en la curva, en el circuito de Buenos Aires, y uno me da un toquecito de atrás, me le monto a otro y quedo fuera de pista. Se me para el motor y yo estaba tratando de encenderlo, pero mi mamá pensó que me había pasado algo. Saltó a la pista y casi me descalifican. Fue a ver si yo estaba bien. Después lo encendí y volví a la carrera.
La historia terminó con reto a la inversa, de hijo a madre: “Nunca más te metas en la pista. Mirá si me descalifican”. Ese enojo fue efectivo. Su madre nunca más se metió.
SE: ¿Qué haces en el box?
SB: Casi siempre estoy ahí, sentado miro una camarita que tenemos y eso ayuda a ver lo que hiciste. Miramos si hago algo mal o bien. Eso ayuda para estar mejor para la próxima carrera.
SE: ¿Quienes suelen acompañarte a la carrera?
SB: Mi papá, “Pichi”, mi mamá, mi abuela y mi hermana Josefina.

Sus amigos del colegio lo bancan, en especial “Jere” Goughy que lo acompaña a entrenar “pero no quiere subirse”. La próxima cita de Santiago es el 14 de octubre en Zárate. Una vuelta menos para la bandera a cuadros del campeonato

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