Pamela Martín García fue invitada por «Extra» a contar su experiencia internacional en Estados Unidos, a continuación transcribimos sus palabras:
Este semanario me invitó a participar en esta edición con un artículo acerca de mis experiencias en ONU y aquí voy.
Los derechos humanos de las mujeres no se negocian, se ejercen, se cumplen. Sin embargo, nuestros derechos suelen ser moneda de cambio o lo que es peor aún no son reconocidos, son omitidos, ignorados, menospreciados. Pero, nobleza obliga y no es así para todo el mundo, me refiero, literalmente, a los países mundo. Al menos eso he podido registrar con mis propios ojos y oídos en reuniones en Naciones Unidas (ONU) en su sede en Nueva York o en reuniones en algún país de nuestra región América Latina y Caribe, de la Comisión Económica y Social para América Latina (CEPAL).
En esta ocasión les voy a contar qué sucede en las reuniones de carácter global, las que tienen lugar en la ONU, en la ciudad que nunca duerme, en la brillante Nueva York.
Desde el año 2012 participo en reuniones regionales y desde 2014 en reuniones globales, el 90% de las veces en Delegación Oficial de país por Argentina. ¿Qué significa esto? Qué tengo una credencial que me permite ingresar en sala de negociaciones y a otras áreas de ONU y que sociedad civil y gobierno tenemos una articulación saludable y hasta trabajo conjunto o, como diríamos en el barrio, “buena onda”.
¿Y esto con qué se come? Preguntaba un@ de chic@
Bueno, no desesperes, vamos a ir por partes, no es sencillo, pero tampoco es física cuántica, es diplomacia, es incidencia política, es esfuerzo, es activismo, feminismo, es convicción y es compromiso.
Hay dos reuniones en las cuales participo cada año en ONU. Una de ellas es la de la Comisión sobre Población y Desarrollo y la otra es la de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. La primera hace seguimiento y revisión de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo y su Plan de Acción -PoA por sus siglas en inglés- (por si queres chusmear http://goo.gl/FMkwje), llevada a cabo en 1994 en El Cairo, y la segunda se ocupa del seguimiento y la revisión de la IV Conferencia Mundial de la Mujer y su Plataforma de Acción –PoA- (si te interesa http://goo.gl/9Spner), realizada en Beijing en 1995. Ambas Conferencias y sus PoA fueron consensuadas y acordadas por los estados miembros de la ONU. Cada año, en este organismo se toma un tema en particular sobre cada PoA y se hace su seguimiento y su revisión, es decir, el estado de avance o no y de cumplimiento de los compromisos acordados por los países. Ambas Conferencias cumplieron 20 años, pero están más vigentes que nunca y tienen un potencial tan fuerte que, podríamos decir tranquilamente que han generado, en la mayoría de las naciones del mundo, junto a otros factores y herramientas, la sanción de leyes y la elaboración de programas, entre otras acciones, en materia de población y desarrollo y de DDHH de mujeres y niñas.
Vamos a achicar un poco este embrollo y vamos a ir por una de ellas, la próxima te cuento qué pasa con la otra, si es que no te aburriste con esta.
Un poco de historia, para empezar.
La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer se reunió por primera vez en Lake Success, Nueva York, en febrero de 1947, poco después de la creación de las Naciones Unidas. En aquel momento, los 15 representantes gubernamentales que formaban la Comisión eran mujeres. Desde su nacimiento, la Comisión forjó una estrecha relación con las organizaciones no gubernamentales.
Entre 1947 y 1962, la Comisión se centró en establecer normas y formular convenciones internacionales que cambiaran las leyes discriminatorias y aumentaran la sensibilización mundial sobre las cuestiones de la mujer. En sus aportaciones a la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Comisión defendió con éxito la necesidad de suprimir las referencias a “los hombres” como sinónimo de la humanidad, y logró incorporar un lenguaje nuevo y más inclusivo.
La Comisión elaboró las primeras convenciones internacionales sobre los derechos de la mujer, como en 1979, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), un instrumento jurídicamente vinculante, con rango constitucional en Argentina. En 1999, el Protocolo Facultativo de la Convención introdujo el derecho de presentar una demanda para las mujeres víctimas de discriminación.
En 1972, coincidiendo con el 25º aniversario de su creación, la Comisión recomendó que 1975 fuera declarado Año Internacional de la Mujer, una idea que contó con la adhesión de la Asamblea General y cuyo objetivo era llamar la atención sobre la igualdad entre mujeres y hombres y sobre la contribución de aquellas al desarrollo y la paz.
Tras la IV Conferencia de la mujer, en Beijing, la Asamblea General dio a la Comisión el mandato de desempeñar un papel central en la supervisión de la aplicación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing. En 2011 se constituyó ONU Mujeres, que hoy es la Secretaría de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer-en adelante la CSW por sus siglas en inglés- y un órgano fundamental dentro de ONU en la promoción y defensa de los DDHH de las mujeres y las niñas.
¿Qué pasó este año?
La Sexagésima reunión de la CSW se llevó a cabo en Nueva York del 14 al 24 de marzo de 2016 en la sede de ONU. Estas dos semanas los ingresos y egresos, los pasillos y las salas de ONU tienen alto tráfico, especialmente de mujeres de todo el mundo que nos damos cita allí para exigir el goce pleno de nuestros derechos, en un ámbito global y diplomático.
A la primera semana es a la que acuden los altos mandos de los gobiernos, especialmente, Ministras de la mujer o autoridades de áreas, organismos gubernamentales que trabajan sobre la agenda de género. Cada país tiene 3 minutos para contar qué está haciendo en materia de derechos de las mujeres en su país y lo hacen en esa sala enorme que se ve por la tele cada septiembre cuando los presidentes de todo el mundo se encuentran en la Asamblea General de ONU. Además, es preciso que la funcionaria o funcionario conecte su discurso con el Tema Prioritario y el Tema de Revisión que toca ese año en la Conferencia. Este año el Prioritario fue “El empoderamiento de la mujer y su vínculo con el desarrollo sostenible” y el de Revisión “La eliminación y prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas”, correspondiente a las Conclusiones Acordadas de la CSW57. Así, Conclusiones Acordadas es como se denomina al producto final que emite la CSW cada año. Volveremos sobre esto, más adelante.
Cada Estado lleva una Delegación Oficial de país compuesta por funcionari@s del gobierno nacional y de la Misión en ONU, esto es de la oficina que tiene cada estado en este organismo en Nueva York, compuesta por un/a Embajador/a y funcionari@s. La Delegación tiene Jefe o Jefa, esta vez fue Jefa y de lujo. Fue la nueva Presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, una compañera feminista, una profesional y especialista en género con una vasta trayectoria. Además, el gobierno nacional admitió a más de 20 personas de organizaciones de la sociedad civil (ONGs, Asociaciones Civiles, Fundaciones). En mi caso pertenezco a dos: Fundación para Salud del Adolescente y el Centro de la Mujer, en ambas me dedico, entre otras cosas, a “advocacy internacional”, es decir, incidencia política global, regional y nacional.
Durante las dos semanas se realizan eventos paralelos a la Conferencia que son organizados por las Misiones de los países, por ONGs y por agencias de ONU sobre diversos temas, todos los que se te ocurran que involucran la agenda de género. Esta vez tuve la posibilidad de participar de uno como panelista, invitada por la Misión de Francia y la Federación Internacional de Planificación Familiar y el tema fue “Acceso al aborto: autonomía del cuerpo”, específicamente abordé la experiencia Argentina y la situación en ALyC. Compartí panel con la Ministra de Francia de Niñez, Familias y Derechos de las Mujeres, la Ministra de Suecia de la Mujer, una parlamentaria feminista de Dinamarca y dos compañeras de organizaciones, una de Francia y la otra del Ipas, una organización internacional.
¡A negociar!
Las negociaciones comienzan la semana previa al inicio de la CSW, generalmente una sola vez. Luego retoman la segunda semana. Las feministas también nos organizamos y tenemos nuestro Caucus de estrategia el día antes de que comience la CSW y semanas previa vía mail y/o teleconferencias. Si vas como Delegación Oficial se puede ingresar a la sala de negociación sino bancas afuera, en los abultados sillones y mágicas alfombras. La ONU es en cada rincón una pieza de museo. Entonces, al estar en Delegación Oficial estuve en sala de negociación. Cabe destacar, que tanto en este gobierno como el anterior, casi siempre nos admitieron en la Delegación Oficial del país, algo que no suele suceder en la mayoría de los países. América Latina es la región que más suma ONGs en sus Delegaciones, generalmente, así como los demás progres.
La negociación arranca con un texto base que se llama documento cero, que propone el Facilitador, este año Alemania, y a partir de ahí trabajamos en el lenguaje. Sí, palabra por palabra, párrafo por párrafo. Esta CSW está relacionada con la Nueva Agenda para el Desarrollo (yo que vos le pedo una mirada http://goo.gl/VA1TXv), aprobada en ONU en 2015 -participé de algunas negociaciones-, Agenda que rige de forma global hasta el 2030 y que marca un rumbo internacional y nacional en materia de desarrollo y derechos. Argentina en el mes marzo hizo un evento con los Ministerios acerca de la Nueva Agenda, pero no está claro cómo la aplicaran, desde la sociedad civil estaremos cerca y atentas a los pasos del Gobierno y en articulación para alcanzar el cumplimiento de los 17 objetivos 169 metas sobre pobreza, igualdad de género, cambio climático, educación, salud, entre otros.
A la hora de encarar estas negociaciones se identifican tres mundos: el de los avanzados y progresistas, con normas legislativas en este sentido aunque con dificultades o, a veces, poca voluntad política para aplicarlas, como es el caso de la mayoría de los países de América Latina, incluida Argentina. Otro mundo que vive en el siglo XVI o mucho antes, propuestas conservadoras, retrogradas, antiderechos, en algunos casos, hasta se animan saltearse la PoA de Beijing, donde se reconoció que los derecho de las mujeres son DDHH. Imaginate donde están parados. Te hablo de los países árabes, el Grupo Africano encabezado por Egipto y Nigeria, ojo, no todos los países de África, países del Caribe anglófono comandados por Trinidad y Tobago y Guyana y a veces se suman Nicaragua, Ecuador, Venezuela y Bolivia. El tercer mundo es el de los silenciosos, países que ni se escucharon esta vez, ni siquiera pidieron la palabra, a veces conviene, obvio, para que digan alguna expresión conservadora, más vale que se queden en el molde. Neutrales.
Los primeros dos días de negociación suelen ser “light”, ponele. Se negocian los temas menos “controversiales”, es decir, esos que los conservadores te bancan de una. O sea todos menos: derechos sexuales y derechos reproductivos, igualdad de género, trabajo de cuidado no remunerado, educación sexual integral, mujeres indígenas, migración, participación de la sociedad civil en espacios de revisión y decisorios, orientación sexual e identidad de género y financiamiento, aunque este último es un boom para todos los países, especialmente para los ricos Estados Unidos y Unión Europea.
Al tercer día la ansiedad y los niveles de tolerancia se empiezan a requebrajar. Hay reuniones, lobby por todos los costados, lo que en el espacio más terrenal llamamos “rosca”. Se ingresa a negociación por la mañana y se sale a las 2 o 3 de la madrugada. El agotamiento se eleva y la paciencia desciende y el equilibrio se logra gracias a las compañeras feministas que bancan afuera y ofrecen chocolates, un pucho, una mini charla descontracturante, 5 minutos de break y adentro, otra vez.
Se caldea el ambiente cuando un país de Medio Oriente afirma que las mujeres eligen quedarse en sus casas y hacer las tareas del hogar y que no es necesario hablar de esto porque no tiene ninguna conexión con el empoderamiento de las mujeres y atrás un país vecino nuestro pide la palabra para apoyar. Hermoso momento. Es decir, no les preocupa que las mujeres trabajen doble y hasta triple jornada, con malas remuneraciones y condiciones, y realicen tareas de cuidado en el hogar no pagas y sin democratizarlas. Ella lava, plancha, cocina, atiende a lxs chicxs, cuida al adultx mayor de la casa, etc. ¿Y sus oportunidades académicas, laborales, de entretenimiento? ¿Y qué tareas realiza el varón? ¿Cuánto tiempo le dedica él a estas tareas, a este trabajo no remunerado? ¿Cuál es el papel del estado?
Lo mejor fue una madrugada, tipo 3am, cuando el Grupo Africano disparó con todo y dijo que no iban a ni siquiera discutir el tema de orientación sexual e identidad de género, y que ellos solo reconocian a la familia conformada por un varón, una mujer y dos hijos. Lo demás cotillón, no? Medio Oriente apoyó, Rusia ni te cuento, y la Santa Sede chocha. El Grupo LAC (Argentina, Colombia, Costa Rica, México, Uruguay, Paraguay), la Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo Montañas (Islandia, Canadá, Nueva Zelanda, Noruega y Australia) juntaron municiones verbales y salieron a la defensa de los derechos humanos de las personas LGBT. Argentina llevó la delantera, se lució, la peleó, un negociador entrañable y que se mostró toda la negociación predispuesto a que le hiciera recomendaciones. Eso hacemos la sociedad civil en las negociaciones, trabajamos junto al negociador y le facilitamos lenguaje apropiado, avanzado, recomendamos, pero no tenemos voz, solo el negociador/a.
Fin de fiesta
La Resolución final no es tan mala como parecía ser, tiene lenguaje nuevo, avanzado y otro acordado anteriormente, en otras CSW y algún otro que retrocede. Te estás preguntando qué pasó con “la familia” o “las familias”. Bueno, no logramos ganar esa batalla, por ahora, no quedó tan mal y estaba también en juego el acceso a la salud, a la salud sexual y reproductiva y derechos. Alguien tiene que ceder, pero obtuvimos logros.
¿Para qué sirve todo esto?
A veces nos lo preguntamos, pero una mira para atrás en este presente, piensa en el futuro y reafirmamos que estas Resoluciones son herramientas fundamentales para hacer incidencia política nacional y conseguir políticas públicas y legislación que garanticen los derechos humanos de las mujeres y las niñas. No es vinculante, pero esta Resolución da un marco con el que podes decir “Ey Argentina vos aprobaste y consensuaste esto, atendeme un momentito”.
Y así, con las Resoluciones, las Convenciones, los Acuerdos y Tratados internacionales y la legislación nacional bajo el brazo andamos las feministas, más todo el trabajo territorial que va en la espalda y una sonrisa en el rostro, porque nos gusta hacer alegremente cosas terriblemente serias, porque es trabajo con pasión, es activismo colectivo. En fin, con todo esto a cuestas y juntas circulamos por los pasillos de cada gobierno ejerciendo presión, haciendo lobby, incidencia para vivir en un mundo más justo y con igualdad de oportunidades para todas y todos.
Postales de ONU
Las mujeres viajamos de todos los rincones del mundo, de países que no viste en geografía, de ciudades remotas que quizás viste en alguna peli, mujeres diversas, ensalada de idiomas, un constante desfile de culturas, sin duda, los turbantes de las compañeras africanas se llevan todas las miradas con toda la paleta colores encima. No se quedan atrás las mujeres indígenas con sus trajes autóctonos, las caribeñas que sufren como ninguna el frío de la querida New York, New York de Frank Sinatra. El impacto, al menos para mí, sigue siendo, no el hiyab o chador, depende de su procedencia, que sí se les deja mostrar el rostro, sino las mujeres con sus nicab, blancos o negros, absolutamente todas cubiertas, apenas se le ven los ojos y las manos. Una de ellas enfrente de mí comía galletitas, y claro, la práctica de los años, levantaba el velo del rostro sin que este se viera y así se alimentaba. Hay salas preciosas, lounge elegantes con vistas al río y a los majestuosos edificios de la Gran Manzana, ciudad que nos alberga por varios días y que resulta amigable. La estricta seguridad de ONU también es protagonista, especialmente cuando discrimina y hace pasar solo por los detectores de metales a toda aquella persona que no es Delegación Oficial o emplead@, como si serlo te hiciera ¿“menos peligroso”?
Politóloga de la UBA. Feminista, activista de DDHH. Militante política. Formo parte del equipo del Observatorio de DDHH y Género de la UCR. Soy asesora parlamentaria en HSN. Trabajo en FUSA. Soy voluntaria en el CEDEM. Soy miembra del Grupo Jóven del CARI. Integrante de #VecinasFeministas de ALyC. Me apasionan los viajes y la gastronomía. Columnista en radio. Me gusta explorar cosas nuevas y si es en equipo, mucho mejor.