Por Gabriel Matera
De acuerdo al reciente informe del Observatorio Argentinos por la Educación, el 54% de los estudiantes de 15 años dijo que usa celular en la escuela. Se abre el debate sobre el uso y aplicación de la tecnología en el aula.
En ese sentido, la especialista remarcó: “De esto se desprenden dos posibilidades: fomentar la prohibición de uso de dispositivos en las escuelas, o en cambio, dedicar tiempo a acompañar a los adolescentes en el aprendizaje del uso, con autonomía y responsabilidad de estas herramientas que actualmente tienen a mano y que, sin dudas, seguirán usando en el futuro”.
Para Fabio Tarasow, coordinador del Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías (PENT) de FLACSO, “las investigaciones son contundentes: la presencia del celular en el aula tiene efectos distractivos y perjudiciales”
De este modo, Tarasow apuntó al “para qué” del uso de dispositivos en el aula, de la mano de una línea de acción definida, con reglas y protocolos: “Si acordamos limitar su uso a momentos puntuales donde la actividad lo justifique, surge un desafío importante: ¿cómo se gestiona y controla el no uso? Esto nos lleva a la necesidad de definir políticas institucionales claras. ¿Dónde se custodian los dispositivos? ¿Se recogen en una caja o bolsa? ¿Quién asume la responsabilidad de esa tarea?”, sostuvo.
Por eso, el especialista enfatizó: “Sin estrategias institucionales bien definidas y un respaldo activo a docentes y directivos para implementarlas, el problema persiste”.
Países con mayores restricciones al uso de celulares en las escuelas tienden a tener menores niveles de distracción. Sin embargo, la Argentina, Uruguay y Chile, a nivel regional, presentaron los mayores niveles de distracción, independientemente de sus diferencias en restricciones.
Alejandro Artopoulos, director del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés planteó que si bien “somos más cuidadosos con el celular en el aula, estamos atravesando un período de turbulencias psicosociales incubadas por la presión del FOMO (miedo a perderse algo), la insana socialidad digital, en donde los que más sufren son las infancias y adolescencias”.
“No hay que perder de vista que la escuela debe asumir la responsabilidad de dotar a nuestros chicos de las capacidades para sus proyectos de vida y ejercer la ciudadanía digital con autonomía. Regular el uso no es sinónimo de abstinencia”, aclaró Artopoulos.
El informe sugiere que, aunque el celular puede ser una herramienta pedagógica valiosa, su uso indiscriminado puede convertirse en un factor de distracción significativo. La clave radica en equilibrar los beneficios de la tecnología con los riesgos que su uso indebido puede generar.
La regulación y optimización del uso de dispositivos digitales en el aula es esencial para potenciar el aprendizaje sin afectar la concentración de los estudiantes, teniendo en cuenta el entorno social histórico, en el que los dispositivos digitales (celulares, tablets, notebooks, entre otros) son parte del paisaje cotidiano en todos las área y espacios.
Por qué el celular en el aula puede ser un aliado para el aprendizaje
De acuerdo a la visión de los especialistas, en líneas generales hay dos cuestiones clave sobre el aporte y el impacto positivo del uso de dispositivos digitales en el aula:
- Integración digital: los celulares pueden ser herramientas que favorecen la integración digital y el acceso a recursos educativos, facilitando el aprendizaje y el desarrollo de habilidades digitales esenciales para el siglo XXI.
- Herramienta pedagógica: cuando se utilizan de manera regulada y con fines educativos, los dispositivos digitales pueden complementar las estrategias pedagógicas y enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por qué el celular en el aula puede atentar contra el aprendizaje
Sin embargo, también existen variables de impacto negativo sobre el uso “inadecuado” de dispositivos digitales en el aula:
- Distracción: el uso indiscriminado de celulares en el aula puede convertirse en un factor de distracción significativo, afectando negativamente el rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes.
- Ansiedad y aislamiento social: la constante exposición a notificaciones y la presión por estar en línea pueden incrementar la ansiedad y el aislamiento social, especialmente en adolescentes.
- Impacto en el rendimiento: existe una correlación negativa entre la distracción por dispositivos digitales y el rendimiento en materias como Matemática, aunque esta relación no implica causalidad directa. (Ámbito Financiero)