(Por: Patricia Gorza). A casi un año del cambio de gobierno y bajo el lema de que los argentinos tenemos que unirnos y que el ¨cambio¨ ,según el slogan, es algo que sucedería casi como por arte de magia, nos encontramos igual o mas agrietados que antes. Parece que la magia no existe.
El estado adolescente por el que transita la sociedad argentina se plasma en todos los ámbitos con opiniones sobre la famosa grieta, de quien es mas fácil hablar que reconocernos como socialmente inmaduros. Esta sociedad a la que pertenecemos sigue tratando de encontrar al mesías, el salvador, y fracasa una y otra vez, ya que resulta que ese mesías es un ser humano de carne y hueso que sale de las entrañas de la estructura política argentina, y esa estructura política no es mas que el reflejo de quienes somos, aunque siempre tratemos de justificarlo o negarlo.
Necesitamos madurar y como todos ustedes saben eso duele. Madurar requiere autocritica, reflexión, hacernos cargo del pasado, escuchar, entender que la verdad no es una sola ni es patrimonio de nadie, entender que somos el producto de una historia que la mayoría ni siquiera conoce ni tiene interés en conocer y los tiempos apremian.
Estamos en un momento de nuestra historia que como argentinos necesitamos dar un paso, que mas que paso se siente como un salto al vacío, pero es nuestra obligación moral hacerlo porque lo que esta en juego es el futuro de nuestros hijos. Necesitamos crecer, madurar, hacernos cargo de lo que nos toca. Dejar de juzgarnos unos a otros por lo que cada uno piensa, cree o siente y ponernos a hacer. Madurar hoy significa hacer y para hacer sobran las tareas y los lugares a ocupar. Cada uno de esos lugares que dejamos vacantes, lo ocupan un puñado de vivos e inescrupulosos que lo único que les interesa es acomodarse o salir en los diarios fácilmente a cambio de no aportar nada. No importa desde donde, un espacio político, la cooperadora de la escuela, el comerdor del barrio, la salita de primeros auxilios en todos lados necesitamos estar aportanto nuestro granito de arena. Tenemos el diagnostico de lo que nos esta pasado, 1 de cada 2 menores de 14 años esta bajo la linea de pobreza. 6 millones de argentinos reciben algún tipo de asistencia económica por seguridad alimentaria. Un 35% de la población es pobre. 1.500.000 jóvenes no acceden al estudio ni al trabajo. El consumo de drogas creció un 50% en los últimos dos años, recuerdo en este momento una reunión de estudiantes en la famosa semana de la primavera donde una chica se acercó y me dijo ¨tanto lío por los bailes que hacemos nosotros y a los que venden falopa en el parque, en la plaza y en el negocio de ropa nadie les dice nada, no tienen vergüenza¨ y eso sentí yo en ese momento, vergüenza.
Seguimos agrietados y parece que el dolor de esa grieta es tan grande que nos adormece, nos va entumeciendo poco a poco y dejamos de sentir. Naturalizamos la muerte, la violencia, la miseria, por necesidad claro esta, no por gusto. Lo importante es que podamos empezar a despertar, poco a poco, cada cual a su ritmo, pero en plena consciencia de que el cambio lo hacemos entre todos. Tenemos la posibilidad de generar un futuro distinto, esta en todos y cada uno de nosotros, sin mezquindades, sin fanatismos, al fin y al cabo todos queremos lo mismo, que nuestros hijos tengan acceso a a educación, que podamos vivir sin tanta reja y alarma, poder desarrollarnos y vivir en paz, lo demás son solo detalles que nos alejan del objetivo.
Somos todos argentinos, agrietados y todo no podemos permitir que ninguna grieta nos separe porque por sobre toda las cosas lo que nos une es… EL FUTURO.