El gobierno de Javier Milei está presionando por la pronta sanción del Presupuesto 2026 en el Senado con el objetivo de cumplir con los vencimientos de deuda externa que se imponen el 9 de enero próximo. En este escenario, el oficialismo apura la aprobación para permitir la emisión de nuevos bonos y recaudar los 2.000 millones de dólares necesarios para afrontar los pagos de los Bonos Globales y Bonares.
Con la fecha límite cada vez más cerca, el Senado parece dispuesto a aprobar el proyecto sin modificaciones, lo que permitirá al presidente Milei promulgarlo rápidamente. Según el protocolo parlamentario, una vez que el Presupuesto sea sancionado, el Gobierno podrá comenzar la emisión de deuda a partir del 2 de enero, justo a tiempo para cubrir los vencimientos internacionales.
El objetivo central del Ejecutivo es levantar los 2.000 millones de dólares restantes para poder cumplir con el pago de los Bonos Globales, ya que la administración de Luis Caputo, ministro de Economía, ha optado por recurrir a los mercados internacionales en lugar de realizar compras de divisas en el mercado oficial, tal como sugirieron algunas entidades internacionales. El Presupuesto 2026, que pasó por la Cámara de Diputados, contempla una autorización para que el Gobierno gestione una emisión de pasivos por 288,7 billones de pesos, lo que equivale a 202.891 millones de dólares según el tipo de cambio proyectado en la norma. Dentro de ese monto, el artículo 41 otorga la posibilidad de emitir hasta un 18% de esa cifra en moneda extranjera y bajo legislación externa, lo que representaría unos 36.500 millones de dólares.
El equipo económico espera colocar bonos internacionales con una tasa de interés inferior al 9%, en una operación que incluiría una colocación de entre 1.000 y 1.500 millones de dólares. Sin embargo, los plazos ajustados y las condiciones del mercado son un desafío para el Gobierno. A ello se suma el hecho de que las empresas privadas han acaparado una parte significativa de los dólares, con colocaciones por 25.014 millones de dólares durante 2025, lo que ha reducido el margen de maniobra del Estado para tomar deuda a nivel nacional. Además, las exigencias de garantías por parte de los bancos internacionales en las negociaciones para cubrir la diferencia entre lo emitido y el vencimiento de deuda complican aún más la situación. El sector privado ha recaudado 5.200 millones de dólares en los últimos dos meses, lo que ha generado una mayor presión sobre los recursos financieros disponibles.
Uno de los aspectos clave de la estrategia del gobierno es mantener bajo control el valor del dólar mayorista, objetivo que se ha logrado mediante una serie de intervenciones en el mercado de divisas. Con compras directas a empresas y exportadores y una serie de maniobras de ventas en el mercado oficial, el Gobierno ha logrado reducir el precio del dólar en un contexto de creciente presión inflacionaria. A pesar de estos esfuerzos, las tensiones siguen siendo altas. El Tesoro ha logrado acumular 2.000 millones de dólares en su cuenta en el Banco Central gracias a estas intervenciones, pero aún así los 4.000 millones de dólares del 9 de enero siguen siendo una cifra desafiante. En este sentido, la colocación de bonos internacionales se presenta como la única opción viable para evitar el default.
Además del reto inmediato de las emisiones de deuda del gobierno, el endeudamiento privado continúa siendo una preocupación. En los últimos meses, las empresas privadas han acudido al mercado de deuda con una intensidad inédita, colocando emisiones de Obligaciones Negociables por más de 25.000 millones de dólares, lo que ha generado una mayor presión sobre las reservas y los bonos del Estado. En este escenario, las entidades financieras internacionales son más exigentes, y las condiciones de garantía que solicitan para nuevas emisiones pueden complicar aún más los términos de cualquier negociación.
El ejecutivo de Milei, mientras tanto, busca despejar los últimos obstáculos para poder cumplir con los pagos de deuda sin comprometer demasiado las reservas del Banco Central, y sin que el nuevo esquema cambiario se vea presionado por una nueva devaluación. Las últimas operaciones cruzadas entre el mercado mayorista y los financieros (MEP y CCL) han logrado reducir temporalmente el precio del dólar en los últimos días, pero la incertidumbre persiste. A medida que se acerca la fecha límite de pago de los bonos, el oficialismo trabaja contrarreloj para que la nueva emisión de deuda externa se concrete lo antes posible, con el objetivo de evitar una crisis cambiaria.





