22 Ene 2025
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Nueve de Julio

Desarrollan filtros solares con compuestos naturales para cuidar nuestra piel y el medioambiente

Se sabe que la exposición excesiva al sol y a sus rayos ultravioletas (UV) puede generar cáncer de piel, foto-envejecimiento, quemaduras solares y desórdenes inmunológicos. Desde el grupo de investigación Fisicoquímica de Sistemas de Interés Ambiental, dirigido por la investigadora del CONICET, Sandra Churio, abordan el desafío de crear pantallas solares eficientes y seguras para la salud y el ambiente a partir de compuestos naturales.

Los productos de protección solar comerciales contienen distintos tipos de filtros solares UV como ingredientes activos, que nos permiten exponernos al sol sin mayores consecuencias. Sin embargo, éstos no son infalibles. En algunos casos. tras absorber la radiación solar pueden generarse cambios en su estructura química que resultan en pérdida de eficiencia por foto-inestabilidad o procesos de fotosensibilización que inducen reacciones alérgicas, explica Sandra Churio, investigadora independiente del CONICET y especialista en el tema.

El desafío actual para el grupo de investigación que dirige Churio es aportar conocimiento básico útil para el desarrollo de pantallas solares más eficientes y seguras para la salud y el ambiente. En particular, las pantallas solares de origen natural resultan muy interesantes en este sentido y requieren el avance de los estudios orientados a conocer su comportamiento frente a la radiación solar.

Para ello, los integrantes realizan estudios fisicoquímicos de procesos inducidos por luz y moléculas de origen natural de potencial aplicación en descontaminación ambiental o como fotoprotectores solares, antioxidantes o antimicrobianos.

Los protectores solares más comunes utilizan filtros orgánicos: oxibenzona, enzacameno, octocrileno y octinoxato, que son liberados a los cuerpos de agua cuando nos sumergimos en ellos utilizando estos productos. La liberación de estas sustancias genera una preocupación cada vez mayor acerca del impacto ambiental que estos filtros tienen en los ecosistemas. Incluso algunos de ellos han sido prohibidos en parques naturales y algunas jurisdicciones de Estados Unidos, por ello utilizar moléculas de origen natural podría dar una solución a la protección solar sin dañar el ambiente.

El grupo de investigación

El grupo de investigación “Fisicoquímica de Sistemas de Interés Ambiental” que funciona en el IFIMAR (CONICET, UNMDP) está integrado también por otros tres investigadores del organismo: Cecilia Mendive, Florencia Fangio y Matias Aguirre, los estudiantes de doctorado: Priscila Gigena Carvalho, Agustin Behrens, Rocío Isla Naveira y Obdulio Díaz, y los tesistas de grado German Lopez Robledo, Juan Ignacio Goizueta y Andrés Reynals Marcangeli.

El primer trabajo de investigación publicado sobre foto-protectores de origen marino por el grupo fue en el 2000 y es uno de nuestros artículos más citados sobre el mecanismo de foto-protección de aminoácidos tipo micosporina a nivel molecular. Desde entonces han recorrido un largo camino que hoy los encuentra explorando el diseño de soportes nanoestructurados para filtros UV naturales o sintéticos como estrategia promisoria para desarrollar en los futuros protectores solares naturales.

Desafíos

Entre los desafíos que se abordan en el presente se encuentra la síntesis y caracterización de nanocompuestos híbridos formados por armazones metal-orgánicos y distintos agentes fotoprotectores sintéticos del grupo de las benzofenonas, que son considerados actualmente como contaminantes de preocupación emergente, con el fin de modificar su comportamiento y disminuir su impacto en el ambiente.

Consultada por su motivación en el tema, la investigadora reflexiona: “Supongo que la historia personal tiene mucho que ver… Como marplatense, aficionada a disfrutar de la playa y a tomar sol desde que nací, el mar, las algas, y la arena formaron siempre parte de lo más apreciado de mi entorno geográfico. Más allá de esta nota de gusto personal, creo que un investigador tiene que enfocar sus esfuerzos en proveer de conocimiento útil para potenciales demandas de la sociedad. Por eso, es de central importancia para el sentido de la investigación que exista una conexión concreta entre el aporte científico y la posibilidad de diseñar herramientas para dar solución a problemáticas reales, como en este caso para mejorar el ambiente y la salud”. (InfoGEI)Jd

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