La irrupción del piloto argentino en F1 hizo tanto ruido que algunos se han puesto nerviosos y tratan de bajarle el precio. Una actitud miserable, aún más, cuando se trata de otros argentinos.
Por Guillermo Rocca (enpunta.com.ar)
La llegada de Franco Colapinto a la Fórmula 1 reavivó la pasión de los argentinos por la máxima categoría del automovilismo mundial, tanto de los fanáticos y seguidores del automovilismo, como así también a personas que nunca había seguido a la F1.
El muy buen desempeño mostrado durante 2024 en Williams le valió a Colapinto que otro equipo, Alpine, y un descubridor de talentos, Flavio Briatore, fueran a buscarlo y pagaran para llevarse a un “piloto de reserva”. La repercusión alcanzada por Colapinto empezó a “molestar” en algunos ámbitos relacionados, que empezaron a ver con “preocupación” el interés que generaba el piloto argentino.
El final de la temporada 2024, con varios accidentes que tuvo como protagonista a Franco, de los cuales solo uno, el de Las Vegas cuando iba estableciendo record en los primeros dos sectores, dieron pie a quienes estaban esperando la oportunidad de “bajarle el precio” a Colapinto.
Durante este año, pareciera que el único piloto que se tiene accidentes, se despista y rompe el auto es Franco Colapinto. Y quienes se encargan de escribir y publicar estas noticias no analizan las circunstancias de las maniobras, la herramienta con la que cuenta el piloto, simplemente se lo adjudica al piloto argentino, se pone en duda su continuidad y se le busca reemplazante. La misma maniobra realizada por Colapinto no es evaluada de la misma manera que si la realiza otro piloto.
Esas noticas que se generan, por lo general, en Inglaterra o Alemania, repercuten en todo el mundo, incluso en Argentina, donde medios reconocidos, como TN, Ole, Infobae, C5N, por mencionar algunos, se hacen eco de estas “noticias” y se suman a las mismas sin hacer ningún análisis y chequeo de lo que están publicando.
Además de los medios, las categorías nacionales se han visto alcanzadas por el efecto Colapinto. Así lo muestran las mediciones de audiencia, y por ende, generando un interés publicitario de las empresas para acompañar al argentino. Algo que no es nuevo en Argentina ya se vivió en la época de Carlos Reutemann, quien también debió soportar este “fuego amigo”.
Hace unas semanas, Juan Cruz Alvarez, piloto y periodista argentino, expresó en sus redes que una de las categorías más importantes del país le habría hecho saber a quienes cubren periodísticamente sus competencias, lo importante que sería bajarle el precio al trabajo del argentino en la Fórmula 1. Sería decepcionante que esto haya ocurrido, pero más aún que los receptores de esta “sugerencia” la hubieran aceptado y estén actuando en consecuencia.
Argentina tiene este momento a uno de los 20 pilotos que corren en Fórmula 1. Tal vez con uno de los autos más débiles de la categoría. Pero está entre los 20 y hay que cuidarlo. Si franco hubiera seguido como reserva en Williams tal vez no lo hubiésemos vuelto a ver entre los 20 titulares. Por eso, hay que cuidarlo, no hacerse eco del fuego amigo y seguir apoyando a Franco Colapinto, a los pilotos sudamericano y todos los de habla hispana, que son maltratados por la prensa anglosajona.





