(Por Mónica Gómez)
A un mes de la asunción en la dirección de la Estación Experimental Agropecuaria Montecarlo (E.E.A.Montecarlo) -de importancia en la provincia por su labor de investigación- María Elena reconoce que esta responsabilidad es la continuación del trabajo realizado y que desde su lugar siempre se desarrolló con el mismo compromiso en todas las funciones.
Son muchas las mujeres que con conocimientos empíricos o profesionales desarrollan sus labores diarias en las diferencias Estaciones de INTA en todo el país: ingenieras agrónomas, veterinarias, biólogas, investigadoras, técnicas, extensionistas y productoras que día a día se levantan con la sola idea de obtener de la tierra el fruto de su trabajo.
“En este inicio de gestión, es muy valiosa la comprensión y la paciencia de todos los que me acompañan, como es el caso del director regional, Fabio Wyss”, explica.
Nacida en Rafaela, Santa Fe, cuenta que a los 18 años dejó su ciudad para ir a estudiar ingeniería en la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Desde allí su destino, a los 23 años, fue la misma estación experimental que actualmente tiene como responsabilidad conducir: «recién recibida y con un espíritu trashumante, llegué a Misiones, me adapté rápido, y traté de conocer a la gente e interactuar con la comunidad. La diversidad de experiencias me hizo sentir cómoda», recuerda.
Hija de productores, afirma que las mujeres como su madre y su abuela han sido un soporte muy fuerte para su desarrollo profesional. “Mi mamá trabajaba en la salud pública de Rafaela, y mi papá en una empresa láctea y además tenían el campo que juntos administraban. Como él trabajaba todo el día en la empresa, ella iba por las tardes a llevar los insumos necesarios y realizar algunos trabajos en la tierra. Lo maravilloso de ellos es que siempre han tenido una relación de igual a igual, y ese fue mi modelo”, dice.
Empezó coordinando proyectos de investigación, fue docente en la Facultad y se especializó en mejoramiento genético de coníferas y yerba mate, hasta que coordinó el mejoramiento genético dentro del programa Forestal del INTA. “Asumí lo que debía en cada momento y hace un año atrás comencé a pensar en un cambio, pero como un paso más…la dirección de la estación experimental”, comenta Maria Elena. Pionera en ocupar este tipo de roles, deja abierta la posibilidad a que otras mujeres formen parte en la toma de decisiones en instituciones gubernamentales.
En esta primera etapa la función primordial es darle espacio y estar pendiente del personal que la acompaña desde la estación: 51 profesionales que se desempeñan como investigadores y extensionistas, en las 7 sedes dependientes de la EEA Montecarlo.
“La familia fue un condicionante para presentarme en este cargo, pero reconocí que en este momento podía asumir el compromiso. Mi esposo, es quien asumió muchas más tareas que antes hacía yo en el cuidado de nuestro hijo, me parece que está bien porque cuando Sebas era más chico yo estaba más presente y eso me da tranquilidad de que hoy tenemos las responsabilidades compartidas por igual y nos complementamos. Pude ver que este era el momento”, aclara.
La llegada a cargos de altas jerarquías en el ámbito laboral y más aún en el ámbito de la ruralidad se está dando de manera lenta pero progresiva en las instituciones.
“En mi camino profesional necesité cada determinada cantidad de años, cambiar o ampliar mi espectro. En cambio, en mi vida familiar soy estable, siento la necesidad de nuevos desafíos y eso también se da por la contención familiar que tengo, sino sería muy complicado afrontar las multitareas que tengo como mujer y profesional”, explica.
Se reconoce como una mujer con un poder de adaptación y análisis que ha adquirido con el tiempo. Siente que la maternidad a sus 39 años cambió todo tenía planeado para aprender aún más de lo verdaderamente importante: el pequeño Sebastián llegó con desafíos en el lenguaje, sembrando en ella “paciencia y amor infinito”.
“Soy muy respetuosa con los vínculos y fortalecerlos es mi prioridad, como mamá trato de estar con él, desayunar en familia, llevarlo los días que puedo a la escuela y que esos momentos sean vitales”.
Con una calidez que invita a la charla amena y profunda, Maria Elena dice que es muy respetuosa con sus cambios y con lo que aporta al trabajo en equipo desde el rol que cumpla: “desde 2011 que vengo coordinando mejoramiento genético, pasaron tres proyectos, sentía que mi aporte ya estaba hecho. Ya era tiempo de algo diferente”.
Y continúa: “soy Ingeniera Forestal, o sea de un ente biológico que son los árboles y eso me dio la capacidad de ser paciente y entender las condiciones de tu alrededor: sigo apostando a largo plazo”, explica.
Maria Elena sostiene que esta Dirección es un “hito” en su carrera profesional. «La mujer debe poder acceder a cargos superiores por su aptitudes laborales y combinarlo con la maternidad. Uno va construyendo un camino. Probablemente ahora tenemos un poco más de preponderancia y se me reconoce por ser la primera mujer Directora, pero yo siempre fui mujer y dentro de cuatro años tendré nuevos horizontes y seguiré con el trabajo, con mi vida, y con mi familia”, cuenta.
Reconoce que no se siente muy cómoda cuando esto se plantea como una dicotomía, cuando se habla de que por el hecho de ser mujer te dan un espacio. “Deben reconocer que llegamos por el proceso que nos llevó hasta ahí, por una trayectoria. En el programa Cambio Rural, por ejemplo, cada vez hay una mayor participación de las mujeres y para mi ese es uno de mis objetivos: estimularlas aempoderarse”, se entusiasma.
“La gran ventaja mía fue tener a una mamá que creo que era una feminista, muy empoderada, ella participó en el grupo de mujeres de la Sociedad Rural de Rafaela y estuvo muy presente en las instituciones, preocupada por el otro. Esa es mi historia familiar y uno la va replicando”, concluye
¡La Inspiración existe! Pero tiene que encontrarte trabajando. Con esa frase de Pablo Picasso con la que Maria Elena Gauchat cierra todas sus presentaciones es con la que termina nuestra linda charla sobre profesión, maternidad, familia y feminismo.
