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sábado, 20 abril, 2024

Que sea Rock!

Pappo 01
Pappo

Musica en primera persona: El Eterno Hombre Suburbano

«Oh, mi cuerpo tú descansa, luego volveré a traer historias para ti; si supieras que ternura que existe en mi cosmos, que no se asombra al ver mi música en el tiempo» («Nunca Lo Sabrán» PAPPO, 1968)

Hace 10 años atrás, en la fatídica madrugada del viernes 25 de Febrero del 2005, el Rock Nacional perdía a uno de sus inigualables próceres: en la localidad bonaerense de Luján, sobre el gris asfalto de la RN5, una Harley Davidson de 1200 cm3 quedaba rendida sobre la ruta junto al hombre que había sido su dueño: Roberto “Pappo” Napolitano, más conocidos por todos como “El Carpo”… Esa misma noche comenzaba la gira más extensa de este gigante inmortal de nuestro Rock.

La noticia de su muerte convirtió instantáneamente su historia de vida en un mito y como tal, hoy lo recordamos a través de las palabras de su propio hijo. El destino tal vez, algún día se digne a revelarnos el porqué se lo llevó tan trágicamente.

Mucho se ha hablado especulando los motivos por los cuales Pappo terminó dejando su vida sobre el asfalto. Esa noche, el Carpo no iba solo por la ruta, junto a él viajaba su hijo: Luciano Napolitano.

En su momento, Luciano solo contó lo vivido a la policía y se mantuvo alejado de la prensa, refugiado en silencio de su luto. Pero ante la publicación del libro “Pappo, Hombre Suburbano” del periodista Sergio Marchi, el hijo del Carpo por fin decide contar lo vivido la madrugada del 25 de Febrero del 2005, noche en la cual pierde al hombre más importante de su vida, su padre.

En su cuenta de Facebook, Luciano Napolitano hace su descargo en enero del 2012, tras un extenso post que a continuación transcribimos textualmente.

LUCIANO, PAPPO, ¿UN CASO CERRADO? Han transcurrido 6 largos años desde la dolorosa perdida de un ser sumamente querido e irremplazable, desde esa fatídica noche en que la vida en un inexplicable movimiento me arrebato de un solo golpe de forma inesperada y repentina a la que en ese momento era la persona más importante para mí. He pasado desde ese entonces por todo tipo de emociones. Estuve triste, confundido, asustado, destruido, enojado, exhausto, extraviado o simplemente vacío. Y he experimentado emociones que nunca había sentido. Me he hundido en el abismo de la ira y la autodestrucción, tratando de calmar mi dolor y me he preguntado una y mil veces ¿Por qué? Ha tomado mucho tiempo ir sanando gradualmente las heridas del alma y del corazón. Hoy me encuentro una vez más de pie, gracias a él y a su legado, a ese inmenso regalo que es su música de rock and roll y que lo mantiene presente eternamente en mí, empujándome una y otra vez a levantarme, aún cuando me sienta destrozado, con un mandato imperativo “Seguí, tocando, No dejes nunca de tocar…”.

Esta ha sido la forma de honrarlo que elegí hasta hoy, seguir su camino en la música y guardar un respetuoso silencio sobre la tragedia. Lamentablemente siempre existen los personajes nefastos que quieren colgarse del ídolo y arrancar un pedazo de él para obtener un minuto de atención, que les permita disfrazar su propio fracaso. Así desde la desaparición física del CARPO, muchos han especulado hablando de él, contando anécdotas inventadas, atribuyéndose amistades inexistentes y hasta escrito libros con más de 500 páginas en los que relatan mentiras sobre hechos que no conocieron, beneficiándose económicamente.

Hoy voy a decir basta, y voy a desenmascararlos a todos, con hechos, con pruebas irrefutables aún de aquello que por dolor tanto tiempo callé. Para aquel que se pregunta ¿Qué pasó? ¿Cómo fue?, no por una curiosidad malsana o por un interés de especulación amarillista e inescrupuloso como el del Sr. Sergio Marchi, por nombrarte a uno de los que pretende hacer dinero divulgando infundíos en un pasquín que llama libro, sino a aquel que como yo aún no puede entender como un ser tan excepcional como Norberto, nos dejo de un día para el otro, voy a contarte un par de cosas:

No, no estábamos drogados: No te lo digo yo, te lo dice el Exámen Toxicológico del Perito Bioquímico (Fs. 141 Causa 161538/2005 –Legajo 3522- Orden 15 UFI Nº 3 – Mercedes, Copia Certificada), que determinó que Norberto y yo, no teníamos en nuestro organismo sustancias analgésicas, anestésicas, diuréticos, cocaína, barbitúricos, benzodacepinas, anfetaminas u otras drogas.

No, no estábamos borrachos: Habíamos comido en una parrilla y compartido entre tres una Jarra de vino. Si teníamos en sangre algo más del límite permitido por la ley, estábamos en infracción, pero era “Pappo” de quien puedo decirte que por sus antecedentes y habilidades como conductor y por su resistencia al alcohol habiendo tenido un pasado vinculado al alcoholismo ello no le impedía conducir su Harley con más pericia que muchos que son abstemios.

No, no íbamos pasándonos en la Ruta y Jugando carreras o picadas: Mi viejo viajaba solo en una Harley Davidson de 1200 cm3 preparada por él, y yo lo seguía como podía en una vieja Kawasaki de los 80, de modestos 400 cm3 llevando conductor y acompañante“… sería como hacer correr una Chevy contra un Citroen 2cv….”. La versión malintencionada que ha sido divulgada en sentido contrario fue obra de otro de los garcas inescrupulosos que vivían de Pappo y que ni bien falleció le inicio juicio, primero a él y luego a su sucesión por una falsa relación laboral que nunca existió para cobra dinero, lo desinteresado que era mi Viejo por el valor de las cosas materiales, siempre le atrajo una zarta de chupasangres que vivieron a costillas de él en vida y que ni siquiera respetaron su memoria una vez fallecido, pretendiendo seguir lucrando gracias a él. Algunos lamentablemente hasta de su propia sangre, como la señora del “Cuento Chino”, que si queres te cuento después.

¿A dónde íbamos? Teníamos que ir a tocar a un Moto-Encuentro, también tendríamos que haber ido a cambiarnos la ropa y si hubiera sido por él tendríamos que haber pasado antes por el “CABARET”; pero él era el CARPO, y con él nuca se sabía el orden de las cosas, solo tomamos la ruta saliendo de la parrilla y al poco tiempo lo que nunca entenderé: De la verdad objetiva reconstruida por la única testigo presencial del accidente en el expediente judicial surge que: NORBERTO desacelero bruscamente intentando virar en sentido contrario al que llevábamos, nunca sabré si él quiso volver a la quinta que ya habíamos pasado para cambiarnos (estaba en short y mocasines), si quiso cruzase al CABARET o que fue lo que le pasó para hacer esa incomprensible maniobra. Lo que sí sé es que cuando lo estoy alcanzando, el brusco movimiento me sorprende, su moto roza la mía haciéndola cruzarse a la mano contraria salvándome de que milagrosamente no venía nadie de frente.

El se cae en el asfalto con su Harley, corro para ayudarlo a levantarse y un auto a gran velocidad con sus luces encendidas golpea primero la moto y luego lo arrolla arrastrándolo y pasando su cuerpo por encima.

¿Cuál fue la causa de su muerte? En las consideraciones medico legales del forense cuya copia certifica poseo puede verse que la causa fue… el choque y aplastamiento del cuerpo por un elemento de gran porte y dotado de gran energía cinética, arrollamiento… Como pueden ver no, no fui yo quien lo mató, lo mato un automovilista que declaró en su propia testimonial, que él circulaba a más velocidad de la permitida, y que por las distancias de frenado y arrastre surge que en realidad iba a una velocidad aún mayor que la que manifiesta.

Claro yo no sabía en ese entonces que era un abogado, que era un perito y que te conviene leer bien hasta la última letra antes de firmar nada para que no te caguen. Yo solo sabía en ese momento que había perdido lo que más amaba. Por eso viendo la tapa del disco de mi viejo “CASO CERRADO” decidí abrirme y cerrar de una buena vez por todas este tema rompiendo el respetuoso silencio con el guarde luto por mi viejo, solo para que contándolo una vez sirva para acallar tantos mentiras de los que en su afán de lucrar no respetan ni a los que partieron de este mundo, todos esos que se dicen amigos de PAPPO, él tuvo un solo gran amigo ENRIQUE ANGELOZZI y algunos pocos más pudimos recibir y retribuirle con cariño su amistad sincera el resto es puro cuento como el libro de Marchi”.

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