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lunes, 29 abril, 2024

La salud mental también es importante para afrontar el cáncer

Según un estudio realizado por el Comité de Psicooncología de la Asociación Médica Argentina (AMA), el 80% de los pacientes oncológicos expresaron miedo a la desatención durante la pandemia, el 83% alteró su rutina aumentando el insomnio, el 42% expresó angustia y el 19% tristeza. Estos malestares emocionales provocan un deterioro en la vida diaria y en las relaciones interpersonales. Por estos motivos, es fundamental contar en cada etapa de la enfermedad con ayuda de la psicooncología, dirigida hacia el apoyo y la terapia de pacientes con cáncer, hacia sus familiares y a los profesionales de oncología.

Lo emocional casi siempre es relegado por lo más urgente que es atender el cuerpo, descuidando los sentimientos, pensamientos, duelos y pérdidas que cada paciente y sus familiares deben atravesar en el proceso de la enfermedad. Desde el diagnóstico, el tratamiento, hasta incluso en la fase de remisión, el acompañamiento psicológico del paciente es importante para la elaboración de lo que ocurre en su cuerpo y alrededor de él.

Cuando un paciente recibe un diagnóstico de cáncer son varias las emociones que se presentan: ansiedad, depresión, insomnio; pero principalmente negación y desesperación, ya que esta enfermedad con frecuencia es asociada a la muerte y empiezan a surgir preguntas que son difíciles de aceptar como: ¿por qué a mí?, ¿por qué ahora? y ¿qué soy ahora? Las reacciones más habituales son el miedo, la tristeza, la rabia y la incertidumbre. El apoyo psicológico en esta etapa se centra en ayudar al paciente a expresar y normalizar sus emociones, explicando que es comprensible sentir esas reacciones.

El paciente, durante el tratamiento, pasa por varios duelos y/o pérdidas: pérdida de la salud, del control y en algunos casos de su capacidad de procreación. El duelo por la imagen de sí mismo, por el estilo de vida y por todos los proyectos postergados, generan una reestructuración cognitiva. Por esta razón, es importante prestar atención a las emociones: reconocerlas, identificarlas, hablar sobre ellas, interpretarlas, aceptarlas y así ayudarnos a tomar decisiones.

Durante la etapa de remisión, las emociones y pensamientos siguen teniendo un rol fundamental. Surge el síndrome de la Espada de Damocles, el cual es un miedo desmesurado a la recaída de la enfermedad, se vive en estado de alerta, surge la culpa de supervivencia y se pretende retomar la vida de antes como si no hubiese pasado nada. En el caso de una recaída, la angustia suele ser igual o mayor que la primera vez, vuelven a surgir los miedos, incertidumbre y ansiedad.

El malestar emocional provoca un deterioro en la vida diaria y en las relaciones interpersonales. A veces, los familiares y amigos no logran entender cómo se siente una persona con cáncer. Por estos motivos, es fundamental contar con ayuda de la psicooncología en cada etapa de la enfermedad, centrada en el apoyo y la terapia de pacientes con cáncer, sus familiares y en los profesionales de oncología. ACLA brinda charlas para acompañar a todos los pacientes y allegados que busquen el mejor desarrollo de estos procesos.

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