5 Dic 2025
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Nueve de Julio

La revolución silenciosa del ajedrez en la educación

Mientras millones de alumnos aprenden fórmulas que olvidan al salir del aula, el ajedrez —que forma mentes críticas y resilientes— sigue siendo relegado a un rincón opcional. ¿Por qué no lo convertimos en materia obligatoria?

“Si las matemáticas son obligatorias, ¿por qué el ajedrez no?”. La pregunta parece provocadora, pero está generando debate en escuelas, docentes y expertos en pedagogía de todo el mundo. Y la respuesta no es tan simple como parece.
En la provincia de Buenos Aires, como en gran parte del país, las Matemáticas ocupan un lugar central en el diseño curricular desde el nivel inicial hasta el secundario. Sin embargo, el ajedrez —una actividad que fortalece la lógica, la concentración, el autocontrol y la toma de decisiones— sigue siendo visto como un juego, una actividad recreativa o, en el mejor de los casos, un taller optativo.

El poder invisible del ajedrez

Lejos de ser un simple entretenimiento, el ajedrez es una herramienta pedagógica poderosa. Al sentarse frente a un tablero, un estudiante no solo mueve piezas: planifica, calcula, anticipa, se equivoca, aprende, respeta reglas y, sobre todo, piensa.
“En ajedrez, cada decisión tiene múltiples consecuencias y hay que tomarla bajo presión. Eso no lo enseñan muchas materias”, explica a EXTRA Mariela Fuentes, docente y capacitadora en ajedrez educativo en escuelas públicas de Lomas de Zamora.
Según diversos estudios internacionales, practicar ajedrez mejora significativamente el rendimiento escolar en áreas como Matemáticas, Lengua y Ciencias. ¿La razón? El ajedrez no enseña contenidos específicos, sino habilidades cognitivas profundas: análisis, pensamiento crítico, resolución de problemas complejos y tolerancia a la frustración.
Armenia, el país donde el ajedrez es ley

En 2011, Armenia se convirtió en el primer país del mundo en incorporar el ajedrez como materia obligatoria desde los 6 años. ¿El resultado? Sus estudiantes no solo mejoraron en Matemáticas, sino también en Lengua, comprensión lectora y habilidades sociales.
“El ajedrez enseña lo que ninguna otra materia enseña de forma tan directa: la relación entre causa y efecto. Si tomás una mala decisión, perdés una pieza. Es inmediato”, resume Fuentes.

En algunas escuelas de la provincia ya existen proyectos piloto, con talleres de ajedrez que han mostrado impactos positivos en alumnos con dificultades de atención, ansiedad o bajo rendimiento académico. Sin embargo, estos espacios aún dependen de la voluntad institucional, disponibilidad horaria y, muchas veces, del entusiasmo de uno o dos docentes que hacen magia con pocos recursos.

“Tenemos que dejar de pensar al ajedrez como un lujo y empezar a verlo como una necesidad”, señala Oscar Rodríguez, referente del Programa Ajedrez Escolar bonaerense.
Matemáticas vs. Ajedrez: ¿una pelea que no es tal?
“En matemáticas, muchas veces se aprende para el examen. En ajedrez, se aprende para la vida”, dice un alumno de 3º año en una escuela de Merlo que lleva más de dos años con ajedrez obligatorio. Y agrega: “Acá no hay una sola respuesta correcta, hay que elegir la mejor entre muchas”.

Ambas materias son valiosas, pero mientras una trabaja con fórmulas, la otra lo hace con estrategias, emociones y decisiones reales, que no siempre tienen solución perfecta. Esa diferencia, dicen los especialistas, marca el tipo de pensamiento que desarrollamos.
¿Qué impide que el ajedrez sea obligatorio?
La respuesta es más política que pedagógica. Las matemáticas tienen historia, lobby académico, estructura. El ajedrez, en cambio, carga con el estigma de ser solo un pasatiempo. “Es una hipocresía educativa”, dicen algunos expertos.
Además, no todos los docentes están formados en ajedrez, y no existen lineamientos claros que lo integren en la currícula como una asignatura con carga horaria, evaluación y objetivos.

Ajedrez para todos

Cada vez más voces reclaman que el ajedrez deje de ser una “actividad para algunos” y pase a ser una herramienta educativa universal. Proponen:
– Incluirlo como materia desde nivel inicial hasta secundaria.
– Capacitar docentes y brindar recursos.
– Integrarlo con otras materias (Historia, Filosofía, Matemáticas, Educación Física).
– Promover torneos escolares y espacios comunitarios de práctica.

En tiempos donde la inteligencia artificial, la hiperconectividad y la incertidumbre marcan el futuro, el ajedrez prepara a los chicos para pensar, adaptarse y decidir. Tal vez sea hora de revisar nuestras prioridades educativas. Porque mientras seguimos obligando a nuestros estudiantes a memorizar fórmulas que olvidarán, estamos dejando pasar una oportunidad única: enseñarles a pensar por sí mismos. «El ajedrez no es solo mover piezas. Es formar mentes.»

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