5 Dic 2025
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Nueve de Julio

La dieta que enferma al planeta también afecta tu salud

Un estudio pionero en España ha cuantificado, por primera vez, cómo el impacto ambiental de nuestras decisiones alimentarias repercute directamente en la salud humana. El trabajo, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado en la revista Environmental Research, advierte que más del 55% del daño a la salud asociado al sistema alimentario proviene del consumo de carne, pescado, mariscos y lácteos.

Según la investigación, cambiar estos productos por opciones vegetales y reducir el desperdicio de alimentos podría evitar hasta un 35% del impacto ambiental total, equivalente a más de 400.000 años de vida saludable perdidos en 2022 solo en España.

Alimentación, medio ambiente y salud: una conexión ineludible

Los investigadores aplicaron una metodología avanzada de Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para evaluar los impactos ambientales desde la producción hasta el consumo de alimentos. Utilizando datos oficiales de encuestas alimentarias del Ministerio de Agricultura, el equipo analizó indicadores clave como el cambio climático, la toxicidad humana, la contaminación del aire y la radiación ionizante, entre otros.

Las consecuencias sobre la salud incluyen enfermedades cardiovasculares, respiratorias, varios tipos de cáncer, malnutrición y diarrea. El resultado es contundente: la demanda alimentaria de 2022 en España estuvo asociada a la pérdida de 447.152 años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), una medida que combina muertes prematuras y años vividos con enfermedad.

Los alimentos de origen animal, los más perjudiciales

Entre los 16 grupos de alimentos evaluados, la carne, el pescado, el marisco y los lácteos resultaron ser los que más contribuyen al daño ambiental con repercusión en la salud humana. El 77% del impacto total se atribuye a su contribución al cambio climático, seguido por la contaminación del aire (16%) y la toxicidad humana (7%).

Los productos vegetales, en cambio, presentan un perfil mucho menos nocivo tanto para el planeta como para las personas.

Cambios en la dieta, grandes beneficios

El estudio modeló varios escenarios. Reemplazar la carne roja por carne blanca solo ofreció beneficios moderados. Sin embargo, sustituir toda la carne y los lácteos por productos vegetales permitiría reducir el daño en un 30%. A esto se suma una reducción adicional del 5% si se elimina el desperdicio de alimentos, alcanzando una mejora total del 35%.

Además, el análisis nutricional mostró que una dieta basada en plantas se alinea mejor con las recomendaciones de la OMS. Aunque bajan los niveles de proteínas, calcio y vitamina B12, se mantienen dentro de los márgenes saludables, mientras que aumentan significativamente la fibra y el hierro, nutrientes con déficit en la dieta actual.

Una oportunidad para la salud pública y el planeta

“La alimentación está en el centro del desafío de la salud planetaria. Lo que daña al medio ambiente también acaba dañando nuestra salud”, señala Ujué Fresán, investigadora de ISGlobal y autora principal del estudio.

El trabajo abre el camino hacia nuevas políticas públicas basadas en evidencia científica, orientadas a fomentar hábitos alimentarios más sostenibles y saludables.

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