El primer refugio fue el papel higiénico, luego la harina, bebidas alcohólicas y más, cómo influye el COVID-19 en el consumo estando en casa.
(Por Lic. Gonzalo Merlo)
En los primeros días del confinamiento, incluso en los días previos a que se anunciase el inicio de la cuarentena, cualquiera que se pasaba por un supermercado se encontraba, de forma reiterativa, ciertos patrones de consumo y ciertas realidades en lo que a alimentos y productos se refiere. Lo habitual empezó a ser ver en las colas de cajas a compradores con carritos llenos de productos. Era como si cada día hubiese gente haciendo ya no la compra de la semana, sino la compra mensual.
Observar los carritos ayudaba a ver de forma clara no solo cómo nos estábamos preparando para la situación que a todas luces se avecinaba sino también cómo estaba impactando la historia. Los consumidores estaban comprando de forma recurrente y masiva ciertos productos, compras que les hacían sentir mejor pero que no siempre tenían lógica. No hacía falta ser una analista de mercados para verlo. Solo se necesitaba coincidir con un momento de pico de consumo – nada complicado – en un supermercado.
En la cola del supermercado, por ejemplo, me crucé con una persona que se llevaba media docena de paquetes de pan lactal, un producto que no estaba sufriendo escasez (las panaderías seguían abiertas) y que es altamente perecedero. En ese supermercado se agotaron en esos primeros días los rollos de cocina, bananas y por supuesto, el papel higiénico; que luego hasta termino siendo un desafio en las redes sociales.
Las compras masivas de papel higiénico fue una constante en los países que iban entrando en proceso de confinamiento alrededor del mundo. Se agotó en Italia, lo hizo en España y protagonizó compras en Estados Unidos. En Australia, los supermercados empezaron a limitar la cantidad de papel higiénico que se podía comprar ya a principios de marzo. Una encuesta de habitos de consumo realizada en esas fechas, fue a preguntar a la gente por qué compraba ese producto de forma alocada.
«Lo estoy comprando porque veo a todo el mundo entrando en pánico, así que yo también entro en pánico», decía una de esas consumidoras. Su explicación era justo lo que los expertos señalaban: la psicología del consumo dejaba claro que si nos estábamos volviendo locos por el papel higiénico era por un efecto de contagio. En aquellos mercados en los que además no se tenía nada claro qué iba a pasar, las ventas crecían todavía más.
Cronología de compras en los supermercados
Pasado el momento en el que el papel higiénico era uno de los objetos buscados de deseo, los productos que se han sucedido en las listas de lo más comprado y lo más agotado se han ido sucediendo. A principios de abril, las compras de pánico habían dejado paso a las de cosas que nos hacían sentir mejor, Vinos, cervezas, picadas y algunas delicatessen eran el gran hit de los supermercados. Ganaban por una mezcla de nostalgia, comfort food y el intento de replicar en casa la vida que llevábamos fuera de ella.
Indicadores muestran que el aumento del consumo de alcohol en casa se incrementó casi un 85%. Este aumento fue debido al cierre de los bares y restaurantes, hemos trasladado a nuestras casas acciones que antes eran esporádicas, como es el caso del consumo de alcohol, asociado principalmente a eventos sociales, ocio nocturno o encuentros en locales.
Otro indicador muestra que se está comiendo más procesados y más comida rápida; así también se están comiendo muchos más dulces. Es normal ver y leer a los consumidores en las redes sociales que están cocinando preparados, comidas, tortas y muchos más platos que no eran habituales.
Evolución de las búsquedas de bizcochos en Google en los últimos 12 meses
Los datos extraoficiales apuntan que el consumo de harina se ha multiplicado por cuatro y más, las búsquedas de tortas en Google se han disparado, superando al sexo que es líder en las búsquedas. La harina y preparados en base es otro de esos productos que han desaparecido de los supermercados a un ritmo abrumador. Fue la gran fiebre de consumo después de la del papel higiénico, acompañada por el dulce de leche.
Netflix, Juegos y bicicletas fijas de lujo
Los patrones de consumo y las fiebres que hicieron desaparecer el stock de cosas no solo de alimentos y bebidas, sino que abarcaron juegos de mesa, en Amazon hace unas semanas arrojaba una lista de resultados bastante deprimente, las cosas llegarían muy tarde y habían desaparecido del stock disponible.
«Nunca había visto nada igual. Somos el nuevo papel higiénico», reconocía un vendedor de juegos de mesa. La situación del coronavirus ha llevado a datos de ventas sin precedentes. Algunas empresas reconocían hacen unos días que se veían capaces de soportar la demanda si las cosas seguían subiendo. Una consumidora me contaba también estos días por Whatsapp que la quiosquera de su barrio había vendido todos los que tenía, el clásico fondo de regalos cuando te olvidas de comprarlos. Estaba trayendo más.
Encerrados en casa, los consumidores quieren entretenimiento y algo que les ayude a no pensar en el coronavirus. Es lo que ha hecho que Netflix haya cerrado el mejor trimestre de su historia, pero también que se dispare la venta de este tipo de productos.
En casa, los consumidores también quieren hacer deporte dentro de su casa, lo que ha convertido a productos de ejercicios hogareños, como pelotas de pilates, pesas, bicicletas fijas, etc. en elementos que también viven un momento de un gran aumento de la demanda.
