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domingo, 5 mayo, 2024

Cómo se transmite el virus equino a humanos y qué se sabe de la enfermedad

En las últimas semanas se registraron en la Argentina brotes en caballos de localidades de quince provincias y se confirmó la detección del virus en un peón rural de Santa Fe

En las últimas semanas se registraron en la Argentina brotes de la enfermedad en caballos de localidades de quince provincias y se confirmó la detección del virus en un peón rural de Santa Fe.

Desde noviembre, en la Argentina se escucha cada vez más sobre Encefalomielitis equina del oeste, una infección viral que afecta principalmente a caballos, yeguas y burros. Ya se han detectado brotes en animales de 15 jurisdicciones del país, además de casos en Uruguay. En los últimos días, se conoció el caso de una persona afectada por esta patología.

Adrián Diaz, investigador del Conicet y del laboratorio que confirmó la reemergencia de brotes del virus de la Encefalitis Equina del Oeste (EEO) en el país luego de dos décadas sin registro, y con un contagio confirmado en un humano, explicó cómo se contagia la enfermedad y reconoció que “no es demasiado lo que se sabe aún sobre el mantenimiento y la trasmisión de este virus en la Argentina”.

Un peón rural de Santa Fe se convirtió en el primer diagnóstico de la enfermedad en humanos. El hombre de 36 años había ingresado hace una semana al Hospital Central de la ciudad de Reconquista, y el Ministerio de Salud provincial confirmó que ya fue dado de alta.

La EEO es una enfermedad neurológica producida por un Alphavirus homónimo (VEEO) que se transmite a través de picaduras de mosquitos, y aunque –como su nombre lo indica- afecta principalmente a caballos también puede ser contraída, sintomáticamente o no, por seres humanos, detalló el Conicet en su web.

En el artículo del organismo, se consultó a Adrián Díaz, investigador del Conicet y uno de los responsables del Laboratorio de Arbovirus del Instituto de Virología “Dr. J. M. Vanella” de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, entidad que confirmó la reemergencia del virus en el país por pedido del Senasa, en un trabajo conjunto con el INTA Castelar.

“El lugar donde más se encuentra estudiada la dinámica de este virus es en Estados Unidos, donde se pudo establecer que se trasmite por el mosquito Culex tarsalis, y que utiliza aves, como el gorrión, como agentes hospedadores amplificadores”, contó Diaz.

El especialista dijo que este tipo de virus, conocidos como arbovirus, se mantienen en la naturaleza por la transmisión vectorial de un artrópodo hematófago, pero también de un animal vertebrado que actúa como hospedador

El hospedador amplificador es un organismo que permite que el virus replique y amplifique su carga viral, de modo que cuando un mosquito (vector) se alimente de este animal virémico, se infecte y pueda transmitir el patógeno a un nuevo hospedador.

“Los mosquitos infectados con el virus pueden alimentarse de caballos y, en ocasiones, también de seres humanos e infectarlos. A su vez, estos nuevos hospedadores infectados pueden desarrollar o no los síntomas de la enfermedad neurológica”, detalló Díaz.

Además, recordó que en Argentina “los últimos casos de actividad de este virus se habían registrado en la década del 80, específicamente en 1988. Por eso llama la atención que ahora reemerja de manera tan fuerte”.

El mosquito transmisor

Si bien Díaz resaltó que “es poco lo que se conoce hasta el momento sobre la ecología de este arbovirus en la Argentina”, los estudios que se han hecho respecto de los posibles mosquitos vectores, indican que el principal agente de trasmisión sería el Aedes albifasciatus, pero también existen indicios de que otras especies de mosquitos, como Culex ocossa o Aedes serratus, podrían transmitir y mantener el virus en ambientes silvestres.

Estas especies de mosquitos están asociados a situaciones de inundación, dado que se crían en lugares donde se generan charcos naturales por las lluvias.

Sobre la prevención, el profesional resaltó que para los caballos “existe una vacuna que, actualmente y a partir de los nuevos brotes, se produce en la Argentina. Otros modos de evitar una mayor propagación del virus están vinculados al manejo del ambiente para evitar la proliferación de los mosquitos, así como a la utilización de repelentes para equinos”.

La EEO en seres humanos “como todas las infecciones virales, puede ser leve, y presentarse como una fiebre con mareos, escalofríos, dolor de nuca o rigidez de nuca”, resumió el especialista.

“Estos síntomas pueden ir progresando hasta una encefalitis, que dependiendo de la virulencia de la variante del virus y del estado inmunitario y fisiológico del paciente, puede llegar a ser severa. Por eso es importante que, si una persona que se encuentra en un área de riesgo tiene síntomas compatibles con EEO, acuda al médico para que pueda hacer una vigilancia”, recomendó Díaz.

Asimismo, destacó que “no hay una terapia específica ni vacunas para estos virus en humanos”, por lo que recomendó usar repelentes, ropa de manga larga con colores claros y colocar telas mosquiteras en las casas. (DIB con información de Télam)

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