Mauricio Vivani y el ocaso del PRO en 9 de Julio
Entre polémicas, declaraciones irresponsables y promesas incumplidas, Mauricio Vivani fue protagonista de la decadencia del PRO en el distrito. Su figura, lejos de sumar, terminó empujando al espacio político al colapso. Por años, fue una de las figuras centrales del PRO en 9 de Julio. Pero su trayectoria terminó siendo más un lastre que una fortaleza. Con un estilo confrontativo, declaraciones agresivas y falta de respuestas a las demandas sociales, Vivani ayudó a erosionar la credibilidad y el apoyo popular del espacio que decía representar.
En 2020, tras la agresión a periodistas del canal C5N en una marcha anticuarentena, en vez de condenar el hecho, Vivani publicó en redes sociales un comentario que justificaba el ataque:
“Si vas a provocar, tenés que bancártela.”
El repudio fue inmediato, y aunque luego intentó suavizar sus palabras, el daño institucional ya estaba hecho. No era la primera vez que elegía la polémica por sobre la prudencia: ya en 2018 había defendido a Cambiemos en el escándalo por los “aportantes truchos”, y en 2025 volvió a quedar en el centro de la controversia por acusar sin fundamentos al periodista Nelson Castro.
Pero más allá de los tuits, Vivani también dejó cuentas pendientes en la gestión. El caso del loteo del Ex Matadero Municipal es una herida abierta: más de un centenar de familias siguen esperando por los terrenos que les prometieron en 2015. El silencio de Vivani y de otros funcionarios involucrados fue absoluto. Quienes soñaron con su casa propia recibieron indiferencia.
El PRO en 9 de Julio hoy está partido, sin conducción ni proyecto. Y si se busca entender por qué cayó, hay nombres que deben ser mencionados. Mauricio Vivani, lejos de ser un constructor político, terminó siendo uno de los principales responsables del derrumbe.
El sepulturero del PRO en 9 de Julio
Entre escándalos, declaraciones violentas y una gestión marcada por la desconexión social, Mauricio Vivani se convirtió en el rostro del desgaste político que terminó sepultando al PRO en el distrito.
Por años, Mauricio Andrés Vivani fue uno de los referentes más visibles de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires y en el distrito de 9 de Julio. Su nombre aparecía siempre como sinónimo de poder, influencia y decisión política. Pero con el paso del tiempo, Vivani no supo —o no quiso— leer los nuevos tiempos. En lugar de acercarse a la ciudadanía, se encerró en una política de confrontación, declaraciones incendiarias y silencio ante los problemas reales de sus vecinos.
El resultado está a la vista: el PRO, que supo gobernar y consolidarse en 9 de Julio, hoy se encuentra en ruinas. Fragmentado, sin conducción real ni capital político, su debacle no es casual, ni espontánea: tiene responsables. Y uno de ellos, sin duda, es Mauricio Vivani.
Un prontuario de polémicas
El declive comenzó mucho antes de su salida de la Legislatura. En 2018, Vivani protagonizó un cruce mediático con la entonces diputada Florencia Saintout, a raíz de la denuncia por los llamados “aportantes truchos” en la campaña de Cambiemos. En vez de colaborar con una investigación transparente, eligió el camino de la victimización política, acusando a la oposición de montar una operación.
Pero lo más preocupante no fue ese episodio, sino su comportamiento frente a la violencia política y social. En julio de 2020, tras una marcha anticuarentena, un grupo de manifestantes atacó a periodistas del canal C5N en el Obelisco. Cuatro trabajadores de prensa fueron agredidos, entre ellos el periodista nuevejuliense Claudio Cardoso. En vez de expresar solidaridad o, al menos, condenar el hecho, Vivani publicó en redes sociales un comentario controversial:
“Si vos sos de Boca y vas a la salida de un partido de River con la camiseta puesta y además le gritás: ‘te fuiste a la B’. ¿Qué esperás? ¿Que te dejen expresar tu opinión?”
Y agregó:
“Si vas de provocador hay que bancársela. Pensá lo que quieras, comunicá lo que quieras, de eso se trata la libertad de prensa. Ahora, si vas a provocar y sabés cuál va a ser la reacción, bancátela. Igual creo que fueron a buscar eso para deslegitimar un terrible reclamo.”
Frente al rechazo generalizado, Vivani intentó rectificarse al día siguiente:
«Borré los tuits porque muchos, en todo su derecho, interpretaron que yo justificaba violencia. Nada más lejos de lo que pienso. Repudio todos los actos de cualquier tipo de violencia. Mi solidaridad con los trabajadores de C5N.»
El episodio dejó un sabor amargo, tanto en la comunidad política como en buena parte de la ciudadanía, y mostró cómo declaraciones públicas irresponsables pueden alimentar climas de intolerancia en un contexto ya cargado de tensión.
Terrenos prometidos, sueños postergados
La crisis de representación que provocó Vivani no fue solo discursiva. En lo concreto, su paso por la función pública dejó una estela de promesas incumplidas. Un caso emblemático es el del loteo del Ex Matadero Municipal. En 2015, muchas familias fueron convocadas por las autoridades municipales para avanzar en el sueño de acceder a un terreno para construir su vivienda.
Las familias cumplieron con todos los requisitos, firmaron documentos, esperaron pacientemente… y nunca recibieron respuestas. Hasta hoy, muchas siguen esperando. Algunas de ellas, denunciaron públicamente que “alguien juega con el sueño de construir su casa”, y que las autoridades de entonces y el propio Vivani— jamás dieron la cara ni acompañaron el reclamo.
¿Dónde estaba Vivani cuando se necesitaba gestión real y no discursos vacíos? ¿Dónde quedó ese compromiso con la clase media trabajadora que tanto prometía el PRO?
El derrumbe político tiene nombre y apellido
La caída del PRO en 9 de Julio no puede analizarse sin mencionar el desgaste que provocó Mauricio Vivani. Su estilo personalista, su desprecio por la crítica, su falta de empatía frente a las demandas sociales y su obsesión con la provocación como herramienta política, lo alejaron de los vecinos, de su partido y de cualquier posibilidad de renovación.
Asimismo, volvió a ser noticia por arremeter —sin fundamentos— contra el periodista Nelson Castro, a quien acusó de ser responsable de la derrota de Mauricio Macri. Una afirmación sin sustento, que lejos de fortalecer su imagen, acentuó la desconexión de Vivani con la realidad política nacional.
Hoy, el PRO en 9 de Julio es apenas una sombra de lo que supo ser. Fragmentado, sin liderazgo, con sus bases decepcionadas y sus votantes dispersos, el espacio necesita reconstruirse desde cero. Y para lograrlo, deberá primero hacer lo que Vivani nunca hizo: asumir responsabilidades.
Reflexión Final
La historia política de Mauricio Vivani es la de un dirigente que eligió el camino más corto: el del ruido antes que las soluciones. Prometió futuro, pero entregó conflicto. Prometió gestión, pero dejó frustración. Prometió representar, pero terminó hablando solo.
El PRO no cayó solo. Lo empujaron. Y entre quienes empujaron más fuerte, Vivani tuvo un rol protagónico. Hoy, su legado no es una obra ni una transformación, sino un caso de estudio sobre cómo el ego, la soberbia y la desconexión pueden destruir un proyecto político desde adentro.
Y como lección final, aunque llegue tarde: Nunca discutas ni te pelees con quien compra toneladas de tinta en barriles.
El Lobo





