6 Dic 2025
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Nueve de Julio

Primavera Gris: Un Romance en Pausa que Igual se Celebró

Por Redacción de Extra

La primavera llegó este 21 de septiembre, pero lo hizo con paso tímido y el cielo encapotado. Nada de soles radiantes ni brisas tibias: el termómetro marcó apenas 10 grados, y la amenaza de lluvia se mantuvo como telón de fondo durante toda la jornada. Sin embargo, ni el frío ni las nubes pudieron apagar del todo ese pequeño fuego interno que se enciende cada vez que septiembre cruza la puerta.

No hubo picnic masivo ni estampida de estudiantes hacia las plazas. En su lugar, hubo abrigos sobre remeras coloridas, mates tapados con servilletas y reuniones más discretas, más breves, pero no menos significativas. La primavera no llegó con explosión: llegó en pausa. A medio decir, como esas cartas que uno guarda sin enviar pero que igual tienen destinatario.

El parque y plazas tuvieron circulación moderada, con grupos reducidos que, pese al frío, se acercaron a celebrar a su manera. Algunas optaron por actividades puertas adentro, otros mantuvieron sus propuestas al aire libre con alguna improvisacion o recorte horario. El clima no acompañó, pero las ganas, sí.

El Día del Estudiante coincidió, como siempre, con el de la primavera. Pero esta vez, el protagonismo juvenil no fue ruidoso ni visible, sino más bien simbólico y contenido. En redes sociales abundaron las fotos con flores dibujadas, filtros florales y mensajes que reemplazaron a los encuentros. Muchos eligieron celebrar desde reuniones privadas, adaptando la tradición al contexto climático. Aun así, el espíritu se sostuvo. Porque no se trata solo de estar bajo el sol, sino de lo que la fecha significa: una forma de volver a empezar, de reencontrarse, de abrazar —aunque sea con frío— una estación que siempre promete algo nuevo.

El costado romántico de esta jornada no desapareció: solo cambió de forma. Las flores se regalaron igual, pero envueltas en papel y con manos frías. Las miradas se cruzaron bajo capuchas o paraguas. El amor adolescente se mantuvo intacto, aunque un poco más quieto, como si esperara que el cielo se abriera para desplegarse. Y es que la primavera también es eso: esperanza en estado de reposo. Una fe silenciosa en que, más temprano que tarde, el sol volverá a salir y las flores que hoy se guardaron en los bolsillos podrán volver a mostrarse.

Las florerías y locales que apostaron por promociones primaverales vieron pasar la jornada con menos movimiento del esperado. Pero también con la certeza de que la primavera no se mide en ventas, sino en gestos. Y los hubo: ramos improvisados, mensajes manuscritos, alguna flor regalada con abrigo encima y sonrisa tímida. El romanticismo resistió, aunque en clave invernal.

En definitiva, el Día de la Primavera en 9 de Julio no fue una postal de calendario, sino una historia en pausa. Un ensayo de lo que vendrá cuando el clima acompañe, cuando los abrigos bajen la guardia y el sol vuelva a ocupar su lugar. Porque la primavera no empieza cuando el sol lo decide, sino cuando las personas están listas para florecer, incluso si tienen que hacerlo bajo un cielo gris.

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