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El Editorial del Lobo

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El juez que designa a su amigo

Otra grave irregularidad sacude al Juzgado de Paz Letrado de 9 de Julio. Y una vez más el nombre del Dr. Alejandro Casas aparece en el centro de la escena. Esta vez, el titular deljuzgado enfrenta una nueva denuncia que se suma a una lista que ya incluye prevaricato judicial (Art. 269 CP), abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público (Art. 248 CP) y omisión de denuncia de delito de acción pública (Art. 277 inc. 1° CP).

En esta edición, sin embargo, nos detenemos en un aspecto particularmente sensible: una denuncia por tráfico de influencias, presentada ante la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires.

El caso Martínez: amistad, ascenso y polémica

El eje del conflicto es la designación —y el vertiginoso ascenso— del Dr. Jorge Félix Martínez, amigo personal del juez. En pocos años, Martínez pasó de ser un abogado recién matriculado a ocupar uno de los cargos más importantes del juzgado: la Secretaría.

Primero fue nombrado auxiliar letrado, y poco después, promovido por el propio Casas a un cargo de máxima responsabilidad institucional.

Lo curioso no termina ahí. Martínez juró como abogado el 27 de marzo de 2015 en el Colegio de Abogados de Mercedes, y según fuentes confiables, el juez Alejandro Casas estuvo presente en la ceremonia. También habría asistido al festejo que organizó su amigo. Cabe destacar que Martínez no se recibió precisamente en la juventud: obtuvo su título siendo adulto, sin que se le conozcan antecedentes laborales relevantes ni experiencia previa dentro del Poder Judicial. Lo que convierte este caso en aún más llamativo es que, según registros oficiales comentados en círculos judiciales, se trata de uno de los ascensos más acelerados y polémicos en la historia del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires: de abogado novel a secretario de juzgado, en tiempo récord y sin trayectoria institucional previa.

La ley es clara: idoneidad, mérito y transparencia

La Ley Orgánica del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires (Ley 5827) establece con claridad que los jueces y funcionarios deben garantizar procesos de selección basados en idoneidad, legalidad, transparencia y mérito. Cualquier designación que no respete estos principios puede constituir una falta ética, administrativa e incluso penal.

El caso del Dr. Casas presenta todos los elementos que configuran el delito de tráfico de influencias:

· Vínculo personal cercano entre el juez y el funcionario designado.

· Beneficio concreto otorgado (ascenso sin concurso).

· Ausencia de procedimientos objetivos o públicos.

Designar a amigos en puestos clave, sin sustento en antecedentes ni mérito, erosiona la credibilidad del sistema judicial y atenta contra el principio de igualdad en el acceso a la función pública.

Del erario al dedazo: la Justicia a medida

Si bien no existen manifestaciones públicas al respecto, resulta inevitable señalar el trasfondo más grave de este tipo de decisiones: quien ocupa un cargo público —y maneja recursos que no le pertenecen, sino que provienen del erario— tiene la responsabilidad ética y legal de garantizar nombramientos basados en mérito, experiencia e idoneidad, no en vínculos personales.

Sin embargo, en este caso, se utilizó la estructura del Estado para ubicar en un cargo estratégico a una persona sin trayectoria ni antecedentes en el Poder Judicial, desplazando de hecho a empleados con años de servicio que ven cómo sus posibilidades de ascenso quedan relegadas frente a decisiones arbitrarias.Lo que debiera ser una institución basada en la carrera judicial, se convierte así en un espacio donde prima el amiguismo por sobre la competencia.

Denuncias en curso y posibles consecuencias

La denuncia fue ingresada ante la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte bonaerense, y también fue judicializada en sede penal. Según trascendidos, los elementos aportados serían contundentes y comprometedoramente verificables.

De comprobarse las irregularidades, el juez Alejandro Casas podría enfrentar desde sanciones administrativas hasta su eventual remoción. Los organismos de control han comenzado la recepción de la documentación aportada, hallándose la investigación en etapa preliminar.

Reflexión final: el tiempo, ese juez implacable

Como siempre decía mi abuelo, con esa lógica imbatible que mezcla sabiduría de campo con sentido común criollo: “Si tomás buenas decisiones, el tiempo juega a tu favor. Si tomás malas decisiones, el tiempo juega en tu contra.” Y sí, con los años descubrí que tenía razón. «El tiempo no borra las malas decisiones … las exhibe con luces de neón.»

Ahora, cabe preguntar seriamente: En serio, Sr. Juez Casas… ¿sigue creyendo que nadie lo estaba mirando?

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