6 Dic 2025
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Nueve de Julio

La economía se enfría y crecen las alertas: el impacto de la política monetaria tensiona la recuperación

El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) volvió a caer en junio y los datos preliminares de julio y agosto anticipan un panorama más sombrío. La suba de tasas, el encarecimiento del crédito y la caída del consumo frenan la actividad. Preocupa el efecto en las cuentas fiscales.

La actividad económica comienza a mostrar un retroceso sostenido, y las proyecciones para los próximos meses no son alentadoras. Lejos de la recuperación en “V” que auguraban algunos funcionarios, el ritmo productivo nacional parece haber entrado en una fase de enfriamiento, con indicadores que se consolidan en terreno negativo.
El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), publicado esta semana por el INDEC, registró una caída de 0,7% en junio frente a mayo en términos desestacionalizados. El retroceso se suma a la contracción de 0,2% ya verificada en mayo, marcando dos meses consecutivos en baja.
A este escenario se suma la presión financiera provocada por una política monetaria más contractiva. En julio, el dólar subió un 14% y las tasas de interés treparon abruptamente: la tasa interbancaria pasó del 50% al 71% nominal anual, mientras que los adelantos para empresas subieron del 62% al 82%, según datos del Banco Central. Este contexto encareció el financiamiento, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.

Según el economista Hernán Letcher, la tasa de descuento de cheques para pymes se duplicó en un mes, pasando del 36% al 68%. El impacto sobre el sector productivo es directo y profundo: con demanda en retroceso y acceso al crédito cada vez más costoso, muchas unidades enfrentan un freno casi total en su actividad.

Desde el oficialismo, se insiste en que la situación actual es consecuencia del “descalabro heredado” y de la “resistencia política” a los cambios. En su discurso en el Consejo de las Américas, el presidente Javier Milei justificó la volatilidad financiera como parte de una batalla mayor: “¿Creen que pueden tener una tasa normal cuando del otro lado están los que quieren romper el país?”, afirmó.

Sin embargo, los informes privados marcan otro rumbo. La consultora Analytica estimó que en julio la economía cayó un 0,1%, mientras que Equilibra proyectó una baja más pronunciada del 0,3%, lo que sería el tercer mes consecutivo en retroceso.
“La economía habría entrado en una etapa de estancamiento, expresando los límites para el crecimiento del actual esquema que mantiene encorsetada la demanda para sostener el régimen monetario y cambiario”, apuntó el informe de Analytica.

Desde el Banco Provincia, a través del nuevo índice Pulso PBA —construido con inteligencia artificial en base a 1.200 variables diarias— se identificó una caída de 0,4% para el período que comprende las últimas dos semanas de julio y las primeras de agosto. Aunque centrado en territorio bonaerense, sus impulsores aseguran que el indicador es extrapolable al resto del país por su peso económico y poblacional.

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advirtió también sobre un deterioro adicional en el horizonte cercano. “Con una economía que no crece desde febrero, aumento del costo financiero para las empresas, caída del crédito y altas tasas al menos por dos meses más, la actividad luce muy desfavorable para el Gobierno”, indica su último documento.

Impacto fiscal y financiamiento

El endurecimiento monetario también genera un frente de preocupación adicional: el costo creciente del financiamiento en pesos. Las recientes subas de tasas hacen más difícil refinanciar los títulos públicos emitidos por el Tesoro. Los bancos, además, alertan por el incremento de la morosidad en sus carteras de préstamos.

El economista Lorenzo Sigaut Gravina calculó que las últimas licitaciones de Lecap —fechadas el 16 y 29 de julio y el 13 de agosto— generarán un costo fiscal adicional de $1,3 billones (0,13% del PBI). Asimismo, estimó que los vencimientos previstos hasta octubre suman $32 billones, lo que implicaría un costo financiero de 0,27% del PBI.
Esa cifra es comparable al gasto que implicaría la Ley de Emergencia en Discapacidad que el Gobierno intentó vetar, lo que pone en discusión las prioridades del ajuste fiscal.

Sintomas de agotamiento

A menos de un año del inicio del nuevo ciclo económico, los números vuelven a encender luces amarillas. La estabilización cambiaria, que fue la gran bandera del primer semestre, empieza a mostrar sus límites. Con la demanda contenida, el crédito paralizado y el empleo estancado, la recuperación prometida parece, una vez más, postergada.

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