Con el dólar mayorista escalando hasta los $1290 y marcando una nueva tensión en los mercados, el Banco Central decidió redoblar su intervención para intentar frenar la suba. La estrategia incluyó una agresiva política de tasas y una fuerte presencia en el mercado de futuros, lo que logró hacer retroceder la cotización. Sin embargo, persisten las dudas sobre la eficacia de estas medidas para calmar las expectativas devaluatorias de fondo.
El valor del billete verde bajó a $1260 en el segmento mayorista tras la intervención del BCRA. En el mercado minorista, la cotización del Banco Nación —referencia del “dólar oficial”— también cedió, de $1300 a $1280.
Tasa más alta y fuerte apuesta en futuros
Para contener la presión cambiaria, el BCRA adoptó una doble estrategia. Por un lado, ofreció una tasa del 36% para colocaciones bancarias a un día, con el objetivo de absorber el excedente de pesos y evitar que se vuelquen a la compra de dólares.
Ese excedente —calculado en unos $10 billones— fue el resultado de una jugada fallida del equipo económico. Al imponer un plazo para eliminar las Letras Fiscales de Liquidez (Lefi) que estaban en manos de los bancos, se esperaba que estos aceptaran cambiarlas por nuevos instrumentos de deuda. Sin embargo, las entidades decidieron volcar esos pesos al mercado cambiario, en un contexto de creciente incertidumbre por la cercanía de las elecciones. Ante esta dinámica, el Ministerio de Economía anunció una licitación urgente —fuera del programa financiero habitual— para absorber esos pesos sobrantes, prevista para este miércoles. Pero como el mercado no parecía dispuesto a esperar, el BCRA salió a actuar de inmediato.
Futuros del dólar: apuestas a julio y agosto
El otro frente fue el mercado de futuros. El BCRA, bajo la conducción de Santiago Bausili, intervino ofreciendo contratos de venta para julio y agosto con precios entre 1% y 1,5% por debajo de las cotizaciones vigentes, lo que presionó a la baja los valores futuros del dólar.
Esta intervención es notoria para los operadores, que si bien no ven registradas oficialmente las operaciones del BCRA, identifican con claridad sus movimientos. Así, el mercado da por descontada la presencia del Central como actor activo para influir en la evolución del tipo de cambio.
Dudas que persisten
A pesar de este freno táctico, en la City financiera no todos están convencidos de que estas acciones sean sostenibles o suficientes. La cercanía de las elecciones, las bajas reservas del Central y un dólar todavía “barato” en relación con los precios en pesos siguen alimentando las expectativas de una nueva devaluación.
El BCRA ganó una batalla, pero aún está por verse si podrá contener la guerra de fondo contra la inestabilidad cambiaria.




