El Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) en Argentina sigue sufriendo una pérdida constante de poder adquisitivo, lo que refleja la creciente desigualdad y la crisis económica que afecta a los sectores más vulnerables. Entre 2024 y 2025, el poder de compra de este salario se desplomó en un 36%, un golpe directo a las finanzas de millones de trabajadores que ven cómo sus ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas.
En noviembre de 2023, el salario mínimo nominal era de $146.000, mientras que en noviembre de 2025 llegó a los $328.400, lo que representa un aumento nominal del 124,9%. Sin embargo, este aumento ha quedado muy por debajo de la inflación acumulada en el mismo período, que alcanzó un alarmante 250,7%. Este desajuste entre el salario mínimo y la inflación ha provocado una erosión significativa del poder adquisitivo de los trabajadores.
El cálculo de esta pérdida de poder adquisitivo se realiza al comparar el aumento acumulado del SMVM con el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que refleja la inflación generalizada de precios. La discrepancia entre ambos índices es la causa principal de que, a pesar de los aumentos nominales del salario, los trabajadores no estén viendo un beneficio real en sus ingresos.
Impacto en 2025: una proyección aún peor
El año 2025 cerrará con una pérdida estimada del 8,5% en términos reales del salario mínimo. En diciembre de 2024, el SMVM era de $279.718, mientras que para diciembre de 2025 se proyecta que alcanzará los $334.800. Aunque este es un incremento nominal del 19,7%, la inflación proyectada para el mismo período es del 30,8%, lo que implica que, en términos reales, el salario no solo no recupera poder adquisitivo, sino que sigue perdiendo terreno frente al aumento de los precios. Esta disparidad no solo refleja el fracaso en la política salarial, sino también las difíciles condiciones económicas del país, donde la inflación sigue siendo un problema estructural que golpea principalmente a los sectores con menores ingresos.
El rol del periodismo en este contexto
El ejercicio del periodismo crítico y profesional es esencial para visibilizar esta realidad, aunque no siempre es bien recibido por quienes consideran que tienen la “verdad” en sus manos. En tiempos de crisis económica, es crucial que los medios sigan mostrando las consecuencias de las políticas económicas para que los ciudadanos puedan entender las dinámicas que afectan su bienestar. Sin embargo, esta función crítica suele ser atacada por aquellos que intentan deslegitimar cualquier tipo de análisis que cuestione las medidas oficiales.
El salario mínimo: un reflejo de la crisis estructural
La caída del poder adquisitivo del salario mínimo no es un hecho aislado, sino un reflejo de una crisis estructural mucho más amplia que afecta a toda la economía. La pérdida de valor real de los salarios está directamente relacionada con la inestabilidad económica, la falta de previsibilidad y el desajuste entre los ingresos de los trabajadores y la inflación. Para muchas familias argentinas, el salario mínimo ya no es suficiente para cubrir lo esencial, lo que incrementa la pobreza y la desigualdad.
Si bien las autoridades pueden presentar aumentos nominales, estos resultan insuficientes cuando se comparan con el impacto de la inflación en los bolsillos de los trabajadores. Así, en lugar de una recuperación económica, lo que se observa es una perpetuación de la crisis, en la que los salarios no siguen el ritmo de los precios, y las capas más vulnerables de la sociedad son las más afectadas.





