9 Dic 2025
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Nueve de Julio

Crisis Industrial: Salarios o impuestos y proveedores

La recesión económica que atraviesa Argentina continúa golpeando con fuerza al sector industrial. El más reciente informe del Monitor de Desempeño Industrial (MDI) revela que, por decimocuarta medición consecutiva, el índice se mantiene por debajo de los 50 puntos, indicando una contracción prolongada de la actividad económica. Este panorama refleja una crisis de liquidez que ya afecta a la mitad de las empresas, que, en un desesperado intento por sobrevivir, priorizan el pago de salarios, pero se ven incapaces de cumplir con sus obligaciones fiscales o de abonar a sus proveedores.
Según los datos de la IV Encuesta presentada por la Unión Industrial Argentina (UIA) en noviembre, el 47,5% de las empresas industriales están enfrentando dificultades para cumplir con al menos uno de sus pagos corrientes. Esta cifra, que ya es preocupante en sí misma, muestra una tendencia creciente respecto a mediciones anteriores. Entre las dificultades más recurrentes, el 29,3% de las firmas reportaron atrasos en el pago de impuestos, mientras que el 26,7% no pudo cumplir con los plazos establecidos para el pago a proveedores. Lo más alarmante es que un 8,2% de las empresas enfrenta una crisis de liquidez simultánea en todos los frentes: salarios, servicios, créditos e impuestos. Este porcentaje representa el nivel más alto registrado en la serie histórica de la encuesta.
El informe señala que la caída de la demanda interna es el principal motor de esta crisis. De acuerdo con el MDI, el 47,4% de las industrias vendió menos en el mercado interno en el último trimestre, lo que ha generado una desaceleración de la producción. La caída en la demanda preocupa al 41% de los empresarios, que enfrentan una perspectiva de estancamiento a corto y medio plazo. En el ámbito productivo, un 40,3% de las empresas redujo su nivel de actividad, mientras que solo un 21,3% logró mantener o incrementar su producción.
El impacto en el empleo es igualmente grave. Durante octubre, el 21% de las empresas redujo su plantilla de trabajadores, el 23,5% disminuyó los turnos laborales y un 7,7% aplicó suspensiones. Estos ajustes reflejan la severidad de una crisis económica que ya no es solo una cuestión de falta de demanda, sino de capacidad productiva.
En este contexto, las expectativas sobre una pronta recuperación son sombrías. El 95,2% de las empresas proyecta que no alcanzará su nivel óptimo de producción hasta 2026 o incluso más adelante. Con el uso de la capacidad instalada promedio en solo un 57,9%, las empresas están operando muy por debajo de su potencial, dejando a un vasto parque de maquinaria parada y una gran capacidad ociosa sin utilizar.
Lejos de la prometida “reactivación” del Gobierno, el sector industrial parece haber dado por perdida la esperanza de una pronta recuperación. La falta de inversiones en maquinaria, bienes de uso y tecnología, y la paralización de los planes de modernización son síntomas claros de un pesimismo que crece cada día. Con un mercado interno que sigue desplomándose y sin una visión clara de mejora para 2025, las empresas no piensan ya en expansión, sino en sobrevivir.
Este escenario pone en evidencia la magnitud de la crisis que atraviesa la industria argentina, una crisis que no solo afecta a las grandes firmas, sino que ha golpeado con fuerza a las pequeñas y medianas empresas (pymes), las cuales, en muchos casos, deben decidir qué pagar para no desaparecer. La industria se enfrenta a un futuro incierto, con un camino lleno de desafíos que, por el momento, no tiene visos de solución inmediata.

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