El viernes pasado la intendenta María José Gentile junto con representantes de diversas entidades rurales locales, viajaron a Capital para mantener una reunión con el secretario de Agricultura de la Nación, Sergio Iraeta, con el objetivo de pedir el cumplimiento de la asistencia económica prometida tras las inundaciones que afectan al distrito.
En concreto, reclamar que los 170 millones de pesos comprometidos por el Gobierno Nacional aún no han sido transferidos, situación que impide avanzar con las tareas críticas de recuperación. Iraeta dijo que la partida para 9 de Julio estaba “firmada y aprobada” pero demorada por cuestiones administrativas pero que “iba a llegar”.
La gestión municipal manifestó su preocupación por el retiro gradual de la maquinaria de Vialidad Nacional, que se redujo de diez a cinco unidades operativas, y advirtió sobre la urgencia de concretar las obras antes de marzo, cuando el incremento de lluvias y el tránsito de la cosecha dificultarán los trabajos en los caminos rurales. Sobre este tema, el Secretario Iraeta se comprometió a habalr con Vialidad Nacional y también con el Banco Nación para acelerar las lineas de crédito prometidas para productores afectados por el agua.
Además de la jefa comunal y el funcionario nacional, participaron de la mesa representantes de las principales entidades del sector agropecuario: Martín Longarini por Coninagro, Patricia Gorza en representación de la Federación Agraria, Nicolás Caprioli por la Sociedad Rural-CARBAP y Ricardo de Bernardi de la Sociedad Rural Argentina.
Más allá de la información formal, fuentes consultadas que estuvieron en el encuentro calificaron a la reunión duramente como “triste” y un “blef” ya que marcaron que la movida no fue en “la ventanilla correcta” porque Iraeta es un secretario “sin poder ni billetera”. Más alla de las buenas intenciones, la realidad es que el ministro de economia Caputo es quien abre o cierra la canilla de los fondos.
La cartera de Agricultura fue bajada de rango, de Ministerio pasó a Secretaria, e Iraeta es un funcionario en una silla caliente (rumores indican que el Gobierno piensa en Nicolás Pino, actual presidente de la Sociedad Rural Argentina, para reemplazarlo) no tiene poder, y es amigo de Guillermo Franco, el ex Jefe de Gabinete caido en desgracia política. La puerta a tocar era Economía.





