5 Dic 2025
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Nueve de Julio

Bancos Reclaman Profundización en la Normalización Económica Post Elecciones

Tras las primeras flexibilizaciones impulsadas en la semana posterior a las elecciones, los bancos exigen ahora una profundización del proceso de normalización en las tasas de interés y encajes. Este reclamo, apoyado por la reciente calma en el mercado cambiario, busca aliviar la presión sobre las entidades financieras y propiciar un escenario más favorable para la reactivación económica.
El panorama económico post electoral continúa marcado por las secuelas de la alta inflación y las medidas de emergencia tomadas durante la crisis cambiaria de fines de julio. La suba del dólar obligó al Ministerio de Economía a implementar una tasa nominal anual (TNA) superior al 70% en las licitaciones de agosto, lo que resultó en tasas de plazos fijos que superaron el 50% y una drástica escalada en los costos del crédito privado, afectando especialmente a las pequeñas y medianas empresas. A su vez, el Banco Central aumentó los encajes bancarios hasta el 53%, el nivel más alto en tres décadas, y modificó el requerimiento de estos de mensual a diario, lo que sumó dificultades operativas a los bancos.

Este entorno de alta tensión fue clave en la desaceleración de la actividad económica durante el último trimestre, obligando al Gobierno a postergar la reactivación hasta después de los comicios. De hecho, las entidades bancarias ya anticipaban que, independientemente del resultado electoral, el último bimestre del año debería marcar el comienzo de una etapa de normalización.
A partir de la semana pasada, se comenzaron a ver los primeros pasos hacia ese proceso. En la licitación del miércoles, la TNA se redujo al 44%, lo que permitió una baja en las tasas de los plazos fijos, que ahora rondan entre el 29% y el 35%, gracias a un menor rollover. Además, el BCRA flexibilizó el requerimiento de encajes diarios del 100% al 95%, un ajuste que, aunque parecía marginal, representó un alivio operativo significativo para las entidades financieras.
Sin embargo, los bancos no se conforman con estas primeras medidas. Fuentes del sector afirmaron que esperan que esta flexibilización sea solo el comienzo de un proceso más amplio de normalización. Un paso esperado por los bancos es la reinstauración del requerimiento de encajes mensual, que consideran crucial para evitar la volatilidad de las tasas y, en lo posible, reducirlas.

Luego de esto, las entidades confían en que el Banco Central reducirá gradualmente el nivel de encajes, aunque admiten que, si bien el 20% anterior a la crisis de julio parece una meta lejana, podrían esperar un regreso a un rango cercano al 40%. Esto se traduciría en una mayor liquidez en el sistema financiero, lo que permitiría una reducción adicional en las tasas de plazos fijos, un alivio que los bancos estiman podría ocurrir en los próximos 15 a 20 días, llevando las tasas de estos depósitos a un rango de entre el 25% y el 30%.
Además de la flexibilización de los encajes, los bancos también vislumbran una reducción en las tasas de interés a corto plazo gracias al bajo rollover en las licitaciones recientes, lo que liberó cerca de 5 billones de pesos que podrían ser inyectados al mercado para impulsar la liquidez y dar inicio a la reactivación económica.

No obstante, el verdadero desafío está en los créditos productivos, cuya tasa de interés, debido a la falta de liquidez y los altos niveles de encajes, se mantiene muy por encima de los niveles sostenibles para las empresas. Este tipo de crédito, clave para la reactivación de la economía productiva, será el último eslabón de la cadena de normalización. En este sentido, los bancos esperan que las tasas de interés de los créditos puedan comenzar a disminuir hacia diciembre, cuando venzan los últimos plazos fijos renovados con tasas elevadas.

El rumbo de estas expectativas dependerá, en gran medida, de la estabilidad del tipo de cambio. Si se mantienen las condiciones de calma cambiaria que prevalecieron durante la primera semana post elecciones, el proceso de normalización continuará su curso, permitiendo una gradual reactivación económica. Sin embargo, si el escenario cambiario se ve alterado, con un eventual repunte del dólar, los bancos advierten que los avances alcanzados hasta el momento podrían ser desbaratados, y la recesión podría alargarse aún más, retrasando el retorno a la estabilidad y el crecimiento.
Mientras los bancos apuestan por una reactivación gradual de la economía, su capacidad para avanzar con las medidas de normalización dependerá de la fortaleza del nuevo régimen cambiario y de la habilidad del Gobierno para sostener la estabilidad en el corto y mediano plazo.

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