«Todos tenemos curiosidad de ver nuestro funeral»: El Fracaso de Fuerza Patria
El concepto de «curiosidad de ver nuestro funeral» refleja el deseo humano de conocer el impacto de nuestras acciones una vez que ya no estamos. En el caso de Fuerza Patria, las elecciones nacionales de 2025 marcaron lo que podría considerarse un «funeral anticipado» para un proyecto político que, a pesar de sus esfuerzos por consolidarse como una alternativa de cambio, terminó siendo derrotado y relegado a la irrelevancia. Este fracaso no solo pone en evidencia una falta de aceptación popular, sino una sucesión de errores estratégicos, descoordinación interna y un escaso sentido de adaptación a los tiempos que llevaron a su caída.
¿Un Funeral Adelantado?
Fuerza Patria surgió con grandes expectativas, especialmente en torno a su figura central, que se presentó como un salvador nacionalista y conservador. Prometía representar a los argentinos hartos de los partidos tradicionales, con propuestas sobre seguridad, independencia económica y soberanía. Sin embargo, lo que comenzó como una posible alternativa fresca terminó siendo un proyecto incapaz de conectar con el electorado. En lugar de ofrecer soluciones pragmáticas, terminó siendo percibido como un movimiento reaccionario y polarizador, más enfocado en el conflicto que en el consenso necesario para un cambio real.
A lo largo de la campaña, Fuerza Patria fue perdiendo fuerza, como una llama que se apaga por la falta de combustible político. Sus esfuerzos por destacar se vieron opacados por la falta de cohesión interna y la desconexión con las preocupaciones de la gente. Su «funeral político» comenzó a ser anticipado mucho antes de que llegaran las urnas.
Fragmentación y Desenlace: El Colapso de Fuerza Patria.
Uno de los factores clave en su debacle fue la fragmentación interna. A pesar de intentar proyectar una imagen de unidad, los desacuerdos estratégicos y luchas por el poder dentro de la coalición desgastaron su mensaje y organización. La falta de cohesión y la desorganización contribuyeron a que Fuerza Patria no pudiera sostener su propuesta ante el electorado. En un clima de creciente polarización política, la coalición no pudo consolidarse como una alternativa sólida, quedando relegada frente a opciones más organizadas y con estrategias más coherentes, como la LLA, que cada vez ganaba más terreno.
El Error Fatal: Desconexión con la Realidad
Otro error determinante fue la desconexión de su estrategia electoral con la realidad del país. Mientras otras fuerzas ajustaban sus mensajes a los problemas urgentes como la inflación, la inseguridad y el desempleo, Fuerza Patria se aferró a un discurso nacionalista anclado en un pasado glorioso, ajeno a las realidades del presente. Esta falta de sintonía con las demandas de la sociedad contribuyó a que su propuesta fuera vista como arcaica, y alejada de los temas que realmente preocupaban a los votantes.
Además, la sobreestimación del apoyo popular jugó en su contra. Pensaron que su mensaje calaría hondo en un país harto del endeudamiento, pero no previeron el crecimiento de la fragmentación política, que dispersó el voto hacia opciones más pragmáticas y centradas en soluciones concretas.
La Derrota
El «funeral» político de Fuerza Patria se concretó en las urnas. A pesar de sus esfuerzos y contar con el apoyo de una maquinaria mediática, los resultados fueron devastadores: lograron solo el 24,50% de los votos, una cifra insuficiente frente a las expectativas previas. En las principales provincias, donde la situación económica y la inseguridad eran prioritarias, quedó claro que el electorado no estaba dispuesto a apostar por una fuerza que no lograba comprender ni atender sus problemas urgentes.
La derrota dejó al descubierto la fragilidad de su propuesta. A diferencia de la LLA, que, con una estructura menos sólida pero más definida, supo conectar con el momento histórico, Fuerza Patria no logró consolidarse como una opción seria. Su mensaje terminó siendo un revival de ideas anticuadas, que no supieron ganarse la confianza de los votantes.
Lecciones para el Futuro: La Esperanza Desvanecida
Este resultado electoral es una lección para la política argentina. La necesidad de un cambio generacional, la importancia de adaptarse a las realidades del país y mantener una estructura política coherente son elementos que Fuerza Patria subestimó gravemente. El «funeral» de la esperanza refleja su incapacidad para conectar con el momento histórico y las demandas del pueblo argentino.
El fracaso de Fuerza Patria deja claro que las fuerzas políticas que aspiren a ser tomadas en serio deben escuchar a los votantes, adaptarse a las realidades del país y ofrecer propuestas relevantes para el presente. De no hacerlo, como en este caso, quedarán atrapadas en la curiosidad de ser recordadas como una gran promesa frustrada o, peor aún, como una fuerza efímera que no logró cumplir con las expectativas.
La política argentina, como la vida misma, es impredecible. Las oportunidades no siempre se repiten, y aquellos que no logran aprovecharlas corren el riesgo de quedar sepultados por su propia irrelevancia. Fuerza Patria ya no es más que una curiosidad del pasado, una promesa que nunca llegó a concretarse.
EL LOBO





