(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
La masa muscular está formada por el conjunto total de tejido llamado comúnmente, músculo. El músculo esquelético es un órgano que tiene como función fundamental facilitarnos el movimiento, la estabilidad articular y protección estructural de nuestro esqueleto.
Se define como masa muscular el volumen que presentan los tejidos totales del cuerpo que corresponden al músculo.
Viéndolo desde la perspectiva de la composición corporal, la masa muscular corresponde a la masa magra, siendo los otros dos elementos que la componen la grasa corporal y el agua.
¿Qué sucede cuando se pierde masa muscular? El músculo empieza a disminuir porque las fibras musculares tienden a perder ese estimulo nervioso que reduce su tamaño, esto también se conoce como atrofia muscular. Esta disminución no se da igual en todas las personas ya que depende de la edad, sexo, entre otras condiciones.
Los músculos sanos y en forma tienen menos tendencia a deteriorarse con el tiempo. A medida que envejecemos, los músculos de las piernas se vuelven más pequeños y débiles, lo que genera problemas con los movimientos de la vida cotidiana, como subir escaleras o subir escaleras.
Es por eso la importancia de trabajar, entrenar la musculatura del tren inferior, piernas, para mantener y desarrollar la masa muscular que nos permita movernos con total libertad y sin lesionarse.
¿Cómo saber si estás perdiendo masa muscular? Existen señales que nuestro cuerpo nos alertara sobre este momento: estas sin energías, te sientes lento y sin ánimo en tus actividades diarias, tu porcentaje de grasa corporal se mantiene, pierdes peso demasiado rápido, no progresas en tu entrenamiento.
Existen varios factores que motivan la aparición de esta pérdida de masa muscular. Falta de actividad física, cambios en el funcionamiento del sistema endocrino relacionados con la edad.
Disminuye la testosterona, la hormona de crecimiento, y el estradiol, u hormona sexual femenina, y aparece resistencia a la insulina.
El hecho de estar ganando musculo es algo que nos hace sentir bien con nosotros mismo, no solo por el cambio de apariencia que supone, sino también porque aumenta nuestra fuerza. Es muy importante no dejar de lado el ejercicio, de entrenar para mantener y ganar masa muscular. También lo es la alimentación.
En general, cuando las personas se acercan a la mediana edad comienzan a sentir que ya no pueden ganar músculo. El motivo es que las fibras musculares pierden el estímulo nervioso que hace que crezcan.
De todas formas depende mucho de cada persona, la edad y de la condición física, atlética que se encuentre. Lo que sí se puede controlar son ciertas costumbres: Dormir mal, el músculo que sufre microdesgarros cuando lo ejercitamos, se regenera especialmente cuando dormimos. Por eso, hay que dejar de lado la sana costumbre de dormir por lo menos 6 horas a 8h. Además, el sueño debe ser de calidad.
Demasiado cardio, la quema de grasa ocasionada por ejercicio cardiovascular es algo que suele ser deseable para quienes se mueven. Sin embargo insistir demasiado con el mismo puede llevar a que los aminoácidos de las proteínas musculares sean consumidos por el ejercicio y el musculo se reduzca.
Comer pocas proteínas, las proteínas son fundamentales para ganar masa muscular. Por eso, es necesario alimentarse correctamente a la par que se hace ejercicio de forma regular.
Olvidar los ejercicios de fuerza, debido a que la exigencia a los músculos es lo que los hace crecer, nunca se debe acostumbrar a los mismos a estar quietos. Debemos insistir con rutinas de fuerza para fomentar que la masa muscular crezca, especialmente cuando se llega a cierta edad y se tiende a perder.
