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martes, 7 mayo, 2024

El pescado misionero, la opción ideal para la mesa de Noche Buena

(Por Mónica Gómez)

El pescado resulta una alternativa para tener presente al momento de planear las preparaciones que vamos a servir en las mesas de Navidad y Año Nuevo. Por su valor nutricional,  el bajo costo -en comparación con otro tipo de carnes- y su deliciosa frescura, este puede ser una buena opción para compartir en familia. Principalmente en la provincia de Misiones  los pequeños productores del sector de la piscicultura tienen en estas épocas una oportunidad en un mercado en crecimiento. Escabeche, conservas,  paté, en tartas o a la parrilla con limón, esta carne se vuelve ideal para el clima caluroso de las fiestas de fin de año. Prepares lo que prepares, pensá siempre en aquel que lo produjo.

 

La piscicultura misionera se dio inicio con la llegada de los inmigrantes a la  tierra colorada con la cultura del despesque. Hoy en las chacras esta actividad, aún artesanal, se mantiene a fuerza de hombres y mujeres que trabajan para llevarla como una acción preponderante. Las diferentes especies que se crían en  son desde  pacú, dorado, surubí, sábalo, salmón hasta tilapia entre otras. Estas se comercializan enteras o fileteadas sin espinas y se cultivan en estanques o en tanques redes en lagos. Este sector  está constituido por más de 4000 productores distribuidos en toda la provincia que cuenta con 1800 ha de superficie de espejos de agua.

“Lo interesante de esta actividad es que se adapta a las pequeñas superficies que tienen los minifundistas misioneros, se puede producir mucha cantidad de peces en un pequeño espacio. Aun así, actualmente la piscicultura no es una actividad primaria, los colonos la integran a su producción diversificada para obtener ingresos en diferentes épocas como en pascuas y fin de año”, cuenta el Lic. en Genética Guillermo Faifer, Director de Acuicultura y desarrollo pesquero del  Ministerio del Agro y Producción.

 

Dónde obtengo el pescado misionero

Desde hace años se trabaja para que la carne de pescado llegue a la mesa de los argentinos bajo el Programa Nacional de Desarrollo Acuícola Sustentable. La provincia no es ajena a la situación y promueve acciones en conjunto con todos los agentes, para que la producción, comercialización y el consumo vaya en alza.

En el centro de la localidad de 25 de mayo se puede encontrar  una feria piscícola que cuenta con una sala de exposición y faena.   Los productores se van turnando y llevan entre 200 y 300 kg. para la venta. Los exponen en una pecera con agua y oxígeno y el cliente elige una de esas piezas. Se faena allí mismo y ya se puede obtener  trozado y fresco. Este esquema se intenta replicar en algunas localidades como objetivo a largo plazo.

Por otra parte Misiones Pescado, es otro de los  programas: se identifica al productor, se compra el total de la cosecha y se lo lleva a una planta frigorífica de la Cooperativa Campo Viera. Allí se procesa entero, en mitades, despinado en diferentes cortes o molido y luego se traslada en un camión refrigerado  que distribuye en los diferentes municipios. De esta forma llega a las localidades de la provincia donde antes no conocían o no tenían la posibilidad de comprar un pescado a un precio accesible subsidiado por el gobierno.

Otra forma de adquirirlo, tal vez la más tradicional que a lo largo de los años se ha convertido en el folklore propio durante la época de captura, es el llamado “a pie de estanque». Esto se inicia cuando los productores publicitan en la radio de las zonas que en los estanques de sus chacras van a obtener piezas para la venta:  “en la radio se dice el día, la hora y que en la chacra de fulano se pueden comprar piezas vivas. Las personas van con su heladerita y en ese momento  pasan la red y levantan los peces, se separan las vísceras, los ponen en el hielo y se lo llevan a su casa y comprando  2 kg y medio sale $500. Para tres personas con eso comen tranquilo a diferencia de lo que sale en una pescadería a $300 el kilo.  Entonces cada uno después lo procesa porque el problema es trasladar carne pescado  y no tener la habitación del frigorífico, al ser piezas que no superan los 15 kilos en total lo pueden llevar en una conservadora de chacra en chacra y de chacra al pueblo”, explica Kovina Ediht Grahl, Tec.Sup.en piscicultura y trabaja como extensionista

en la subsecretaría de Desarrollo Productivo del Ministerio de Agricultura Familiar de Misiones.

Kovina es parte del grupo que acompaña a los pequeños productores, realizando asesoramientos técnicos, recopilación de datos y formando bases de todos los registros que establezcan el desarrollo de la piscicultura en cada estanque misionero. Y así, bajo este relevamiento, brinda capacitaciones, asistencias y diagnósticos de déficit en cada uno de ellos: “soy muy rigurosa con el hecho de que, no es que vos te vas y le tiras el alimento cuando te acordas. Necesitas  hacer un seguimiento sigiloso, saber la temperatura del agua, cuánto caudal de agua le entra. También, si pasó alguna tormenta, medir el pH. Todo eso le  preguntas al producto y si no lo tiene, no contas con las herramientas para diagnosticar el problema. Ahí debemos cambiar la conciencia del colono, porque como no es su actividad principal y el desarrollo del pez no es algo que se vea diariamente, no le presta la atención necesaria, obviamente”. Reconoce.

El interés de parte de las mujeres por la piscicultura, si bien está limitado por la fuerza necesaria en el trabajo manual de recolección de los peces, es una oportunidad para que este sector se consolide con la eficacia necesaria. Esto fomentará la inclusión de muchas a proyectar nuevas prácticas a desarrollar,  tecnologías y superioridad en un cultivo que requiere un compromiso para el fortalecimiento de su desarrollo: “hay mujeres que procesan y le dan esa finalidad la producto, yo luchó mucho con esto, al ser mujer y al trabajar en la actividad me doy cuenta de que si,  lo puedo hacer. Me exijo al pasar una red en un estanque,  demanda mucha fuerza física pero lo hago. Una vez, después ya no lo puedo seguir haciendo. Hice cosecha, faena, procesamiento, conozco todos los pasos porque necesitaba entender cómo es. Así cuando el productor me dice: no, esto es imposible, entonces tomó la iniciativa, me pongo a hacerlo y me doy cuenta de que sí se puede.  Muchas veces pasa que al ser una actividad terciaria o cuaternaria no la realizan con un estricto cuidado”, explica Kovina, que con su vasta experiencia apuesta a incluir a más mujeres en esta actividad.

 

Los ejes a trabajar desde el sector

Para entender las problemáticas con las que convive el pequeño productor es necesario reconocer  los tres ejes  fundamentales en el cultivo de peces: la genética,  el alimento y la asistencia técnica.  “Por un lado, dice la especialista, está la importancia de la obtención de una buena genética, un tema pendiente en la provincia. Por el otro, el alimento balanceado disponible proviene de otra provincia y el costo del flete acrecienta la inversión. Por último, la parte técnica: a nivel provincial hay varios técnicos que fueron especializándose y desde el ministerio del agro se están haciendo relevamiento y censos de las zonas productoras.  Los números que se trabajan son  muy estacionales siendo una producción que tarda año y medio desde el alevino hasta obtener un pieza de cosecha – en Cuaresma y en diciembre por lo general- es la de mayor salida del producto”. Y concluye, esperanzada que “poniendo firmeza en estas acciones se puede lograr un crecimiento exponencial”.

Con el desafío de incrementar la cría y el consumo, desde distintas organizaciones como Ministerio del Agro y la Producción, INTA, municipios y el sector privado desarrollan programas que fomentan la actividad: “Nuestro mayor desafío es que el pequeño productor qué no tiene esta actividad como primaria, aprenda a manejar el cultivo, tenga un asesoramiento técnico y que reconozca  que si que si lo practica con responsabilidad y eficiencia, su productividad no tiene techo”, destacó Faifer . Y continúa: “la piscicultura misionera es una parte  más de la economía de las chacras y así se obtienen ingresos en diferentes épocas del año de distintas fuentes. Industrializar  cada una de las actividades  de su cadena productiva y que el mismo productor tenga injerencia en la llegada al consumidor a escala provincial, esa es la clave”, concluye  Guillermo.

Mónica Gómez

 

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