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viernes, 26 abril, 2024

Un biólogo explica cómo evitar el contacto en la vida cotidiana con el temido Covid-19

Federico Prada da una serie de pautas para incorporar a la vida cotidiana que pueden ayudarnos a mantener alejado al coronavirus.

Hay algo innegable: en la última semana, cualquiera que esté leyendo estas líneas se ha expuesto a varias horas de consumo informativo sobre qué pasa con el coronavirus en el país y en el mundo. En la misma marea, ha compartido datos en las redes, consultado amigos sobre el tema y a algún pariente profesional de la salud que por ahí entiende un poquito más sobre esta locura que ha reconfigurado nuestra vida cotidiana.

Federico Prada es Licenciado en Ciencias Biológicas, con Diploma de Honor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, y actualmente dirige las Licenciaturas en Bioinformática y Biotecnología que dicta la UADE.

En una charla con DIB, dio algunos datos sobre el comportamiento de este díscolo Covid-19 con el que nadie se quiere cruzar por el momento, y planteó algunas pautas de autocuidado para generar una actitud proactiva de prevención.

¿Cómo hacemos para no agarrarnos el coronavirus?             

Hay dos situaciones muy distintas: una se da dentro del domicilio y otra afuera. Dentro de la casa uno debe, si está viviendo la cuarentena personal con responsabilidad social, desinfectar todas las superficies. Una de las cosas a las que no estamos acostumbrados es a desinfectar el piso por ejemplo. Lo enjuagamos pero no lo desinfectamos. Las superficies que más se bancan la lavandina son justamente las baldosas o superficies que no sean de madera. Por eso se recomienda primero limpiar con detergente y luego inactivar cualquier microbio con lavandina al 10%, es decir un vaso de lavandina más nueve vasos de agua. Las mesadas también se pueden limpiar con esta lavandina y otras áreas más delicadas, como la mesa donde comemos o la mesa de luz, las podemos desinfectar con el alcohol 70º, que lleva siete partes de alcohol, por ejemplo siete tapitas o siete tazas, con tres iguales de agua. 

Una vez que la casa está limpia, cuando salimos, tenemos que ser conscientes de que vamos a entrar con suciedad. Es importante focalizarse en las áreas que más se van a contaminar, como zapatos, manos, y no nos tenemos que olvidar de que si nosotros estuvimos tocándonos la cabeza o la cara, nuestra cara va a estar sucia también, entonces tenemos que descontaminarnos. Nos conviene dejar los zapatos en el ingreso de la casa, lo mismo llaves, carteras, paraguas, y lavarnos bien las manos. Si estuvimos en algún lugar muy sucio o transporte, podemos cambiarnos la ropa y bañarnos. Pero esta rutina tiene que ser factible de llevar a cabo, con atención, porque si no se puede generar un pánico innecesario. Por eso sacarse los zapatos es razonable, lavarse las manos es súper razonable, y después uno puede bañarse en el caso de máxima, pero con higienizar manos, cara y brazos es suficiente. 

¿Cuánto tiempo puede permanecer el virus en la ropa y en superficies?

Es llamativa la estabilidad de esta partícula viral. El virus no podemos decir que vive mucho tiempo, ya que la partícula viral no está viva, ya que el virus no tiene vida independiente. Pero si el virus está activo, si conserva sus cualidades a nivel molecular intactas, puede mantenerse en distintos tipos de superficie por tiempos muy largos. Va a depender de la superficie, de la temperatura del ambiente y de la humedad del ambiente. En ciertas condiciones, según investigaciones que salieron hace poquitos días, el virus puede estar activo por varios días una temperatura normal, que es de entre 20 y 24 grados.

Desde el sentido común se tiene la idea de que el virus sólo está presente en las gotas de saliva al hablar, toser o estornudar.

Esa sería la condición de contacto que hay que evitar por antonomasia. Pero esta resistencia lleva a que sea necesario tener atención en que cuando uno vuelve de afuera sepa que está trayendo suciedad. Y volvemos a los zapatos, a las llaves. Hay que dejarlos en un lugar donde no tengan contacto con las mascotas, con los niños, en una zona alejada, en la entrada de la casa por ejemplo.  

Cuando hacemos las compras, ¿qué hacemos con el changuito o la bolsa que llevamos? ¿Se pueden poner al sol?

Todo lo que sea airear y poner al sol es súper efectivo contra el virus. Si la bolsa es el elemento con el cual vamos a comprar y volvemos hay que dejarla separada y reservada para esa actividad. Tener un orden en relación al uso de objetos habituales va a organizarnos. Vamos a estar con una actitud proactiva frente a la posibilidad de traer el virus desde afuera. No hace falta salir con guantes. Hace falta tener en cuenta que los  objetos que traigamos de afuera idealmente tienen que ser limpiados con un trapo reservado para esa situación con la solución de lavandina o de alcohol. En cuanto a los alimentos, por ejemplo, si uno compra un queso envasado se puede limpiar el paquete, sacar el envase y colocar en un Tupper, eso es lo indicado, es un hábito que yo ya tengo por fuera del coronavirus. Simplemente es prestar atención a pequeñas acciones que nos eviten tener un contacto extra. 

Por fortuna aún no hay una circulación comunitaria en el país. ¿Qué otras medidas serán efectivas más adelante?

Estamos al borde de vivir un cambio grande. Se supone que vamos a tener más restricciones de aislamiento social. Evitar los contactos sociales es la solución más fuerte junto con estas actitudes hogareñas. No hay otra cosa que podamos hacer. En los nosocomios, institutos, están las normas que rigen ahí adentro y tenemos que no solo confiar, sino apoyar al sistema de salud, y lo que tenemos que hacer es aislarnos entre nosotros. Más que nunca es eso lo que necesitamos.

¿Por qué el virus se desparrama tan rápido?

Eso tiene que ver un poco con la naturaleza del virus. Puede sobrevivir en superficies mucho tiempo y la entrada es muy eficiente al organismo. Tenemos muchas entradas para el virus. Ingresa por unas puertas diminutas de las células que son sus receptores, eso que les permite interactuar. Son moléculas que tenemos en nuestras células que están muy distribuidas en el organismo. No solo tiene un tejido clave de acceso, como los órganos respiratorios, sino que hay en otros órganos esas puertas de entrada para acceder, entonces el virus se siente como en casa. Se explica por qué también ha dado ciertas sintomatologías que no solo remiten al sistema respiratorio, como casos de diarrea que se han dado en algunos pacientes.

“UNA PERSONA SANA PUEDE LLEVARLO DE FORMA ASINTOMÁTICA” 

¿Qué diferencia hay en el ingreso del virus en un cuerpo sano y en otro con dolencias crónicas?

El órgano target o el sistema respiratorio es el blanco del virus. Cualquier historia previa que manifieste una debilidad en el sistema respiratorio ya sea por infección previa, inflamación, enfermedad autoinmune, o por algún tratamiento con drogas que inmunodeprimen, todo eso hace que el virus pueda entrar más fácilmente y sin resistencia por parte del sistema inmunológico, con lo cual, lo que va a ocurrir en esas personas, es que la carga viral, la cantidad de virus que se generan en el organismo sea mayor. Eso hace que se distribuya más rápido y que se desarrolle más rápidamente la enfermedad. Las personas con historia clínica previa la van a pasar peor. Una persona sana en cambio, hasta puede llevarlo de forma asintomática. Hay estudios sobre todo en Corea del Sur, donde se testearon muchísimas personas sospechosas, con o sin síntomas, en los que dieron positivos pacientes sin sintomatología.  

¿Esto por qué ocurre? 

La especie humana tiene muy poquitas diferencias en su genoma que nos hacen ser muy distintos. Eso no solo se evidencia en la apariencia física sino en el pasar o no de una infección viral. En una familia puede ingresar el virus: de entre cinco y seis personas, dos la pasan muy mal y los otros pueden ser asintomáticos.

¿Puede que alguno no se lo agarre? 

 Sí, puede ser. Dentro de un tiempo van a aparecer artículos donde se estudian familias enteras o poblaciones enteras, en donde aparezcan casos resistentes a la infección. Puede haber un sistema inmunológico que lo deje inactivo. Pasa con el VIH, hay personas con variantes genéticas, que se llaman alelos, que los hacen inmunes a la infección. Acá va a pasar lo mismo. Seguramente vamos a encontrar eso. Podría ser una pista interesante para abordar una terapéutica.

A veces cuesta darle una dimensión real a lo que está pasando. 

Es algo rarísimo lo que estamos viviendo. Cuando uno pone el pie en el freno, a veces parece una película. La dimensión cambia de persona a persona, justamente hablando de persona a persona y de las diferencias genéticas de cada una. Pero lo concreto, es que en este momento se necesita la ayuda de todos o va a seguir avanzando. (DIB) AR

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