La definición del campeonato local y el Interligas serán las últimas oportunidades para disfrutar del talento del crack uruguayo. Nervios, competencia y docencia. Vivencias de fútbol de un distinto.
(Fotos gentileza NG deportes)
(Por Juan Manuel Jara)
Hizo dos golazos, el segundo una exquisitez con el sello de los talentosos. Terminó jugando vendado por un corte en la cabeza, una distensión de ligamentos en la rodilla y un esguince de tobillo. “Fue lindo”, dice Gonzalo Choy González en relación a ese bonito segundo gol, “pero lástima que no alcanzó para lograr el objetivo”. Se refiere a que estaba la fiesta preparada porque con solo un empate su club, Agustín Álvarez, se llevaba el campeonato. Pero la derrota frente al buen equipo de Compañía estiró la definición con suspenso a la última fecha. Las chances son las mismas. Después de 20 años de espera, la gloria sigue estando a un empate de distancia.
Se sabe que Choy es poco afecto a las luces, las cámaras y lo micrófonos, no por “creérsela” sino por su humildad. Después de una carrera con tantos desafíos, aun siente esa ansiedad y esos nervios en la previa de un partido de fútbol, incluso jugando en la liga local de 9 de Julio. “El día que no sienta nervios no puedo jugar más al fútbol”, comenta el flaco uruguayo, “es algo que te pasa, te transpiran las manos. Y me ha pasado más en el fútbol local y es raro. Quizás porque lo otro era mi trabajo y me dedicaba a eso y hoy lo hago más porque la gente este feliz aunque sea un rato, entonces por ahí la presión está pero uno entra a la cancha y se olvida de todo”.
SEMANARIO EXTRA: ¿Lo seguís disfrutando? ¿El momento de cambiarse en el vestuario y sentir la ansiedad aún está en vos?
GONZALO CHOY GONZALEZ: Si. Si bien cuando uno es profesional quizás es diferente porque se dedica a eso y compartís mas cosas en el vestuario, hay más tiempo para eso, pero acá el día a día no es así porque los chicos por lo general trabajan y terminan de entrenar, se van rápido y no está ese tiempo en el vestuario. Pero cuando podemos nos juntamos y es algo hermoso.
El primer gol de esa tarde incompleta también fue otra delicadeza de la zurda de este uruguayo de fina estampa. Comba, efecto, parábola y al rincón del arco. Explosión en el Galvani y un festejo de cara a la tribuna señalándose a él mismo con ambas manos. ¿Dedicación especial? Choy dice que le salió festejar así “por esos chascarrillos que llegan a veces de la tribuna de enfrente”. Destaca al grupo y sabe que “si pensamos que uno es más importante que los otros estamos equivocados”.
Mas allá de lo que él aún hace en la cancha los domingos, su atención está puesta en el trabajo semanal de docencia que realiza con los chicos que tiene a cargo.
SE: ¿Qué es lo que te gusta transmitirle a los chicos?
GCHG: Me gusta resaltar lo que voy aprendiendo con los chicos en el día a día. Estar con ellos mas allá de la pelota porque son chicos que les pasan cosas, con sus cuestiones en el colegio, con su familia, con sus hermanos, con la sociedad en sí. Lo tomo con cuidado porque no soy técnico, no tengo título de técnico, simplemente tuve una carrera como jugador profesional. Pero hay que tener mucho cuidado porque estás tratando con chicos y a veces no sé si tengo la capacidad para hacerlo y ese es un miedo que por ahí me genero a mí mismo. Por eso es que digo que todos los días aprendo algo nuevo. Ojalá algún día pueda hacer el curso de entrenador que es algo que tengo en mente para poder darles un poco más, pero en el día a día hablamos de respeto, de compañerismo, basamos todo en ese respeto para con uno, con sus compañeros y con la gente de afuera. Que sean respetuosos, eso es lo más importante para mí, mas allá de ganar o perder. Estamos en una sociedad donde al que gana se lo tiene allá arriba y al que pierde allá abajo y no importa cómo. Entonces en mí, porque así me lo enseñaron, si está la importancia del cómo se consiguen las cosas. No me sirve de nada que los chicos sufran un partido, que la pasen mal para conseguir un resultado. Prefiero que lo vivan bien, que lo disfruten, que aprendan del juego todo lo que se debe y lo que uno le puede enseñar. Después, los resultados vendrán solos.
A su cargo tiene una séptima, sexta y una quinta división. Cuenta que “con los que más aprendés son los más chicos y con los que más cuidado tenés que tener, porque con los grandes bajás unas líneas, sos claro y te entienden. Los chicos cuestan un poco más”.
Sabe que es referente y espejo y durante la semana comentan las jugadas o el partido del domingo en el cual participó su “profe”. Pero, humilde como siempre, Choy prefiere siempre resaltar lo de ellos: “Fue lindo verlos a todos ellos en la cancha el domingo pasado. Yo voy al club por Gustavo Reinoso, por Rubén Álvarez y por Marianito Delamer y el siempre fomentó que los chicos tuvieran sentido de pertenencia. Y por eso, ver a los chicos del club alentando al equipo de Primera para mí ya es haber ganado algo, si bien el partido lo perdimos. Eso es lo que tenemos que fomentar”.
No habrá otro campeonato de Choy. Se retira después del Interligas. Sus tres hijos (dos de los cuales intentan con la pelota pero Pedro, el más chiquito, odia al fútbol) lo necesitan y sabe que es tiempo de dedicarse a ellos.
Consultado sobre si como ex jugador de Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde dejó un gran recuerdo, tiene contacto con el club en el difícil momento deportivo que está atravesando, Choy dice que “estoy desenchufado de todo. Soy medio especial en ese sentido. Tengo muy buena relación con todos pero es raro que yo levante un teléfono y llame a alguien. No me gusta molestar. Sé que el jugador de fútbol es medio especial. Te puedo asegurar que no es mi caso, pero al jugador de futbol no le gusta que lo molesten, siente que todos lo molestan, cosa que no es así, tiene el ego muy arriba. Trato de no molestarlos, de no ir a la cancha”.
SE: ¿Y cómo manejaste eso durante tu carrera?
GCHG: Fue difícil porque yo quería vivir como una persona normal, como lo somos, pero la gente a veces te lleva a pensar, o a aquel que no tiene los pies sobre la tierra, lo lleva a pensar que es alguien importantísimo, cosa que pienso que no es así. Yo vivía en La Plata y salía todos los días a pasear con mi nene en la calle, obviamente si iba todo bien la gente te saludaba y si las cosa no iban tan bien no te saludaba, pero vivía como una persona normal que en definitiva es lo que somos. Así lo hice en cada ciudad en la cual me toco estar, incluso en México. Yo soy así, vengo de una familia súper humilde que todo costaba mucho y no me puedo olvidar de eso.
Hace un montón que no va a su Uruguay natal pero ese viaje no pasa de este año.
El próximo domingo, salvo que haya empate en el primer puesto de la tabla, será el último partido de Gonzalo Choy González en la Liga local. El bonus track serán los partidos que dispute Agustín Álvarez en el Interligas. Ultimas oportunidades para disfrutar de las pinceladas de talento de este crack uruguayo. Un distinto, dentro y fuera del campo de juego.