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viernes, 26 abril, 2024

Tiempos de Cuarentena y Agresores Sexuales

(Por Marina Suárez, Técnica en criminología y criminalística)

Según las últimas noticias reportadas aumentaron los casos de Femicidio por la situación de confinamiento (encierro) donde la mujer esta conviviendo con el agresor en espacio reducido y no tiene manera de defenderse; en base a esto quería hacer mención al siguiente tema que tiene que ver con algunos aspectos relevantes sobre las personas que cometen agresiones sexuales y/o abusos sexuales. Sabemos que hay cifras significativas para hablar de la reincidencia de estos sujetos a cometer el mismo delito, una vez que son liberados.

La categoría del delincuente sexual  incluye una gran heterogeneidad de delitos y de tipologías de delincuentes. Los numerosos intentos de establecer una clasificación de delincuentes sexuales han dado pocos frutos por lo que respecta a la explicación y a la predicción de este tipo de conductas (Garrido, Redondo, Gil, Torres, Soler y Beneyto, 1995). La excepción podría ser la diferenciación de los agresores según el tipo de víctima elegida. Parece ser que la frecuencia de los delitos y la probabilidad de la reincidencia están relacionados con el tipo de víctima y con la relación entre esta y el agresor.  Los padres que abusan de sus hijas (sin tener otras víctimas) son las que presentan tasas más bajas de reincidencia; aquellos que agreden a niñas y a mujeres adultas fuera de la familia tienen una tasa de reincidencia intermedia; y los que abusan de niños son los que tienen las tasas de reincidencia más altas. (Harris y Hanson, 2004; Quinsey, 1998)

El inicio de la vida delictiva del delincuente sexual suele iniciarse muy pronto, es decir en la juventud más que en la edad adulta. La mayoría de ellos eligen victimas del otro sexo, no son frecuentes los casos de agresores sexuales homosexuales (si es reconocible en casos de agresores sobre menores de edad). Sus ámbitos de acción son con mayor frecuencia en zonas urbanas  más que en zonas rurales. En su apariencia son personas normales, es decir, no presentan características psicopáticas o enfermedades mentales que puedan ser originarias de tales comportamientos (hablando de delincuentes sexuales típicos, en cuyo caso aquel que se compruebe que posee algún problema severo mental, alguna patología o trastorno de la personalidad, se hará también  la valoración en base a la enfermedad y sus limitaciones). Por lo general presentan problemas de neuroticismo (inestabilidad emocional), introversión, inmadurez, socialización y serias carencias en valores sociales. Por lo general no pretenden iniciar ni solicitan tratamiento ya que coexiste sentimiento de culpabilidad en ellos por ende el nivel empático con las victimas es prácticamente nulo.

En la actualidad se ha elevado el número de casos de delitos sexuales que son realizados por adolescentes. Ello nos lleva a considerar diferentes cuestiones relevantes: el pensamiento actual sobre el dominio sobre unos y otros (la anulación volitiva del semejante), la proximidad sobre la intimidad de los demás por medio de las nuevas tecnologías (desvirtuando los limites), el consumo de sustancias alcohólicas de forma habitual para divertirse, entre otras.

Algunas clasificaciones de Agresores sexuales:

Psicópatas: el agresor sexual psicópata puede atacar tanto adultos como niños, prefiriendo niñas y mujeres (por razones de superioridad física e intimidación psicológica hacia ellas). Por lo general la victima será desconocida, la motivación sexual aparece en segundo plano, ya que su interés es la dominación de la víctima. Hay una negación absoluta de sus actos, hasta que si las pruebas en su contra son irrefutables. El problema de la sexualidad del psicópata no deviene a raíz de una ausencia de actividad sexual, por el contrario su actividad sexual suele ser superior a la media, pero sucede que no hay satisfacción en ella porque precisamente son relaciones consentidas y su interés está en la dominación del otro. Este agresor puede mantener su actividad delictiva al margen de su vida oficial (por lo tanto es desconocida por familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo).

Oportunistas: son aquellos que sin padecer alguna enfermedad o trastorno, llegan a cometer una violación sexual, siendo las bases de estas las falsas creencias o distorsiones sobre la sexualidad y las mujeres; prevaleciendo en ellos la idea o concepción que las relaciones sexuales se deben basar en el dominio sobre el género femenino y que aquello es lo normal y que es un pensamiento compartido. Estas personas actúan habitualmente ante circunstancias de desinhibición de la conducta (por ejemplo bajo el efecto de alcohol, drogas) siendo así un delito no premeditado y por ello circunstancial.

Asociales: son personas criadas o educadas en ambientes marginales, con un estilo incorporado de relación violenta en su ambiente. En estas personas, la agresión sexual se producirá en el marco de otro delito, por ejemplo en robos o robos a domicilios. A diferencia del psicópata, estos no padecen déficit afectivo sino más bien presentan su conducta dentro de un comportamiento antisocial, por lo tanto pueden reaccionar de manera positiva al tratamiento y la reeducación.

Patológicos: en estos casos generalmente utilizan la agresión como un mecanismo de compensación, existiendo una gran dificultad para establecer relaciones normales (sexuales y satisfactorias). La agresión, en estos casos, suele aparecer de modo no premeditado sino más bien explosivo, manifestando luego sentimiento de vergüenza o culpabilidad.

A grandes rasgos seria la clasificación general de agresores sexuales, ya que existen; de acuerdo a los comportamientos particulares de los mismos; perfiles con respecto al comportamiento delictivo realizado en un contexto y tiempo determinado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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