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lunes, 29 abril, 2024

“Sabíamos que con el DNU que desregula la actividad yerbatera, nos enfrentamos al principio del fin”, Antonio Franza, Productor yerbatero

(por Mónica Gómez)

Semana a semana el desarrollo de la historia yerbatera se enfrenta a nudos extraídos de una epopeya, dignas del sector.

El pasado viernes 5 de abril la Cámara de Apelaciones Federal rechazó el recurso de apelación interpuesto por el Estado Nacional en contra de la medida cautelar decretada por la Juez provincial Dra Fiori. Ahora el expediente debe remitirse al Juzgado de Primera Instancia Federal (Dr. Casals) quien debe expedirse de oficio sobre el alcance y la vigencia de la medida cautelar (art 3 de la ley 26854), o considerar que esto ya está resuelto con la resolución de la Cámara. Luego deberá proseguir el trámite y resolver la cuestión de fondo, es decir, dictar sentencia respecto a la Acción de Amparo.

Por su parte, el 4 de abril último un grupo de productores autoconvocados se reunieron en el Cruce San José, en la localidad misionera homónima. El escenario emblemático, ya fue epicentro de reuniones de este sector, cónclaves que dieron inicio al tractorazo y muchas movilizaciones yerbateras.

La convocatoria se realizó con el fin de brindarle el respaldo al Instituto Nacional de la Yerba Mate y pronunciarse en contra del DNU 70/23, solicitando que el INYM recupere las atribuciones de regulación de precios, limitación de plantaciones y otras facultades que perdió por el DNU de Javier Milei.

En ese encuentro, se hizo presente el productor yerbatero Antonio Franza (56), quien expresó que el gran compromiso de los productores es defender al INYM, la herramienta creada por ellos mismos. Además, les pidió a sus colegas que tengan responsabilidad y cautela a la hora de referirse al instituto.

Franza es un productor del Municipio de Colonia Aurora que nació en el seno de una familia yerbatera y aún mantiene en la memoria el recuerdo de la época del tractorazo junto a su padre. “Claramente, si no acompañamos la defensa de nuestra ley, la industria va a manejar todo el sector como lo hizo en los años 90. Sabíamos que con el DNU que desregula la actividad nos enfrentamos al principio del fin”, se lamenta.

Lo resuelto ese día fue la firma de todos los presentes de un petitorio de audiencia dirigido a los gobernadores de Misiones y Corrientes.

La preocupación de los pequeños y medianos productores es mucha. Cada día que pasa los colonos se manifiestan contra el valor que pagan los secaderos y molinos y la forma de pago que varía mucho. “Los precios que están pagando en este inicio de zafra no condicen con la necesidad que el productor tiene para cubrir sus costos”, dice Franza.

Además, se lamenta por lo pactado entre un grupo de productores y algunos secaderos que acordaron en el inicio de la zafriña un valor estimativo de $370. Con una promesa de incremento hasta la cosecha gruesa, en abril este aumento no se cumplió. Y hasta empeoró este acuerdo tácito, ya que se comenzaron a pagar con cheques a largo plazo, jugando con la necesidad del productor en estos tiempos difíciles. “Hoy tienen miedo (los productores) porque metieron la pata, no apoyaron al Instituto y lo desautorizaron en su lucha para lograr los $505 por kilo de hoja verde, el valor propuesto en ese momento. Seguimos firmes para solicitar más, porque ese precio ya no es rentable para la cosecha”, sostiene.

 

La historia aún está vigente

La familia de Franza estuvo presente en la histórica lucha cuando se desreguló la producción de yerba mate en los 90: “mi papá era productor desde la época de la CRYM, él sufrió la mayor pérdida en precio, porque tuvieron que regalar su hoja verde, necesitaban cosechar 1000 kg para comprar una bolsa de papas y media de cebolla”, recuerda.

Entre las más de 13 mil familias yerbateras, el 80 % está en manos de los que tienen menos de 25 hectáreas, lo que significa que los más afectados por la desregulación del precio son familias de pequeños productores que llevan adelante esta indispensable economía regional.

“En estos últimos años logramos los mejores precios en la historia del INYM: el productor pudo reinvertir en sus chacras o enviar a los chicos a la facultad, inclusive los hijos de los trabajadores pudieron llegar a la universidad”, explica.

Antonio Franza es uno de los productores que decidió quedarse en la chacra, y ve con mucha preocupación el momento actual: “con los precios que nos imponen ahora, cómo vamos a pagar la mano de obra, cómo hacemos la limpieza o el mantenimiento del yerbal. Sabemos que esto pasa porque los grandes industriales se quieren quedar con nuestras chacras y el gobierno lo avala. Mi padre con 85 años dice que nunca hubo un gobierno tan antidemocrático como este, en los 90 no perseguían a los productores, y hoy si tratamos de reunirnos como fue el jueves en el cruce a lado de un camino, nos ponen a la policía para controlarnos. El monopolio es la meta de este gobierno”, concluye.

 

 

 

 

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