“Cada mañana cuando me levanto, camino por las mismas calles y veo los mismos paisajes”, suelo escuchar, como si la rutina nos ganara terreno, cada mañana.
¿Por qué no ver otras cosas, no ver ese pájaro que se para hoy en esta rama, que es colorido y canta, y ayer no estaba?
¿Por qué no detenerse en ese niño que va en bicicleta con el guardapolvo desprendido como signo de una libertad deseada, la de aprobar esa materia que le ha jugado una mala pasada?
¿Por qué no detenerse en esa vidriera daltónica que saca una sonrisa y altera la curiosidad de entrar a ver qué misterio encierra?
¿Por qué no pararse a preguntarles a esos albañiles rutinarios, si les falta mucho para terminar el edificio?
¿Por qué todos los días vemos las mismas cosas con la misma mirada?
La rutina no existe, existen las personas rutinarias, así enseñé los sustantivos abstractos, cuando me propuse ser una profesora fuera de la rutina diaria del enseñar. Me acuerdo un día, le dije a un alumno: salí afuera y dejá que entre la alegría. El alumno me dijo: ¿Y cómo hago profe? A lo que respondí, como puedas … y entró riendo a carcajadas y haciendo piruetas ante la risa de sus compañeros. Esos alumnos no se olvidaron jamás de lo que era un sustantivo abstracto.
Gente, la rutina es un sustantivo abstracto, por lo tanto, salga afuera y deje que aparezca la rutina, y seguramente aparecerá. Y de lo contrario, quiere ver la vida de otra manera propóngase otros sustantivos abstractos, hay muchos y variados: imaginación, alegría, creatividad, amor, sensibilidad, solidaridad, comunicación, felicidad, bienestar, libertad … éstos son algunos, les aseguro que hay muchos más.
Ante éstos y muchos hechos hay que plantearse si la rutina existe por sí sola o es provocada por nosotros. No seamos inocentes, admitamos nuestros actos y transformemos nuestras vidas en la medida que se pueda. No necesitamos ser magos, sino creativos, ingeniosos, un poco locos; eso no se aprende en ninguna escuela, eso está muy dentro de cada uno, solo falta incentivarlo día a día para que nuestra vida no sea una rutina sino una galera de mago sin ser magos, sólo siendo humanos creativos, imaginativos y divertidos.
A veces somos sólo sombras de un cuerpo rutinario, entonces vemos lo mismo cada día, lo mismo, sin esa magia que permite ver cada día una cosa diferente. ¿Qué es difícil? No, no es difícil, es cuestión de proponérselo.
A mí no me lo digas, yo ya lo sé.
SER ESTA MAÑANA
No quiero ser la sombra de aquel cuerpo que caminó inquieto
quiero ser yo esta mañana
Mirando
deseando
riendo
desentramando sueños apenas vistos
pisando la dureza de la escarcha
sin perder la calidez de los pies desnudos.
No quiero ser la sombra de aquel cuerpo que miraba sin ver
quiero ser yo esta mañana.
contemplando
respirando
diciendo
las palabras que ganen la salida
de una voz que aclama sus deseos
sin pensar demasiado.
No quiero ser la sombra de aquel cuerpo que regañaba tabúes
quiero el desenfado
la locura
y la mueca provocativa de un amor al descuido.
No quiero ser la sombra
Quiero ser.
(MACHÉ)