(por Lic. Hugo Merlo)
Hay veces que uno piensa que los lectores esperan que los sorprendamos con algo, tarea titánica si las hay. Para facilitarme la elección del tema, y como la tenía a mano en la caja del negocio que voy todos los días, recurrí a Eleana. Ella tiene un hijo de unos 7 años, Mateo, y como toda madre está preocupada por su futuro, entonces ante mi pregunta sobre que le gustaría leer, me dijo – ¿Cómo será el mundo cuando el nene sea grande? Despachó sin red.
Automáticamente recordé un libro “HOMO DEUS Breve Historia del mañana” de un escritor Israelita, YUBAL NOAH HARARI, dónde pergeña cómo será el siglo XXI, desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia artificial.
El autor parte de la seguridad de que los grandes dramas de la humanidad han desaparecido, las hambrunas, las pestes y la guerra, que eliminaban millones personas.
El primer objetivo será vencer la muerte como continuación de la lucha contra la enfermedad y hambre. Antiguamente los humanos morían con una muerte que se explicaba en lo espiritual, una cuestión religiosa, en la Edad Media la parca se los llevaba. La ciencia y la cultura moderna ven la muerte como una cuestión técnica y si es así, se puede arreglar. Nos hemos acostumbrado a pensar la muerte como un problema técnico, cuando vamos al médico nos dice “Ud., tiene gripe o tuberculosis” pero nunca nos dirá tiene muerte. Será antes o después, algunos dicen en el año 2200 otros en el 2050, podemos engañar a la muerte cada 10 años, entraremos en una clínica y recibiremos un tratamiento de renovación que no solamente curará enfermedades, sino que reparará tejidos deteriorados, se rejuvenecerán manos, ojos y cerebro. Pensando en objetivos más modestos, pensar en duplicar la expectativa de vida, vivir hasta los 150 años. De cualquier manera, el autor no es del todo optimista en que se llegue en este siglo a 150 años. No obstante, será una búsqueda que seguramente librarán laboratorios, políticos, tribunales, aún en las calles. La lucha por la eterna juventud tendrá a Mateo por protagonista.
Nuestro profeta dice que el otro objetivo será la búsqueda de la felicidad, los logros en la calidad de vida, ¿debería hacernos más felices? no decididamente. Existe un techo de cristal que no le permite crecer a pesar de nuestros logros. Asegura que nuestra felicidad se encuentra sostenida por dos columnas, una psicológica y otra biológica. En el plano psico la felicidad depende de las expectativas, la mala noticia es que cuando las condiciones mejoran, las expectativas se disparan. Desde la biología, nuestra felicidad está influida por la bioquímica, esto se traduce en sensaciones placenteras y la no existencia de las desagradables. Parece que en el siglo XXI, la felicidad vendrá dada por la bioquímica, habrá que cambiar nuestra bioquímica, remodelar nuestro cuerpo y nuestra mente.
Tratando de ser inmortales y de alcanzar la felicidad eterna, los humanos tratan de ascender a dioses. Para llegar a serlo seguirán el camino de la ingeniería biológica, la ingeniería ciborg y la ingeniería de seres no orgánicos. La Bioingeniería mejorará los viejos cuerpos, reescribirán los códigos genéticos y mejorarán los circuitos cerebrales. La ingeniería Ciborg unirá al cuerpo orgánico con dispositivos no orgánicos, por ej. manos biónicas, ojos artificiales, nano robots que recorran el torrente sanguíneo limpiándolo.
En fin, estos son a grandes rasgos algunas de las novedades que Mateo va a encontrar mientras crezca, por ahora juega en el potrero.
Lic Hugo Merlo