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Nueve de Julio
viernes, 26 julio, 2024

Mujeres en movimiento

(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)

La mujer ha sido postergada en lo que actividad física se refiere. Desde cientos de años no podían ni ingresar a los estadios deportivos, lentamente fueron ganando su espacio y en la vida moderna ya comenzaron su participación en algunas disciplinas como el tenis.

Se pensaba que la mujer que hiciera actividad física tendría problemas en su aparato reproductivo, su fertilidad podría disminuir. También se creía que tenía un corazón mucho más débil que el del hombre, y que físicamente no podía soportar ciertas cargas de entrenamiento.

Siempre se ha postergado a la mujer, y no solo en el deporte, sino en lo referido a la actividad física en general y laboral también. En la infancia, a los varones se los incentiva a jugar a la pelota, patear, saltar, trepar, todo lo cual estimula el desarrollo muscular, el crecimiento óseo, la resistencia aeróbica, condiciones inherentes al mejor desarrollo físico. A las niñas en cambio, se las vestía con prendas que limitan la actividad física, también se les prohibía hacer actividades poco femeninas, y reservadas a los varones, con lo cual ya de pequeñas se las predisponía a ser futuras sedentarias, enfermas precoces.

Hoy día, por suerte, todo ese concepto cambió rotundamente, las mujeres desarrollan todas las disciplinas deportivas y, en algunos casos, hasta mejor que los varones.

La actividad física en la mujer es tan importante en ciertos períodos de su vida que resultan de suma utilidad y en favor de la salud. En la denominada perimenopausia, para la mujer, la actividad física es tan importante como la vacuna en un niño. Es una etapa que presenta muchos cambios en metabolismo, que hacen que las calorías que quemamos a lo largo del día, fuera de la actividad física, vayan disminuyendo, con lo cual se aumenta de peso con facilidad aunque se coma lo mismo. De ahí que el ejercicio físico sea fundamental para incrementar este metabolismo basal y evitar el seguro destino de sobrepeso. No es necesario hacer una restricción calórica, sino poner el cuerpo en movimiento para poder controlar el peso.

Existen dos situaciones que se presentan después de la menopausia: el aumento de la incidencia de la enfermedad cardíaca y la osteoporosis. Las mujeres están protegidas por los estrógenos, que hacen que la enfermedad coronaria aparezca más tarde, aunque una de las primeras causas de mortalidad en la mujer son las relacionadas con el corazón. A esta edad comienza a subir el colesterol, aumento de triglicéridos, incremento de la grasa corporal, tendencia a la subida de  la presión arterial, todo esto incide sobre la salud de las arterias coronarias.

Por otro lado los cambios hormonales producen cambios en el humor, ansiedad, depresión y aparecen los famosos sofocones o calores.

Nada las ayudará tanto como la actividad física.

Resumiendo, la actividad física es imprescindible a cualquier edad de la vida de la mujer, porque la ayudará tanto física como emocionalmente, le dará más confianza y la alejará de: Sobrepeso.

 Osteoporosis.

Enfermedades cardiovasculares.

Manejar los cambios de humor.

Cigarrillo.

Lo ideal es acompañar a la actividad física con una dieta acorde a las necesidades de cada uno, evitando las hipercalóricas. Comidas sanas, naturales, frutas, verduras, etc.

El mejor remedio para cualquier enfermedad:

Actividad física diaria.

Buena alimentación.

Descanso adecuado.

Prof. Fernando “Cocó” Maineri

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