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viernes, 26 abril, 2024

Las mujeres rurales de hoy

(Por Mónica Gómez)

El 15 de octubre se conmemoró el día Internacional de la Mujer Rural, instando a dar visibilidad y reconocimiento a aquellas que cumplen un rol fundamental en esa actividad. El día fue establecido por las Naciones Unidas y se da en  virtud a la preponderancia de la mujer en su desarrollo innato en  el momento de crear resiliencia.  La fecha es necesaria para reflejar la inequidad de la mujer en el trabajo del campo, como así también  proyectar y debatir ideas. Estos grupos diversos y heterogéneos intentan  fundamentar  opiniones y crear espacios en común donde se pueda obtener la perspectiva de la función femenina rural en el presente y a futuro.

Hace un año se gestaba en la ciudad de Saladillo, provincia de Buenos Aires, un movimiento que convocaba a las mujeres de todo el país que tienen  como eje trasversal  el campo.  Era una idea por aquel entonces, la formación de lo que hoy es el grupo de Mujeres Rurales Argentinas. Ellas,  los motores del encadenamiento, con pandemia de por medio, hicieron que esta acción  esté activa y resulte enriquecedora para todas. Aun,  con  la carencia del acceso a una buena conectividad para muchas de las mujeres del grupo que vivían en zonas rurales, sobraron los motivos para que este lazo surgiera de una manera u otra. Muchas son las cuestiones por resolver  y que deben  afrontar  las mujeres del campo y es por eso que la necesidad de encontrarse en compañía en grupos que las iguale y las identifique es fundamental.

Rosario Villasuso es una de las integrantes de Mujeres Rurales Argentinas, joven de mirada fresca y con un ímpetu que lo pone al servicio de las causas justas, cree fielmente en  el propósito de la mujer en la ruralidad. Es una chica que creció entre la ciudad y el campo, entre Córdoba y Buenos Aires,  aun así siempre supo donde estaba  su corazón. Su amor  por la actividad rural surgió desde su amado  pueblo Los Molinos. Se denomina una autoconstrucción, estudió ingeniería agronómica, posee una gran pasión por los caballos y combinado con su percepción y la distinguida sensibilidad que la caracteriza, la convierten en una persona ideal para acompañar las actividades de equinoterapia. Cree en la capacidad individual para el desarrollo colectivo, determinando la labor de cada uno como un activo especifico y ese es el potencial que admira de aquellas mujeres rurales que la acompañan a diario en el trabajo en el campo.  Se percibe tenaz y pujante, amante de todo lo que emprende, también ella tuvo que sortear las dificultades de ser mujer en un ámbito esencialmente de hombres. trabajo en las regiones tabacaleras de nuestro país y es ahí donde descubrió otras realidades que las mujeres trabajadoras del campo tienen que sobrepasar. Valora los espacios donde las mujeres tienen voz y se encuentran  bajo  una simetría de información que las activa, las iguala y las representa.  

Andrea Langhoff, también perteneciente al grupo,  es una pampeana con raíces de campo; estudió veterinaria, trabaja actualmente en la ciudad de Buenos Aires.  Es mamá de dos varones y en estos momentos se dedica al cuidado de caballos de raza Percherón, lo cual la remonta a una parte de su historia familiar. El significativo que tiene esta raza viene de la mano de las mismas adversidades que tuvieron que sobrellevar las mujeres rurales antiguamente;  cuenta que su abuela allá en la Pampa, después de un matrimonio fallido tuvo que salir de su hogar de la mano de sus hijos,  llevando consigo solo su yegua Percherona.  Andrea conoce de cerca las dificultades de ser madre y ser mujer rural, aun así se siente fuerte para sobrepasarlas y consciente de que hoy ellas juntas pueden ser agentes de cambios. Reconoce que las luchas son variadas; la necesidad de  libertad económica, ayudas sociales y paridad en la remuneración, son algunas de las tantas deudas que el sector agrario  tiene con las mujeres. La maternidad es otro de los factores que según ella no está contemplado por esta actividad.  Hoy se siente partícipe del cambio que las mujeres rurales están sembrando, por ella, por su abuela y por las mujeres que vendrán, cree que la maternidad es una de las aristas a debatir.  Para hacer realidad el cambio se necesitan acciones en conjunto y Andrea es una de las colaboradoras de este movimiento.

Son mujeres que luchan a diario con su trabajo por la visibilidad, por la participación y por los derechos que la representen. Son madres, amigas, trabajadoras, que construyen una sociedad para todos. Ellas son las protagonistas visibles del campo argentino.

La receta de hoy es particularmente una receta de mujeres de familia rurales de la zona de la Pampa vienen de la mano de Andrea y es Bagna Cauda. Es una salsa para embeber bocados y disfrutar en reuniones familiares.

Bagna Cauda

Ingredientes:

  • 10 g de manteca
  • 5 dientes de ajo
  • 1 cebolla
  • 500 cc de crema de leche
  • 250 cc de leche
  • 30 filetes de anchoas pimienta
  • Para acompañar: pencas de cardo, champiñones, tomates Cherry, brócoli cocido, zanahoria, focaccia.

Procedimientos:

En una sartén de bordes altos, fundí la manteca y salteá los ajos bien picados. En cuanto cambien de color, agregá la cebolla, también picada. Dejá rehogar unos minutos, agregá la crema y la leche y seguí cocinando a fuego suave 15 minutos más. Licuá junto con las anchoas escurridas hasta que quede una crema lisa. Verté en una olla que puedas llevar a la mesa. Condimentá con pimienta y serví con todas las verduras crudas o blanqueadas y el pan cortado en tajadas al sesgo.

Mónica Gómez

 

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