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viernes, 26 abril, 2024

La técnica para dejar de aplazar tareas y compromisos tediosos

La economista conductual e investigadora de la escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, Katherine Milkman, inventó una forma para dejar de procrastinar y realizar todas las tareas que se aplazan: la asociación de tentaciones. «Asociar tentaciones tiene el potencial de resolver dos problemas al mismo tiempo. Aumentar el compromiso en comportamientos deseados en los que generalmente las personas no tienen el poder de voluntad y al mismo tiempo les permite disfrutar de actividades que les gusta sin culpa», expresó Milkman.

La procrastinación es un hábito que se realiza bastante seguido en la vida cotidiana y se trata de, básicamente, aplazar las tareas pendientes. 

Etimológicamente, “procrastinación” deriva del verbo en latín procrastināre, postergar hasta mañana. Sin embargo, es más que postergar voluntariamente. Según los especialistas, la procrastinación no es solo un defecto del carácter sino que es un problema a solucionar. Es una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimos negativos, que son generados por ciertas tareas consideradas «tediosas»: aburrimiento, ansiedad, frustración o resentimiento son algunos de ellos. 

Por ejemplo, las personas que odian hacer ejercicio, siempre posponen esta tarea para «más adelante». Pero el tiempo indicado nunca llega, ya que tampoco está la motivación para realizarlo. 

Existe un método para dejar de procastinar: la asociación de tentaciones. ¿De qué se trata esto? Bueno, simplemente asociar algo que gusta mucho con algo que se odie. Es un concepto que inventó una economista conductual e investigadora de la escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, Katherine Milkman. 

«Me costaba trabajo ir al gimnasio al final de un largo día aunque sabía que debía ir. Y al final de un largo día, me costaba trabajo decidir entre ver mi programa de TV favorito y terminar trabajo pendientes. Y fue cuando me di cuenta que esas dos tentaciones, esas dos luchas a las que me estaba enfrentando, se podían juntar para resolver ambos problemas«, dijo en una entrevista con la radio Freakonomics.

 

Ejemplos de asociación de tentaciones pueden ser escuchar las canciones favoritas una vez que se haya limpiado la casa o tal vez salir a merendar cuando se haya limpiado la bandeja de entrada del email.    

Esta técnica es efectiva desde que Milkman hizo su estudio. En él, se dividió a los participantes en 3 grupos. En el primero, los participantes tuvieron acceso a un iPod cargado con cuatro audiolibros de su elección, que sólo podían escuchar en el gimnasio. En el segundo, los participantes también tuvieron acceso a cuatro audiolibros de su elección, pero estaban cargados en sus iPods personales, por lo que podían escucharlos en cualquier sitio. En el tercero, sólo se les dieron 25 dólares en la tarjeta de regalo de Barnes and Noble al inicio del estudio.  

Los resultados fueron que, en las primeras siete semanas del estudio, el porcentaje de participantes que fue al gimnasio por lo menos una vez por semana fue de 51% para el primer grupo, pero sólo 44% del grupo intermedio y 42% del tercero.  

Con estos datos se llegó a la conclusión de que la asociación de tentaciones sí funciona para evitar la procrastinación. Vale preguntarse, entonces, por qué es tan efectivo el método de recompensas. 

La Teoría sobre la motivación por incentivos sugiere que las personas suelen adoptar maneras de actuar que conducen a beneficios rápidos. Cuando se realiza una actividad placentera, se produce dopamina, y eso al juntarse con algo que no gusta, se estimula la motivación para realizar lo «feo», y es menos complicado el proceso para hacerla.

Cómo asociar tentaciones efectivamente

Para dejar de procrastinar, hay que seguir estas reglas: 

1) Asociar las actividades correctas

Se recomienda hacer una lista de todas las actividades que son placenteras y otra de actividades cotidianas que generan frustación o aburrimiento. Empezar a ver cuáles son las que se complementan y hacer las 2 tareas a la vez. Por ejemplo, hacer una videollamada con un amigo mientras se ordena la casa. 

2) Compromiso 

Uno no puede consentirse con la recompensa a menos que se esté siguiendo el comportamiento asociado con ese premio. O sea, requiere mucho autocontrol, pero nada es imposible si uno lo desea. 

La investigadora Milkman explicó en su investigación: «Asociar tentaciones tiene el potencial de resolver dos problemas al mismo tiempo. Aumentar el compromiso en comportamientos deseados en los que generalmente las personas no tienen el poder de voluntad y al mismo tiempo les permite disfrutar de actividades que les gusta sin culpa».

(Urgente 24)

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