El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi presidió la misa para dar el último adiós al Padre Liborio Pérez.
Acompañado por todos los sacerdotes de la diócesis, el obispo diocesano destacó algunos de los rasgos más sobresalientes del querido sacerdote que falleció a los 90 años de edad, el viernes santo 30 de marzo a la madrugada, en el sanatorio de esa localidad.
La ceremonia se realizó ante una multitud de fieles, en la parroquia San Martín de Porres, en donde asumió en 1993 y permaneció hasta su último día. Y desde donde reorganizó la vida parroquial y llevó la presencia de la Iglesia a los nuevos y extensos barrios de esa jurisdicción.
Sencillez, entusiasmo y entrega por el prójimo, fueron sin lugar a dudas los rasgos que más destacados del querido y respetado sacerdote cuya frase preferida entre los jóvenes era “tengo el cuerpo viejo pero el alma joven. También entre ellos ha dejado una huella imborrable. Así lo manifestó el obispo diocesano cuando aseguró: “Estamos tristes por extrañar a quien fue nuestro padre; el padre de los jóvenes que lo lloraron de manera muy especial. Pero tenemos que tener la alegría de la resurrección y el gozo de que Dios nos ha regalado la presencia de Jesús, a través de la vida del padre Liborio”.
Durante la despedida Torrado Mosconi recordó, como otros, que a pesar de sus apremios y de sus numerosas obligaciones cotidianas, siempre estaba atento a los otros. “Fue un gran vecino que siempre estuvo cerca de la gente preocupándose por el prójimo”.
Participaron del oficio religioso representantes de instituciones y autoridades municipales, entre ellos el intendente Vicente Gatica; el presidente del Honorable Concejo Deliberante, Dr. Aldo Expósito; la Secretaria de Desarrollo Social, Dra. Natalia Gatica y el concejal Alexis Camús.
Al finalizar la ceremonia sacerdotes y monaguillos acompañaron el féretro que contenía los restos de Liborio, quien fue sepultado en el Parque “Solar de Paz”.
Su perfil
El presbítero Liborio Wenceslao Pérez nació el Alberti el 17 de agosto de 1926. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario “Pío XII” de Mercedes, perteneciendo al primer curso de egresados. Fue ordenado sacerdote en la catedral de aquella diócesis el 6 de diciembre de 1953 . Al crearse nuestra diócesis de Nueve de Julio en 1957 quedó incardinado a su clero. Se desempeñó como Teniente Cura en las parroquias de Lincoln y Nueve de Julio, entre otras. Fue Párroco de Ntra. Sra. del Carmen en Pellegrini, donde se lo recuerda por su contribución al mejoramiento edilicio del templo parroquial realizado por el mismo “cuchara de albañil en mano”. Por largos años estuvo al frente de la “Inmaculada Concepción” de Florentino Ameghino, donde todavía hoy es recordado y apreciado. Allí fue uno de los impulsores más entusiastas y comprometidos con el logro de la autonomía municipal y la creación del partido homónimo. En 1993 asumió la parroquia “San Martín de Porres” en Bragado, de la cual era párroco emérito desde hace tres años, allí se preocupó de reorganizar la vida parroquial y de hacer llegar la presencia eclesial a los nuevos y extensos barrios de esa jurisdicción. Tuvo especial relevancia su tarea al frente de Cáritas Interparroquial con la compra del inmueble de la nueva sede y su obra de asistencia social. Fomentó y alentó las vocaciones al sacerdocio, teniendo la dicha de ver ordenados y de acompañar en el ingreso al seminario a varios jóvenes de sus parroquias. Asimismo, es de notar su respaldo a la pastoral juvenil y su dedicación a las capillas de las comunidades rurales. Encomendemos su vida y ministerio a la infinita misericordia de Dios, que purifica y recibe las buenas obras de los servidores de su viña y pastores de su rebaño.